martes, 8 de enero de 2013

Martes, 8 de enero de 2013. Hacia adelante o hacia atrás

Martes, 8 de enero de 2013 

Antes de involucrarnos en la espiritualidad, podemos estar en completa negación de nuestra necesidad de cambiar.

Entonces una vez que cambiamos, negamos completamente que necesitemos cambiar más.

La batalla es continua.

En el camino espiritual, si no te está moviendo hacia adelante , entonces te estás moviendo hacia atrás. 

Yehuda Berg
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Cuando leí, me quedé pensando...negación o ceguera ¿Es lo mismo?

Se de gente que sabemos cual es el problema...o al menos sabemos que lo tenemos, pero quizás estamos ciegos ante la solución puesta frente a nuestros propios ojos. Quizás la que le es obvia a otros, la que es evidente, o la que suena a verdad.

Se de gente que estudia espiritualidad y que veo devotamente cerrar los ojos al rezar, meditar al menos con la imagen de estar conectándose con un "más allá", lejos de este "más acá", que sin embargo siguen en medio de la tribulación y pareciera que la receta no estuviera escrita en caracteres legibles para su comprensión.

Yo incluida. Este blog no está hecho de un ser canalizado que ya se las sabe de todas y que por ello ya no tiene vigentes las sensaciones de temor en su propia piel, la verdad no, la verdad, creo que estoy diseñada para no abandonar el camino, aún en días que yo misma tampoco se bien para donde andar, solo se, que quieta no me puedo quedar, así que cuando me  escriben algo y ven que no lo contesto, suele ser porque aún estoy preguntandome por la respuesta.

Ayer alguien me decía a partir de lo que hablé de la manifestación en el plano físico, cuando hablaba de El Shadai y de el Yud Hei Vav Hei...Me dice "Me interesa saber cómo mover el mundo físico". Se que lo he hecho. Un tiempo tuve la facultad de pensar y de manifestar de inmediato...pero creo que fue antes de que me dejara invadir por el miedo.

Me acuerdo que en algún instante esta misma sensación de frio interior ya la había sentido. Esta misma sensación de incertidumbre ya la había pasado, pero entonces era mucho más joven, no tenía tanta antigüedad" en juego en ningun sentido, pero cuando me pongo a recordar ¿Cómo se generaba la magia? ¿Cuales eran mis palabras de conjuro? Veo saltar algo de herrumbre...¿Me olvide de cómo se es Mago o simplemente estoy en el proceso de Gandalf de volverse mago gris a mago blanco?

Pero te diré un enorme secreto que nos dice Michael Berg al respecto...

Si alguien necesita parnasa (sustento) o sanación, si esta espiritualmente conectado de cierta forma a la carencia, el primer paso es que te den una bendición, ese es el primer paso, que te bendigan para que la tengas, esas palabras físicas dichas por una persona conectada es el primer paso de la bendición pero no es suficiente para llenar la carencia...

Físicamente decir las palabras

Las bendiciones deben darse en cosas físicas

2do paso la persona que recibe la bendición debe despertar con el Zohar o con oración o con una acción que despierte el yud hei vav hei, hacer una acción espiritual de no tomar esa luz sino inyectarla a la bendición que acaba de recibir, entonces esa bendición puede pasar

Por ejemplo, cuando los kabbalistas hacen la bendición del vino, verás que nunca la hacen solos, siempre hay alguien que les ayuda a elevar la copa y la posición de sus manos no es cualquiera, es una que justamente forma una Yud Hei Vav Hei.

Cuando das el diezmo a un kabbalista, cuando lo recibe hace una conexión especial cuando lo entregas, una forma de extender el brazo y de doblar el papel ya sea moneda o cheque, y la conexión entre las dos personas meditando un rato juntos, hace las letras yud hei vav hei 

Si estamos listos para ello, lo recordaremos, si no las palabras se desvanecerán hasta que lo estemos.

