sábado, 10 de agosto de 2013

Sábado, 10 de agosto de 2013. El síndrome de “No puedo porque...”

Sábado, 10 de agosto de 2013
¿Cuántas veces dices: “No puedo porque...”?

No puedo por mi niñez. No puedo porque hace calor. ¡No puedo porque soy Géminis!

El problema con el síndrome de “No puedo porque...” es que estamos permitiendo que todo, desde el clima hasta los signos astrológicos, esté en control de nuestras vidas.

Cuando dejamos de ceder el control de nuestras vidas, se hace más fácil que hagamos nuestros sueños realidad.

Yehuda Berg
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Elul 2013
Sábado 10 de agosto

Cada bloqueo que tienes con alguien más, es un bloqueo entre la Luz y tú. Tan
diplomáticamente como sea posible, acércate a una de estas personas y hazles saber que si
de alguna forma los has lastimado u ofendido, lo sientes sinceramente. Es irrelevante que
hayan o no aceptado la disculpa porque es tu buena disposición a ser humilde lo que revela la
Luz para ambos: tanto para ti, como para la otra persona.
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Capítulo seis

Siendo la causa

Esperamos que vayas notando cambios significativos que comienzan a ocurrir en tu entendimiento de ti y de tu vida y de como el Universo opera. Esta es la perspectiva de la Kabbalah.

¿Pensaste en toda la gente de tu vida que es significativa para ti?
¿Están ahí porque los elegiste? ¿Estás con culpándolos por tus conflictos y lo que te sientes que te están causando? ¿O estás escogiéndonos con apreciación y reconocimiento de los dones que traen para ti?

En Kabbalah no sólo escogemos lo que nos gusta e ignoramos Lo que no. En lugar de eso nos hacemos estas preguntas:
¿Porque esto está mi película? ¿Porque esta persona me está molestando? ¿Por que esta persona me está trayendo amor y alegría?¿Por qué tengo el mérito de esta maravillosa experiencia o esta terrible penuria?
Por supuesto el ego quiere  darse el crédito y negar todo lo malo. Pero nosotros hemos escogido cada aspecto de nuestra realidad, para bien o para mal.

Culpa
Cuando no estamos escogiendo, cuando actuamos como el efecto, nosotros llamamos a eso la consciencia de víctima. Esta consciencia dice yo no tengo responsabilidad por nada: yo no reconozco ser la causa real. Si tú me molestas y estoy experimentando algo que no quiero sentir, te hago responsable por ello.
Pensamientos como estos pueden ser muy influyentes pero no tienen base en la realidad de acuerdo a la Kabbalah.

¿Por qué son nuestros padres los que más presionan nuestros botones? Bueno, ellos eran los que estaban ahí cuando los instalamos. Ellos saben exactamente donde está cada uno de ellos. Esto hace que sea fácil culpar a nuestros padres y usarlos como la razón por la cual tenemos este patrón que nunca cambia. Podemos llenar nuestra mente con excusas: es que no me amaron, es que mi padre me abandonó, es que no merezco ser amado, etcétera no hay fin para las razones que podemos crear de porqué la vida es de cierta manera.

Después de todo somos los autores de nuestra vida. Nosotros escribimos el script, así que si la película no tiene el script que queremos, está en nosotros cambiarlo, evitarlo. Un ejemplo poderoso de esto es Víctor Frankl, el famoso psicoanalista y filósofo quien estuvo tienes un superviviente del holocausto. Muchos de sus escritos reflejan que a pesar de estar viendo la tremenda destrucción, muerte y horror, así como la pérdida de toda su familia, y tener todas las razones para sentirse la víctima, en su consciencia el continuó viendo la película completa de manera que pudiera crecer de todo lo que estaba experimentando.

