Jueves, 12 de noviembre
de 2015
No podemos quedarnos
sentados en casa sin hacer nada y esperar que las cosas simplemente “nos
ocurran”. De alguna manera tenemos que encontrar una forma de salir de allí y
compartir lo que sea que tengamos; ya sea sabiduría, talentos o recursos
físicos. Cuando actuamos alineados con la Luz que cada uno de nosotros tiene en
su interior, al compartir con los demás y cuidar de ellos, podemos traer
energía y protección a nuestra vida.
Compartir nos permite
crear un circuito y así construir una capacidad aun mayor para que las
bendiciones de la Luz del Creador residan en nosotros.
El día de hoy, encuentra
una manera de compartir tu Luz y salir de tu comodidad. Después de todo, para
eso estás aquí.
Karen Berg
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Esta semana, recorriendo la porción de Toldot, que tiene grandes lecciones para nosotros.
En esta porción vemos la interacción de estos hermanos, Jacob y Esau, y así mismo la relación con sus padres, Isaac y Rivka (Rebeca).
Isaac como ya sabemos, encarna la columna izquierda en el sistema de la Luz, es decir, el deseo de recibir, el juicio, el rigor. Jacob es la carroza de la columna central, el balance entre ambos deseos, sin embargo, si había uno que se pareciera a su padre, era Esaú.
Esaú, en su época era un ser que podía parecer magnético ya que tenía todas esas características de fuerza bruta por así decirlo, era cazador, era determinado y seguro.
Nos dice la Biblia explicada kabbalísticamente, Esau copiaba a su padre. Se casó como el a los cuarenta años, tomó dos esposas y nos dicen que copió muchas otras cosas también. Pero Esaú estaba sólo imitándolo, sin ser capaz de lograr el mismo nivel de consciencia que su Padre.
Cuando nosotros queremos realmente crecer, debemos ir más allá de los elementos externos y las cosas que nos den estatus. Tenemos que hacer un trabajo interno para verdaderamente alcanzar el siguiente nivel.
Esto me trae a algo que he estado observando que es un tema común entre nosotros, los seres humanos.
"Ser bueno" y "parecer bueno". Ser generoso versus pretender tan solo serlo.
¿Desde que consciencia haces las acciones de compartir?
Es posible que creas que estás emanando un acto generoso de tu "genuino" deseo de compartir...pero resulta que quieres que te lo agradezcan...resulta que quieres que se note....resulta que quieres que sea valorado...
¿Eso es verdaderamente emanación de la columna de compartir o de la izquierda deseo de recibir? Sé sincero. Observa con cuidado.
Ojo, mucho cuidado porque puedes estar sembrando tempestades.
Cuando tu haces una acción que energéticamente no está clara en su semilla de origen, puedes cultivar la planta equivocada.
Si tu eres "lindo" con el secreto anhelo de ser reconocido, o de demostrarte a ti mismo (y a otros) lo bueno que eres, pero secretamente estás esperando ver el buen resultado en tu vida por haber hecho algo generoso...Ojo, quizás estés sembrando una humillación en el que lo recibe por estar dándole pan de la vergüenza, y por ello quizás despertarle una rabia de que está recibiendo algo que no puede retribuir o merecer, porque ahí, parece que el que quiere ganar la energía del mérito de "ser bueno", eres tu y aunque en lo físico parezca que la acción así se ve, energética mente no se engaña al resultado y puedes quedar fuertemente evidenciado, frustrado y con una persona molesta hacia ti.
¡Ya lo sé, ya lo sé! Es super difícil saber la fórmula de la generosidad para revelar luz en nuestras vidas y no quererla aplicar para nuestro bien...pero no es eso, es una sutil diferencia...
A veces, eso se soluciona dando en el anonimato, el famoso haz el bien y sin mirar a quien, que cierres toda posibilidad a que se sepa que aquí el bueno de la película estás siendo tu, jeje.
Otra que veo que sirve es esperar también los famosos tres días antes de hacer una acción impulsiva de generosidad. Hay generosidad reactiva, dar gratis algo, regalar algo que no querías dar y de verdad te molesta. Reconocerás esos momentos en que después de "dar" no sientes ninguna satisfacción verdadera de ello.
Los tres días sirven para que afines tu consciencia y veas reconozcas que hay en tu acción. Te hagas una confesión a ti mismo y si "de veras de veritas" lo quieres dar, hacerlo ya con más limpieza de corazón.
El dar verdadero duele cuando lo haces pero es muy dulce cuando finalmente vences al ego que conlleva.
No dejes de dar, pero no des por lástima. La lástima es realmente humillante.
Otra pista es: dalo porque es justo, porque a ti la Luz te ha dado lo que tienes para compartirlo y es de verdad solamente un balance energético del Universo. Si logras llegar a ese entendimiento profundo, tendrás un dar verdadero.
Feliz día Querida Comunidad
Prana Raquel Pascual
Psicoterapeuta Gestalt
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