sábado, 10 de febrero de 2018

Pétalos de Fuego


Esta mañana pensaba, lo bien que nos hace a veces a los humanos "morder el polvo".

Lo sé, a nadie nos gusta, pero hacerlo, nos vuelve tanto "a la arcilla de la que fuimos hechos" y al anhelo de volver a Di-os.

No puedo evitar pensar ahora, que ese tiempo que pasamos dentro del fuego, puede derretirnos, o templarnos, pero esa es una elección muy particular.

Me contaban hoy de un hombre que salió liquidado de su trabajo, después de muchos años de entrega y éxitos. Y también es verdad que cada día se lo compensaron y que también eso es un fin justo en cierta forma, aunque duela.

 Y sé también de otro hombre que está también en un proceso difícil en su empresa que ayudó a construir desde sus cimientos, pero que hoy parece ya no ser más el hogar que lo puede acoger. 

Algo que me encanta hacer, es trabajar Coaching con estas personas consumiéndose, porque yo también sé lo que es terminar ese tipo de ciclos que pensábamos que jamás veríamos cerrarse y sin embargo se cierran.

Y sé que duele, y me gusta saberlo para poder acompañarlo desde un lugar de empatía, no de suposición o de fingimiento de que entiendo, sino que de verdad entiendo.

Y me encanta porque sé que es una posible lección de convertirte en Ave Fénix, las lenguas de fuego te abrazan, parecen consumirte, tanto que parece que te acabas, pero en realidad, te tocan fuerte pero no te destruyen, se sobrevive a todo si logras recibir la Luz en tu interior y dejar que ilumine, ya no el fuego del proceso, sino el de la pequeña brasa interior, que después, con el soplo de los días, meses, años, verán crecer los pétalos de fuego del alma, para dar calidez a la hoguera del corazón.

Y para relacionarlo --como siempre-- con la Torah, esta semana estamos recorriendo la porción llamada Terumah en la que Moisés recibe la indicación del Creador de pedir a quien quisiera dar de corazón, una contribución para la construcción del tabernáculo.

El tabernáculo, es es templo móvil...¿Qué es en realidad ese templo que se mueve por el desierto? El corazón del hombre que tiene vasija para que la Luz descanse dentro de sí.

Y eso es, cuando estás cayendo, cuando estás dolido, cuando alguna pena te embarga, que no pierdas de vista el amor que hay en volver a tocar la tierra con tus pies descalzos, y sentirte humilde, y con la tierra preparándose, para volver a germinar semillas de Luz.

Feliz semana Comunidad

Prana Raquel Pascual

Basada en clase del Centro de Kabbalah 2009.
Imagen:
http://iluminandodesdeelserloprimitivo.blogspot.mx/2012/05/

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