Otra persona que es ejemplo de esto, que pudo elegir quedarse como víctima o volverse la causa fue Christopher Reeve. Cuando cayó de un caballo y quedó  paralítico, al principio quería morir. Le rogó a su esposa Diane que lo desconectara, a lo cual ella insistió que se tomara 30 días y que si después de esos días el se sentía igual, ella le ayudaría a desconectarlo. 30 días después, él decidió que quería pelear. Por los siguientes nueve años el logro cosas que su doctor dijo que eran médicamente imposibles. Y él inspiró a millones de personas con su valor. Ahora en vez de recordarlo a él con el personaje de Superman, lo recordamos como un perona que cambió su vida, que eligió no ser una víctima, sino hacer más por el mundo, para sí mismo y para su familia.

Debemos preguntarnos constantemente si estamos reaccionando como una víctima o actuando como la causa. Si estamos en modo víctima, entonces el mundo nos pasa a nosotros. Siempre va haber alguien más: el doctor, el abogado, el señor de la basura, a quien podamos designar como la causa de nuestra miseria. O podemos elegir ser la causa y mirar cómo podemos cambiar el efecto.

No hay accidentes

Nada cae por azar desde el cielo a nuestras vidas. Cada efecto tiene una causa. Las coincidencias realmente no existen. Cuando nosotros hablamos de sincronicidad, cuando todo parece alinearse correctamente, es porque hemos creado una condición que trae estas piezas juntas. La sincronicidad ocurre por diseño. La familia en la que naciste no es un error, no escogiste a los padres incorrectos. Las circunstancias que te encontraste cuando eras niño no estaban pensadas para ser de alguien más.
Con la Kabbalah aprendemos que lo que nos pertenece viene a nosotros. Y lo que no es de nosotros nunca se quedará con nosotros. Tenemos exactamente las circunstancias que nosotros necesitamos.

Como antes dijimos, no hay coerción en la espiritualidad. La ley universal dicta que el Creador no puede forzar ninguna situación que tú no puedas manejar. Cuando estás en una situación que sientes que te supera, recuerda este es un truco del ego. El ego te dirá convincentemente "no soy suficiente para manejar esto, creo que yo “paso” esta vez" Pero está enfrente de ti y Creador sabe que estás listo para manejarlo. Nos negamos a nosotros mismos cuando nos decimos que no estamos listos, que no podemos tomar responsabilidad, que somos víctimas o que no podemos manejarlo.

¿Cómo es que vamos a crecer si no enfrentamos retos con grado de dificultad?

Cuando vas al gimnasio ¿Cómo es que construyes tus músculos? Usando resistencia, una fuerza que trabaja contra nosotros, permitiéndonos construir la masa muscular. No hay otra forma en la vida que podamos crear grandeza para expandir nuestra vasija a menos que tengamos esta resistencia. Es por eso que nuestro Oponente existe. Cuando estamos en el juego de la vida necesitamos oposición contraria para que podamos jugar, de otra manera no nos sentiríamos realmente plenos.

Viviendo más allá de la víctima

¿Cómo vamos a convertirnos de ser la víctima ser la causa? Imagínate un momento que creciste con un papá muy crítico y abusivo. Por una parte, como un adulto, tienes la opción: puedes culpar a tu padre de las circunstancias. O podemos tomar esas cualidades abusivas y actuarlas de la misma manera generación tras generación. O podemos parar y decir espérame, no, ¿Sabes qué? Necesito agradecer al Creador y a mi padre por estas cosas horribles que me enseñó de ser un padre, me enseñó exactamente como no tratar a un niño. Puedo seguir actuando igual o puede reconocer estas conductas y ahora yo actuar diferente, puedo actuar con amor, con conexión. Ahora sé exactamente cómo fomentar más cercanía, respeto y autoestima a mis hijos. Puedo transformar completamente mi experiencia y traer algo positivo a mi propia familia.

Aprendí una lección muy valiosa en mi propia vida hace algunos años mi padre tuvo un derrame cerebral. Solíamos estudiar Kabbalah hasta las tres de la mañana, tener conversaciones que duraban por horas, y yo pasaba con él al menos 20 horas a la semana. Cuando le pasó esto sentí que el Creador había causado a mi padre este derrame masivo, y que una parte de mi padre había muerto para mí. ¿Cómo el universo podría haberme hecho esto a mí? Eventualmente vi que en vez estar viéndolo menos que una persona, debía tratar de conectar con él de una manera diferente. En lugar de conectarme más estaba conectándome menos.

