Esta semana leemos la porción llamada Balak. Una vez más encontramos un nombre propio en una de las porciones. No es raro, pero tampoco es aleatorio, debemos poner mucha atención en las características de esta persona para no perder el mensaje que el código nos puede compartir.
En este caso Balak era el rey de los moabitas, un pueblo "enemigo" de los israelitas liderados por Moisés. Balak supo que los isrealitas se acercaban a su territorio y entonces contrató a Bilaam, un ser que conocía de artes de brujería y profecía pero que las interpretaba a su entender y conveniencia, y de ahí el problema.
Balak era creyente de Baal un dios de la fertilidad y la lluvia de ciertos pueblos de aquel tiempo.
Pensemos que gran tema de diferencia entre el monoteísmo y el politeísmo es que este segundo fragmenta en pequeños pedazos (por así decirlo), los fenómenos del Universo. La visión del monoteísmo unifica el poder de unidad y sentido de un Todo, no considera que haya tal cosa como una batalla entre dioses o tener que contentar a uno con consecuencias de incomodar a otro, sino comprender la unicidad de nosotros incluidos dentro de toda UNA Creación en la que como entendemos, pertenecemos EN, nada es ajeno y técnicamente me atrevo a decir que nada debería ser enemigo de nada, simplemente somos elementos de la dinámica de la Creación, por eso se vuelve complejo pensar en adorar a un pedacito o sentir como que "este es mi dios pero no es el tuyo".
Como veremos esa fragmentación es la que genera los odios y desconfianzas. Los rencores y la incapacidad de compartir.
Esto vemos en este capítulo o porción, esta búsqueda de destruir a otra parte de la creación en este caso con el poder de la palabra, es decir a partir de maldecir.
Aquí simplemente cerraré el post de hoy con la reflexión. Si tu encuentras un cuerpo de agua cristalina y dices, "solo voy a envenenar una partecita de esta agua con mis desechos, con jabón, con basura, con sustancias tóxicas, pero solo este pedacito..." eso es algo que no sucede. Si contaminas una pequeña parte, esto se dispersa y contamina al Todo.
Esto pasa cuando maldecimos o contaminamos nuestro entorno espiritual, social, familiar, de comunidad. Parece que no querías hacer daño al Todo, no te querías hacer daño a ti y a los tuyos, pero eventualmente, en la dinámica del sistema, la maledicencia regresa a ti de alguna manera porque todo y todos estamos de alguna manera conectados. Pertenecemos a la unidad y no hay tal cosa como que no impactes con tus palabras, intenciones u acciones.
¿Cómo te parece que esto impacta en tu propio entorno? ¿Crees realmente que no impactas?
Todos impactamos. No somos insignificantes ni inocuos, no debiéramos desatender tanto ese poder que tenemos simplemente por pertenecer.
Feliz día. Reflexiona ¿Cómo ayudas tu a contaminar tus espacios de convivencia simplemente con tu actitud, tus palabras y acciones?
Prana Raquel Pascual - Psicoterapeuta Gestalt Humanista - Coach
Imagenhttps://www.lasiciliainrete.it/es/culti-miti-e-leggende-dellantica-sicilia/culti-di-origine-orientale/baal/
Nota: De acuerdo a lo que se puede leer, a Baal se le ofrecían sacrificios humanos de niños primogénitos de las familias "nobles". Parece que un recurso que se implementó fue la práctica de secuestrar niños para ofrendárselos, quizás de ahí el horror con el que se le registra en la historia judeo- cristiana, a fin de que posteriormente de ese nombre surge Baal - Zebub o Señor de las moscas o del estiércol que posteriormente hemos escuchado como Belce-bú. DE ahí la imagen de hoy en el que se ve la entrega de un bebé a una figura entronizada.
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