La semana pasada completamos el segundo libro de la Torá, también conocido como Los Cinco Libros de Moisés, Éxodo. Esta semana comenzamos el tercer libro que se conoce en inglés como Levítico. El nombre hebreo del libro es el mismo que el nombre de la porción (parashá) de esta semana, Vaikrá.
La palabra hebrea Vayikra significa literalmente "Y llamó".
La porción comienza: "Y Hashem llamó a Moisés". Después de que Hashem llamó a Moisés, le habló. ¿Qué le dijo Hashem a Moisés? Le habló de todos los diversos sacrificios y los procedimientos para realizarlos adecuadamente.
En el mundo actual ya no realizamos sacrificios físicos. Hoy lo que usamos, son las palabras. Entonces, ¿Qué significa esto para nosotros hoy?
Esta porción realmente trata sobre los sacrificios internos y la limpieza que se requieren.
Cuando Hashem llamó (“Vaikrá”) a Moisés, ¿Qué estaba haciendo realmente Hashem? Al reorganizar las letras hebreas de la palabra "Vayikra", se obtiene la palabra hebrea "Okir", que significa apreciar.
El Zohar afirma que Moisés tuvo la suerte de no haber visto la combinación de letras en la palabra "Vayikra" que forman la palabra "Okir".
¿Porqué? ¿Qué fue lo que Moisés no vio ni oyó? Hashem estaba apreciando a Moisés. Hashem estaba diciendo muchas cosas buenas sobre Moisés, pero al él no darse cuenta, el Ego de Moisés no fue afectado por la alabanza de Hashem.
No es bueno elogiar a alguien en presencia de esa persona. Es negativo porque es la alimentación del Ego.
Sé que parece algo extremo, pero en estos tiempos vemos un exceso de valoración y de estimulación en los niños en los que hagan los que hagan tienen excesivas loas a lo que hacen o son y lo que estamos es consiguiendo una sociedad frágil, exigente y porqué no decirlo: arrogante.
Agradecer, apreciar, reconocer un buen hecho no es que no esté bien, pero observemos incluso en nosotros mismos como a veces las excesivas alabanzas nos hacen perder el valor verdadero de un buen hecho que hicimos porque reduce el sentido de autenticidad con la que lo hicimos y empieza a volverse signo de envanecimiento y nos envicia de cada vez necesitar señales de lo maravilloso que somos haciéndonos perder espontaneidad y de disminuir el genuino deseo de hacer las cosas simplemente por el bien que reportan en lugar de por la recompensa que prometen.
¿Tu que reflexionas al respecto? Cambiarías algo de tu conducta sobre alabatoria y lo migrarías a un sentido de apreciación más discreto?
Prana Raquel Pascual - Psicoterapeuta Gestalt
Basado en clases de El Centro de Kabbalah
Imagen https://www.elmundo.es/economia/2016/06/07/575047c922601dc8368b4603.html
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