Me di cuenta que estaba sintiéndome como una víctima y comencé a llorar. Perdemos mucho cuando nos sentimos víctimas. Ese fue un punto de cambio. Desde ese momento estado trabajando para verdaderamente estar con mi padre. Es difícil pero es algo que tenemos que hacer juntos. Y como resultado me estoy volviendo más abierto acerca de mi propia historia personal, más deseoso de exponer mi propio proceso interno. Estoy creciendo en situaciones retadoras.

¿Cómo podemos decir si seguimos jugando de víctima o si ya nos movimos a un modo en que nos volvemos la causa? Una pista obvia es checar si esos patrones negativos y de auto derrota están todavía presentes. Si aún nos estamos quejando acerca de lo infelices que somos, cuan derrotados nos sentimos, como nadie nos ama, como no hay buenas mujeres en Los Angeles o como no hay buenos hombres en New York, es que entonces no hemos roto el patrón. No hemos cambiado nada. El script es el mismo. Estamos quejándonos acerca de ser el mismo, ¡De estar en la misma película aburrida que hemos creado!

Otra pista de estar en ese mismo modo de efecto en lugar de causa, es tratar de cambiar tu 1% como si cambiar de coche hoy, ir de shopping, te fuera hacer sentirte mejor. Eso no es ser la causa.
Seguir tratando de la felicidad del mundo externo, en lugar de crearlo internamente.

Hay una historia interesante acerca de un kabbalista que antes de irse a dormir en la noche le pide al Creador “por favor enséñame al menos una imagen de la de lo que es el Cielo”, quiero ver qué es lo que pasa al Alma cuando deja este cuerpo, hacia dónde va, así que su alma ascendió y se encontró un ángel que le dijo ven conmigo a dar un paseo. El kabbalista fue con el ángel a largo del camino. Ellos caminaron y caminaron, y finalmente encontraron dos personas sentadas en una banca, con un vaso roto de agua y un pedazo de pan que parecía que tenía tres meses. El kabbalista le preguntó al Ángel ¿qué es esto?
"Esto es el cielo"

¿Qué quieres decir con que esto es el Cielo? ¿Cómo puede ser esto el Cielo?
Uno de los hombres que estaba en la banca le miró y le dijo: "Tú no entiendes, el Cielo no es un lugar al cual ir, no es un destino, el Cielo está dentro de ti. Nosotros somos mejores amigos y nos amamos el uno al otro, sin importar el vaso roto, el pan viejo, y la banca desgastada. Mi amigo es el Cielo.”

Mientras que nosotros veamos que el Cielo, la felicidad es un lugar, un destino, vamos a seguir en modo de efecto, nunca vamos a ver el Cielo que está ya en nosotros. Pero cuando encontramos la fortaleza para ver en nosotros mismos y buscar nuestra felicidad, entonces nos volveremos la causa.

Puedes decir que estás llegando realmente la causa raíz de tu caos usando una simple analogía: Sabemos que la maleza puede volverse destructivas y acabar con un jardín muy hermoso. ¿Cómo las combatimos? Pues jalamos esas hierbajos. Los removemos. Pero sabemos que aunque las arranquemos, inevitablemente van a regresar. Es mucho de la misma manera, nosotros debemos de excavar, llegar hasta las raíces de nuestro descontento si queremos evitarnos efectos devastadores.

Si una morena está tratando de volverse rubia, cada ciertas semanas va a tener que volver a lidiar con las raíces que la vuelven castaña una vez más. Para ser rubia permanentemente tendría que cambiar su DNA para llegar a la raíz. Nosotros empezamos a cambiar nuestro DNA cuando nos comprometemos en hacer el trabajo necesario para transformar nuestros patrones.
¿Qué quiere decir esto para mí y mis relaciones? Si el principal problema para mí en las relaciones es el miedo al abandono, el miedo de que todas las personas que lleguen me van a abandonar, y yo nunca encuentro donde estar sin miedo solamente voy a reforzar ese patrón.
Si constantemente estamos necesitando reforzar la idea, vamos estar causando que vuelva suceder.

