jueves, 2 de abril de 2020

Viajando en el desierto. Y aprendamos de Escorpio.



Hace varios años, conversé con alguien que tuvo la oportunidad de estar en el desierto por muchos días. Tuvo que viajar a lo largo de una distancia grande en esas dunas de pura arena, en esos territorios sin rocas ni cactáceas, solo viendo esos montes blancos y sinuosos extendiéndose infinitamente en el horizonte.

Si alguna vez has tenido la oportunidad de ir al desierto te das cuenta de que ese aparente vacío puede ser intensamente hermoso o completamente abrumador.

Por unos días es como hacer un descanso visual de la súper estimulación a la que estamos habituados.

Poder ver a la lejanía, mirar los cielos nocturnos cuajados de estrellas es maravilloso. 

Yo solo estuve dos días y una noche en el desierto del Sahara y por supuesto por la experiencia por ser tan novedosa resultó conmovedora.

Distinto a lo que esta persona me relató, al principio la sensación fue igualmente impactante en belleza, pero al pasar de los días, su mente habituada a que la información venga de afuera hacia el cerebro y no en la misma proporción al revés (y mira que es alguien creativo) empezó a resultar en un aumento de la ansiedad, una especie de síndrome de abstinencia del ruido y estimulo visual.

La experiencia, sin dejar de ser bella, llegó a ser angustiosa, porque se dio cuenta que el único lugar para voltear a ver era adentro, a su interior, y eso se volvió una intensa introspección no esperada que la tomo por sorpresa.

La mayor parte de las narraciones de la Torah suceden caminando en el desierto. Muchas de las narraciones de kabbalistas, pasan en sus retiros voluntarios al desierto viajando de una población a otra. Se unen dos componentes, las cuarentenas en el desierto y los viajes en ese territorio, que indican que se movían de lugar, se transformaban, se cambiaban de un estado de consciencia a otro

Normalmente en las historias de kabbalistas siempre aparecen caminando,  trasladándose de una ciudad a otra, porque jamás se quedaban estáticos en su desarrollo.

Nosotros estamos en la porción de Tzav, “literariamente” --de acuerdo a la porción de la Torah-- en el desierto con nuestro tabernáculo, haciendo sacrificios para conectar con el Creador, pero la siguiente semana es Pesaj, es decir, haremos un viaje en el tiempo hacia el momento de volver a escapar de Egipto para adentrarnos nuevamente en el desierto

Este es uno de esos momentos circulares de la Torah que nos dan “la segunda oportunidad”, y sin embargo en ambos casos el desierto es la constante y el viaje interior también.

Aprendamos hoy de la corrección de los que vienen a ser como el mejor Escorpio:
  • Auto disciplina
  • Elegir cambio constructivo
  • Dejar ir cualquier estancamiento o baja energía
  • Dejar ir posesiones inútiles
  • Aceptar apoyo de los demás
  • Consciencia de los demás


¿Cómo sacaras el oro de este viaje por tu desierto?

Prana Raquel Pascual
Coach de Vida y Carrera | Psicoterapeuta
Imagen 
https://sostenibilidad.semana.com/medio-ambiente/articulo/polvo-del-desierto-del-sahara-no-representa-riesgo-para-la-salud-humana/42581

miércoles, 1 de abril de 2020

Avivar el Fuego - Y a aprender de Libra



Tzav la porción que recorremos esta semana, significa “ordenar” o "mandamiento", y vale la pena mencionar que es idéntica a Vayikra, la porción que leímos la semana pasada, habla nuevamente de los sacrificios que eran llevados al tabernáculo, pero con un ángulo distinto.

¿Cual es este ángulo distinto?

Pues bien, Tzav, como mandamiento u ordenanza es algo que tenemos que hacer de manera obligatoria, no opcional. Este sacrificio no es si queremos, sino que debemos hacer.

Sonrío mientras escribo porque si hay algo que en este momento estamos viviendo es este concepto de lo involuntario que es nuestra circunstancia mundial actual. No es que tenemos opción de salir huyendo a algún lugar en el que no haya probabilidad de contagio, todo el mundo está igual, lugares que antes nos parecían completamente seguros y un refugio, ahora resulta ser que son lugares que también están en contingencia e incluso peor.

Pues si, esta semana es la del sacrificio involuntario, sin embargo, hay mucho más que tenemos que reflexionar.

Esta semana si se lee el Zohar, la palabra más dominante es FUEGO.

Se habla de cinco tipos de fuego que se tienen que encender para los sacrificios. Y es extraño, podemos pensar "fuego es fuego", pero no. Se habla de cinco tipos distintos. Se menciona el que arde toda la noche, el que arde pero no quema etc. 

Aquí tenemos que comprender que el fuego es un elemento que usamos para elevar, para purificar, pero también es un elemento que tiene que estar conectado a algo físico, no existe por si mismo sin un combustible.

Piénsalo, la tierra es tierra por si sola, el agua es agua por si misma, el aire es independiente donde esté. El fuego no, el fuego tiene que estar conectado a algo físico ya sean ramas, carbón, un pabilo, algo que lo conecta a este mundo.

Si no hay donde encenderlo, no puede existir, no en vano también fue un elemento que en algún punto de la historia se tuvo que descubrir como encenderlo, no podías ir a recolectarlo de algún sitio.

Pues bien, el sacrificio obligatorio de esta semana es obligarnos a ser ese conector para que pueda arder el fuego de la motivación. 

Cuando estamos cayendo en desanimo, en que la vida no vale nada, tenemos que hacer una acción voluntaria de avivar el fuego para estar motivados.

¿No te maravilla la Torah? ¿No te maravilla que esto esté en el Zohar? ¿No te maravilla que esto haya sido escrito hace miles de años y hoy que lo leemos lo entendemos tal cual en el día que estamos viviendo bajo estas circunstancias que nadie imaginaba?

Nuestro sacrificio involuntario pero obligatorio es ser metafóricamente, la leña a este fuego interior, avivar esa motivación, avivar deseo cuando este se está apagando.

No se tu que opines, a mi Kabbalah me sigue sorprendiendo día a día y hace arder mi llama interior.

Espero que también a ti.
Aprendamos hoy de la corrección de  alguien que tiene que desarrollar a Libra:

  • Aprender a cooperar
  • Aprender diplomacia y tacto
  • Incrementar nuestra consciencia de las necesidades de otros
  • Ayudar sin esperar recompensa o reciprocidad
  • Compartir
  • Equilibrar, balancear


Feliz día Comunidad
Prana Raquel Pascual
Coach de Vida y Carrera | Psicoterapeuta Gestalt
Basado en clase de Tzav 2019 Ruth Rosemberg