Otro día me seguiré contando y te seguiré contando, como fui cuando me quité el miedo, como cuando me lo volví a poner, después volveré a contarte que logré sacarme de encima su yugo y que me volvió a ganar. Lo contaré hasta que un día solo pueda decir "y un día no volvió jamás". =)

Hay trabajo aún por hacer Querida Comunidad, Vamos adelante.

Prana Pascual

P.D. Te comparto una canción que me acompañó en aquellas noches de insomnio, haciendo un viaje al pasado.
Journey to the Past (Lyrics from Anastasia, interpretada ppor Alliyah)

https://www.youtube.com/watch?v=rx0JcfaSb18
Fragmento:
"Heart don't fail me now
Courage don't desert me
Don't turn back now that we're here
People always say
Life is full of choices
No one ever mentions fear
or how a road can seem so seems long
or how the world can seems so vast
courage see me through
heart i trust in you
on this journey to the past

Imagen El Señor de los Anillos / Gandalf




 

6 comentarios:

Reyna dijo...

Miedo? Pavor!!! Pero tambien camino contigo Pranita. Se va y viene de nuevo; le gano una batalla y me atiza con mas balas al dia siguiente. Consciente de que si voy por el camino correcto, no va a ser miel sobre hojuelas... pero que si vere el final y la pelicula completa.

Gracias por compartir tu maravilloso mensaje y dejarnos ver que al final todos estamos conectados.

Un beso y abrazo de oso desde el frio de Leeds,

Reynita :0)

Anónimo dijo...

Laura Elena:
Hola Prana buenos dias :)
Hay muchas cosas que leo y no entiendo, lo que si que compartes hoy es que tambien tengo miedo.

Me inscribi a la ukabbalah
apenas estoy con las primeras lecciones :) el poder de kabbalah 1

tengo muchas dudas, cosas que mencionas que no se, o no entiendo como lo de las bendiciones, soy muy nueva imagino y novata.

en mi caso cuando era nina no tenia miedo, no pensaba en nada, no me traumaba, relativamente era feliz, creo que en mi caso seria recordar como era de nina. lo malo que ya no se como.
Aveces estoy muybien,se que sentir depresion o vacio tambien es cosa de la luz.

Lo unico que se que no me puedo dar el lujo de ir atras, solo que no se bien como avanzar

Anónimo dijo...

"No tengas miedo de nada"

Esa es de las frases más kabbalistas que hay.

Yo trato de avanzar un poco hacia ella cada día y a veces siento que necesito un momento Ariel Grunwald para que me deje de tonteras.

Algún día escribí de eso, mi primera reunión con élque duró 20 minutos y en menos de 15 el ya me tenía una prueba de aquellas y me dijo:

Si no pasas esta primera prueba, ni vengas por la segunda.

La pasé. tengo seis años de estudiar Kabbalah y honestamente creo que necesitaba un momento Ariel Grunwald que hoy misma me auto-administré en su honor.

Feliz noche
No tengan miedo de nada
Cariño

Prana

W Garcia dijo...

Miedo? Qué me dices de las expectativas? De esperar que todo saldrá bien?
Cuando joven no asumía que las cosas tuvieran que salirme bien, entonces me arriesgaba y el riesgo hacía excitante cada momento. Pero sobre todo la excitación me mantenía despierto, atento.
Ahora sopeso cada riesgo, trato de evitarlos o prever al máximo el desarrollo de las situaciones y, a medida que avanzan mis cálculos, me duermo; pierdo de vista cosas insignificantes que terminan echando por tierra mis buenas intenciones.
La mayoría de las veces, sucede que tropiezo por obvias omisiones.
Lo peor es que, a medida que el error es más insignificante su efecto desmoralizante aumenta.
Por ejemplo el siguiente caso de la vida real...

W Garcia dijo...