Si eres una persona con miedo y la inseguridad, que nunca aprendió a desarrollar confianza, si no llegamos a la raíz de nuestros miedos, al corazón de nuestros miedos y de nuestro sistema de creencias, estos puntos ciegos destructivos van a volver a aparecer, y nunca experimentaremos resultados diferentes. Viviremos la misma película una y otra vez con diferentes personajes.
No solamente corremos el riesgo de caer en nuestra mentalidad de víctima, sino de que otros traten de llevarnos a su película de víctima. Los Escorpio por ejemplo son víctimas profesionales que tratan de jalar hacia su película por medio de convencer de que nosotros les causamos su sufrimiento. Está en su DNA. Nuevamente, cada signo tiene sus pros y sus contras. Ese es el contra. Ellos pueden ser víctimas profesionales y pueden jalarnos hacia ahí. Ellos tratan de culparnos. Nosotros podemos ser fuertes no solamente para no caer entrar en víctima, sino que evitar que otros no nos jalen esa consciencia de víctima. Lo que necesitamos son herramientas de Kabbalah.

Ejercicio
Quiero tomar la oportunidad de introducir otra herramienta de la Kabbalah, lo que quiero que pienses ahora: ¿Qué estoy sembrando el día de hoy que voy a cosechar dentro de 10 años? ¿Estoy creando plenitud o caos? ¿Estoy sembrando maleza o estoy sembrando flores hermosas?

Cierra tus ojos, siéntate calmadamente y ve con tu mente hacia atrás en el tiempo cuando te sentiste como una víctima. Mírate a ti mismo en la situación. Reconoce que doloroso fue, cuan enojado te sentías. Cuan herido, traicionado, abandonado te hizo sentir. Quizá no tengas que demasiado lejos en el tiempo, esta situación puede estar sucediéndote ahora. Todos tenemos una lista de resentimientos de los cuales podemos reclamar en el tiempo. Así es como vivimos un presente árido con estas experiencias en nuestra mente.

Revive cómo te sentías, nota tu actitud. Nota que defensivo te vuelves. ¿Cómo fue que esto me pasó mi? ¿Porque yo? Nota que está tan paralizado te sientes. Estás aún ahí atrapado en ese patrón de auto derrota? ¿Cuál es la siguiente cuestión que va pasar si me quedo en este lugar de estar culpando?

¿Qué va pasar con tu próxima relación? ¿Cómo vas a lidiar con los siguientes jefes retadores? ¿El siguiente cliente retador que venga a quejarse? ¿Cómo será cuando tus niños empiecen a retarte? Es difícil ver cuando estás en medio de tu caos. Cuando estás culpando y quejándote, cuándo no reconoces como tu ego te toma y causa ese juicio, la queja que te vuelve víctima. Es una de las cosas más difíciles acerca de la transformación: nosotros nos vemos nuestros propios puntos ciegos. Pero usando visualización, completando nuestro trabajo escrito podemos traer Luz hacia ellos.

Light work. Trabajo de luz
Identifica una relación en las que tú fuiste el efecto. Puede haber sido con tu jefe, con tus padres cuando crecías, con tu esposa, o quizá está sucediendo ahora con tus hijos o amigos. Elige una relación en la que eres víctima ¿Cómo te sientes?

¿Son estos los sentimientos que quieres sentir? Si no reta estos sentimientos, interpretaciones, juicios, o conclusiones que estás estoy llegando, porque serán los resultados de tu siguiente relación, escenario. ¿Éste es un lugar en el que te sientes empoderado? ¿Dónde quieres estar?

¿Cuál es tu opción, tu elección? Puedes volverte la causa o seguir siendo el efecto.

¿Cómo puedes ir de culpar, a crear una situación diferente? Recuerda, el primer paso es detenerte, hacer una pausa: espera un minuto ¿Qué está pasando aquí? ¿Cómo es que vine a esta situación? ¿Porque estoy en esta película? ¿Cómo puedes transformarlo? Explora la relación con el escenario en el que eres el efecto y evoca todos los sentimientos que tuviste al respecto.

