Sarah y Avraham hicieron muchas cosas en sus vidas;
algunas dieron frutos a largo plazo y se podría decir que otras, objetivamente,
fallaron. Ellos tuvieron miles y miles de estudiantes, y no muchos se quedaron
con ellos hasta el final.
Pero ¿Cómo lo
vio Sarah? ¿Sarah pensó que había desperdiciado la Luz y la energía que
invirtió en todos estos estudiantes? No, Sarah tenía con ella sus años, su vida
y su energía. Ella sabía que cada porción de energía que invirtió desde el
momento que inició su trabajo espiritual en este mundo hasta el momento en el
que se fue, estuvo siempre con ella.
Si una persona o una
situación no se manifestaba de la manera en la que ella deseaba, era algo
secundario; no era importante porque sabía que esa Luz era de ella, que esa energía
era de ella, ella la reveló. Por lo tanto, ella se apropió de todos sus años.
Si nuestra consciencia es: “Acabo de desperdiciar
un año, toda la energía que invertí en una persona o en un proyecto se
desperdició”, entonces ya no nos “apropiamos” de ese año y es como si
hubiésemos perdido ese año por completo.
Pero cuando Sarah dejó este mundo, está escrito que ella tenía todos sus años porque sabía que nunca hubo un instante desperdiciado en su vida. Ella sabía que la Luz no se disipa y que la energía nunca se va.
Michael Berg
Publicado por Prana Raquel Pascual
- Psicoterapeuta Gestalt - Coach
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