... cierto día en el que pasé al banco a hacer un retiro, después de haber hecho otros arreglos para salir de viaje ese mismo día, me percaté de que no llevaba la cartera conmigo. Sin embargo, esto no me pareció un impedimento grave y al fin conseguí retirar los fondos necesarios para viajar, después de hacer un traspaso electrónico a la cuenta de mi acompañante. El retraso no había sido mayor a 30 minutos, tiempo que me había tomado en realizar la llamada a la oficina y esperar a que estuviese disponible el efectivo. Dicho sea de paso, si hubiera regresado a casa el retraso no sería menor a una hora, además de que tengo aversión a retornar sobre mis pasos cuando no es estrictamente necesario. Como no es recomendable llevar el monto total consigo mismo (además, recuerdese que no traía cartera), pensé en dejar sólo lo necesario para el viaje y guardar el resto en mi maleta... cuando cual no sería mi sorpresa al encontrar en la maleta precisamente aquella. Recobrar la certeza de que no olvidaba nada para viajar me alivió bastante y me sentí seguro nuevamente, por lo que decidí manejar yo mismo, ahora ya sin ninguna preocupación por mi cartera y los habituales contenidos de estas (como son las credenciales, que para muchos valen más que la cartera misma o el dinero). Ya en carretera, llegamos a un puesto de revisión donde nos detuvieron, pero al hacer el ademán de alcanzar mis documentos recordé -en ese preciso instante- que mi licencia de conducir no la llevaba dentro de la cartera, como es habitual. Dias antes había visitado un edificio federal donde me solicitaron una identificación a la entrada, en esa ocasión entregué mi licencia y a cambio me dieron un pase de entrada o gafete; cuando regresé el gafete a la salida de las oficinas metí la licencia en el portafolio donde llevaba los documentos que había necesitado para realizar el trámite aquel día, por tanto, mi licencia de conducir estaba en casa, junto a otros documentos de trabajo que obviamente no requería para aquel viaje. No está demás decir que la infracción que me levantaron tuvo el efecto de arruinarme el resto del viaje, no totalmente, pero supongo que se entiende mi disgusto.
El hecho que quiero remarcar de esta historia es el del proceso mental que ocurrió en apenas un instante pero que, a fin de cuentas, retuvo parte de mi atención durante el resto del viaje, impidiéndome disfrutar plenamente del mismo. Me refiero a la impresión (y cómo llegué a ella) de que no me faltaba nada para conducir, cuando precisamente me faltaba lo más importante: la licencia de manejo.
En otras ocasiones que he manejado sin licencia, al llegar a una revisión, sabía que antes debería cambiar al asiento del pasajero para que revisaran a quien sí trajera documentos. Como asumía el riesgo, conocía las medidas para evitar un altercado como el de esta ocasión y actué sin demora cuando fue el caso.
Pero en esta ocasión, antes de encontrar mi cartera no me sentía bien para manejar y había decidido no hacerlo pues no era necesario ya que mi acompañante llevaba sus documentos consigo y en regla; sin embargo, al reencontrar mi cartera recobré mi confianza, revoqué mi decisión y, en el mismo instante, olvidé el último lugar donde había dejado mi licencia. Como en un acto de magia en que el mago desvía la atención del público para realizar el truco, así mi atención falló debido a dos cosas: la expectativa de que sólo me hacía falta la cartera y al hábito de encontrar dentro de la misma mis credenciales.
La infracción no me dolió por su aspecto monetario, sino porque reivindicaba el propósito personal y moral de poner atención a los detalles y no dejarme llevar por las asunciones o expectativas autocomplacientes.

W Garcia dijo...

En fin, espero que haya podido expresar contundentemente la situación ocurrida y ampliar un poco la visión de las pruebas que debemos pasar diariamente, pues el miedo no debe ocupar toda nuestra atención.

Por otro lado, disculpa si me extendí más de lo adecuado. Espero no estar abusando de tu buena disposición.

Saludos desde Irapuato