Hay una ganancia de ser el efecto, y es que no tienes que tomar la responsabilidad. Puede quedarte pasivo. Pero el inconveniente de esto es que nada va cambiar, y tú nunca vas experimentar el tipo de plenitud que estás buscando. Ahora mismo tienes la oportunidad de identificar que necesitas que sea diferente. Si no lo haces, este escenario va repetirse una y otra vez a menos que tú, y sólo tú, corrijan desde el nivel de la semilla. Esa es la ley de causa y efecto. Tienes que hacer una elección de querer ser la causa de nuevos resultados o el efecto del mismo patrón. Elige ser la causa en tu propia vida, ¡Y verás como tu vida será asombrosa de aquí a un año!


Traducción Prana Raquel Pascual 

LKS Kabbalah Centre International Yehuda Berg

Imagen http://www.scoop.it/t/my-photo/p/3997373775/heaven By Jesus Hernández
 

viernes, 9 de agosto de 2013

Viernes, 9 de agosto de 2013 El juego de la culpa

Viernes, 9 de agosto de 2013 

La culpa es un arma de negatividad. Nos mantiene encerrados en nuestra ira y evita que sigamos hacia adelante.

Simplemente deja ir.

Incluso si estás en lo correcto, no vale la pena lo que te pierdes.

Yehuda Berg
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Viernes 9 de agosto
Llama a un buen amigo y pregúntale qué piensa de ti y qué piensa que puedes mejorar. No
importa qué tan dura sea su respuesta, agradécele su honestidad.
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LKS
Capítulo cinco
Elección

Estamos empezando tener un entendimiento más claro de qué es lo que genuinamente queremos, y como traer plenitud duradera y significativa a nuestras vidas.

Si no has hecho los ejercicios, por favor regresa y hazlos, recuerda que no hay atajos en el sistema.

Recuerda que uno de los principios es el merecimiento.

Una vez que tenemos comprendido este concepto, ahora vamos hablar de elección.

¿Sabes que cada vez tenemos la oportunidad y la responsabilidad de crear nuestra propia realidad? Sí, nuestra realidad es totalmente determinada por las elecciones que hacemos.

Causa y efecto
Cuando venimos este mundo como recién nacidos, no hacemos ninguna elección. Como un niño, nuestras elecciones continúan ilimitadas. Como adolescentes, aunque nos rebelamos contra nuestros padres, seguimos sus instrucciones porque no queremos ser cortados de la familia. Dentro de este marco, estamos jugando un rol muy pequeño en la creación de nuestra propia experiencia.

Esto es lo que quiere nuestro oponente, Satán, quiere que seamos "reactivos hacia" y no creadores de nuestras propias experiencias de vida. Cuando crecemos somos muy influenciados por el medio tal como por la televisión, la publicidad, las noticias, etcétera. Todo lo que hacemos es una reacción hacia algo. Hacemos lo que se esperado en vez de tomar elecciones.

Es hasta que empezamos enfrentar mucho caos que nos preguntamos ¿De qué trata esto? Frecuentemente la gente llega a la espiritualidad cuando ya no pueden más con el caos y el sufrimiento.

Plantando semillas

¿Te has encontrado a ti mismo diciendo: tú me hiciste enojar, no puedo creer lo que me hiciste, me hiciste ponerme triste. Como un niño que todavía está aprendiendo su manera de pensar en la escuela, Esta noción entera de "tú me hiciste algo a mí". Si yo digo que tú me hiciste algo lo que estoy diciendo es que tú eres la causa y yo soy el efecto. Estoy diciendo que no tengo control sobre mi realidad y que la vida "me está pasando". Entonces estoy desconectado de la plenitud.

Tenemos que entender que nada nos pasa de repente.

Como nos dicen los kabbalistas, la ley universal se asegura de que todo lo que nos ocurre o se manifiesta en esta vida, sea causado por algo.
Y así, para cada árbol hay una semilla que creció. El que no podamos ver las semillas de un árbol no quiere decir que no existen. ¿Puedo levantar una taza sin que haya habido una orden de mi cerebro para hacerlo? No no es posible.

El problema es que en la vida es que mal interpretamos nuestras circunstancias como si no tuvieran una causa porque no podemos ver la semilla original.
¿Y qué hay con respecto a los accidentes? Los accidentes que parecen pasar al azar, pero aún los accidentes tienen una causa. Pero cuando nos quedamos estancados en la realidad del 1%, no podemos ver como A causa B. No podemos ver como nuestro egoísmo, como nuestro enojo están causando caos en nuestra vida. No vemos las semillas que plantamos

Imagínate cada vez que nos enojamos porque chismeamos, cada vez que actuamos negativamente, hubiera una mano gigante que nos pegara, o piensa una rata en un laboratorio científico Que cada vez que quiere morder el queso recibe un choque eléctrico. Muy pronto la rata entiende que está pasando. Pero como nosotros no nos aparece esa mano, pensamos que no pasa nada con nuestras acciones negativas y es ahí donde se nos genera un gran punto ciego.

De acuerdo a la Kabbalah, una de las cosas más negativas que podemos hacer es causar a otra persona humillación. Nosotros le llamamos "derramamiento de sangre". No es que sea literalmente sangre, sino que sucede cuando traemos sangre a la cara de una persona por avergonzarlo, cuando causamos a alguien pena y humillación. Esta es una de las cosas más negativas que podemos hacer. Una vez que hemos hecho no podemos ya solucionarlo, y eventualmente el precio tiene que ser pagado.

Hay una causa y un efecto, pero en la ausencia de esa gran mano que nos pegue para ver el efecto inmediatamente, nos puede tomar algunos meses, o puede mantenerse en nivel semilla, debajo de la superficie, sin detectar por años y años. Así como parte de nuestro trabajo de excavación, nuestro propósito es encontrar la causa real a nuestro caos, la verdadera causa de nuestro conflicto, y sacarlo de raíz desde el nivel de la semilla.

El Ego

El oponente, Satán, quiere que nos quedemos en el modo efecto. El no quiere que nosotros seamos la causa. Si nosotros nos volvemos la causa, nos conectamos al 99%, y el Satán pierde su trabajo. Así que la creado el ego para mantenernos en el modo efecto, porque el ego es todo acerca de "mí mismo", Todo es acerca de mí. Y "mi", es el efecto. Cuando nuestro Oponente nos tiene modo efecto, estamos a su merced y en nada que podamos hacer. La única manera que podemos lograr el cambio nuestra vida es mediante elevarnos al nivel de causa y dejar de ser el efecto.

En otras palabras, el efecto es el 1% y la causa es el 99%. El 1% manda mensajes que incitan al caos, conflicto y egoísmo. Es como si fueran dos radiodifusoras mandando los diferentes mensajes. El mensaje que recibimos de la luz es que nos volvamos causa, que tenemos responsabilidad que nos hagamos cargo, que compartamos y que seamos activos. Si, hacer esto requerirá esfuerzo, requerirá merecimiento.
Alternativamente, en la estación de radio que viene del oponente estará mucho mejor sintonizada con lo que no se es cómodo. Es fácil de escuchar este canal. Se oye de esta manera "deja que cambien los otros", "ellos son los que están mal", "ellos pierdan", "¿Por qué debo de hacer algo por alguien?, ¿Por qué debo perdonarte? ¿Por qué debo compartir contigo?, ¿Por que debo abrir mi corazón contigo?

Esta estación me hace seguir culpando a Di-os, a otra gente de las injusticias del mundo de mi falta de plenitud. Me lanza a estar esperando que algo bueno aparezca en mi camino sin poner ningún esfuerzo al respecto.

Una de las grandes trucos del oponente es reforzar la noción de que las cosas pasan al azar, la idea de que el mundo no tiene ningún orden. Es lo que los Kabbalistas llaman "el síndrome del de repente" Lo cual simplemente no es posible dadas las leyes del universo. El oponente siempre va a tratar de que creamos que no existe. Y el Satán no es ese señor rojo con cuernos, estamos hablando de nuestro ego. De nuestros puntos Ciegos. De la parte que se esconde por debajo de la superficie.

Sólo porque no veo algo no quiere decir que no existe. Éste es el gran juego que juega el ego. "Si no reconozco mi egoísmo, entonces no soy egoísta". "Si no veo la razón por la que cause tu dolor, entonces tu dolor no existe, lo que pasa es que tú eres demasiado sensible".

Por ejemplo la gente del signo Cáncer son muy sensibles y tienen tendencia fácil a deprimirse a sentirse heridos. Como llevas esa característica a una forma proactiva? Siendo sensible hacia los demás. Así te vuelves la causa no el efecto. Es decir me vuelvo más sensible en cómo estoy afectando a otros. En lugar de culparte de que me estás dañando, me puedo asegurar de que yo no te dañe. En esta manera nosotros tomamos algo de potencial negativo y volvemos en algo que es benéfico para otros.

Una de las piedras fundamentales por los que pensamos que el ego, es parte de nosotros. Pensamos cómo puedo remover mi egoísmo? Pensamos "Esto es parte de quién soy" Ésta es una creencia limitante que nos previene de entrar en contacto con quien nosotros somos realmente. Usamos el egoísmo como una capa que nos previene de ver la luz que tenemos para ofrecer.

Frecuentemente cuando la gente llega por primera vez a Kábbalah, se preocupa ya que piensan que si cambian ese aspecto de sí mismos, va a cambiar su esencia. Pero esta actitud es justamente la que detiene de lograr el verdadero potencial, Esta actitud es la que te está deteniendo es la caja de cartón que contiene tus verdaderos dones. Nos envolvemos a nosotros mismos en muchas capas que pensamos que son quienes de verdad somos. Pero no es verdad. Tu egoísmo, tus miedos, tus limitaciones e inseguridades no son "tu mismo". Solamente es el oponente tratando convencerte de que ser esto ¡Eres tu! Al mismo tiempo trata de persuadirte que él no existe. La Kabbalah te ayuda a quitar esas capas y remover la máscara del oponente.

Piensa por ejemplo en alguien muy introspectivo, amable modesto y respetuoso. Pero puedes sorprenderte de descubrir que detrás de esa callada introspección se puede estar escondiendo un gran ego.
¿Cómo pensar que una persona tan tímida tenga tanto ego? Pensamos que las personas arrogantes son las que tienen un gran ego. Pero piénsalo, mientras estoy ocupado siendo tímido y autoconsciente ¿Que es lo que realmente te obsesiona? TU mismo. ¿Qué es lo que piensas acerca de mí? ¿Te gusto? ¿Te vas a reír de mí? Cuando nosotros nos enfocamos en nosotros mismos, por definición es nuestro ego que nos mantiene mirándonos a nosotros mismos.

La vasija
Tenemos una inmensa cantidad de luz para compartir, y compartimos luz cuando removemos nuestras máscaras y nos volvemos la persona que realmente podemos ser. Para hacer esto necesitamos un plan de acción. Para ir una batalla no vas sin planear como la vas a ganar. Debemos tener una estrategia. Necesitamos estar preparados. Por eso no sirven las herramientas de la Kábbalah.

Es como la historia del papá que le regaló al hijo un rompecabezas ya hecho. No vio que la diversión está justamente en armario. Es es el trabajo de la vasija. Desarrollar un plan para decidir qué pieza vamos a utilizar primero

En Kabbalah el término vasija es muy importante. En cierto sentido todos somos vasijas, y nuestro propósito es ser llenados con luz. Una vasija es un contenedor y esa vasija puede ser limitada o puede ser muy grande. Como las piezas de nuestro rompecabezas, algunas son grandes y otras pueden ser pequeñas. Todos tenemos dos ojos, una nariz, una boca, estamos hechos del mismo material, todos tenemos un alma, todos tenemos la Luz dentro de nosotros, la cual estamos aprendiendo a accesar. Entonces ¿Cuál es la diferencia entre la gente? O por ponerlo de una manera diferente ¿Cual es la diferencia en las vasijas? ¿Cual es la diferencia entre Donald Trump que quiere comprar toda la ciudad y el tipo que es feliz viviendo en una cuartito pequeño de su apartamento? ¿Es uno mejor que el otro? No, simplemente uno tiene un deseo más grande, y el otro tiene un deseo más pequeño que puede ser satisfecho fácilmente.

Una de las de los principios universales es que la luz de la plenitud solamente puede influir en nuestra vasija si tenemos el deseo primero. Una vez más, no hay coerción. Primero tenemos que crear nuestra vasija mediante tener deseo.
Recuerda, mientras más grande la olla, más grande tiene que ser la tapa que necesitas ponerle arriba. A más necesidad o deseo de recibir, mas grande debe ser la necesidad de restringir la avaricia potencial.

Para volverse la causa, necesitamos saber que estamos haciendo una elección. Una vez que estamos eligiendo podemos tomar la responsabilidad. Una vez que tomo una elección, nada me está pasando a mí, sino que pasa por mí. Pero frecuentemente no sabemos que estamos haciendo elecciones. La lección más importante que podemos tener de este capítulo es que nosotros hacemos elecciones. De ahora en adelante nuestra vida puede ser diferente. Las cosas que nos han traído hasta el problema antes ahora pueden llevarnos a la felicidad.

Causa efecto
Esto toma un cambio de percepción. Yo elijo ser la causa no el efecto. Yo elijo ser una vasija fuerte; yo elijo ser como la luz. Si yo elijo mantenerme como el efecto, la vida puede continuar siendo un desorden. Cuando vivimos nuestra vida en el 1%, el efecto va hacer caos, garantizado.
Lo que conseguimos a cambio es el confort. 
El volvernos como el 99% nos va tomar un cierto tiempo. Esto es porque cuando empezamos a movernos hacia el modo causa, a acercarnos hacia la luz, estamos caminando hacia un territorio desconocido. Si, nos sentimos más reales, si se siente mejor, si se siente más plenitud pero empieza a traer algunas cosas incómodas.

Una vez que fui a un concierto con mi esposa ella estaba empezando apenas su embarazo. Mientras yo estaba disfrutando, de pronto me di cuenta que ya estaba pasando muy mal rato, ella estaba solamente por que yo estaba contento, ella estaba haciendo incondicional y no estaba pensando en sí misma. Y fue ahí donde empecé a pensar yo con quien era incondicional? Como son las relaciones? Con quien tengo yo esta actitud de estar sin pensar en mí?  En ese momento todas mis relaciones me quedaron claras.

Trabajo de Luz (Light Work / Tarea)
Toma un papel y escribe el nombre de cada persona significativa en tu vida. Entonces pregúntate lo siguiente:? ¿Ellos pertenecen a mi vida? Si la respuesta es si ¿Por que? Si no pertenecen ¿ Por qué están ahí? ¿Es tiempo de tener una conversación con ellos? ¿Es tiempo de removerlos de mi película? Empieza a repensar a re-escoger a la gente que tienes alrededor de ti.

Hacer esto fue una experiencia asombrosa para mi
Una vez que inserte esto en mi vida de una manera regular, pienso en esto frecuentemente, y creo que todos necesitamos hacerlo. La pregunta se vuelve
¿Hacia dónde voy? Pero aún más importante ¿Quién va conmigo?

Si tu vida es como un barco ¿quien quieres que vaya en ese barco contigo?

Gente que te apoye. Gente que te ayude a ser la causa. Gente que te ayude a vivir en el 99%. La gente que te vuelve loco no pertenece ahí aunque te están empujando a cambiar un aspecto de tu naturaleza. Y nosotros no pertenecemos a la vida de alguien si lo único que estamos haciendo es drenarle energía. Es tiempo de volverse real y de ser la causa de lo que uno vino hacer en esta jornada.

Traducción Prana Raquel Pascual

LKS Kabbalah Centre International / Yehuda Berg
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