Continuando con este repaso que estamos haciendo de
las bases de la Kabbalah, notarás que hablamos de Dar y Recibir, así como de la intención de transformar el Deseo de Recibir para uno mismo, en Deseo de Recibir para Compartir.
Como verás, recibir no es el problema, de hecho, es un
concepto clave que por supuesto ejercitamos permanentemente en nuestras vidas aunque haya a quien le conflictúe: Ninguno de nosotros somos la causa de todas las causas por nosotros mismos, de facto, todos recibimos la vida a través de otros.
Algunas personas que se apoyan en el blog para su
práctica espiritual me dicen que se confunden con cuando dar y cuando no, y lo
comprendo, esa es justamente la maestría que buscamos desarrollar en nuestras
vidas y para ello mencionamos la Columna Derecha (Dar), La Columna Izquierda (Recibir) y por
supuesto la creación humana que es La Columna Central, la justa medida entre ambos.
En el estudio de la Kabbalah la veremos
representadas por Abraham, la columna Derecha, el compartir, la bondad, la
misericordia. Isaac, el recibir y con ello también los conceptos de rigor, de
disciplina, de severidad. Son dos polos opuestos completamente.
La Columna Central es la reconciliación entre las polaridades, lo que en algunos casos podemos entender como El Justo Medio.
Decir el justo medio me obliga a aclarar, que no necesariamente la reconciliación adecuada está en la mitad geométrica o aritmética de las cosas.
El Justo Medio tiene más que ver con la palabra JUSTO / JUSTICIA, que es lo que en la traducción a patriarcas (los justos de la Biblia), se conoce como Jacob, el hombre que no se pudo quedar simplemente cómo era su naturaleza al nacer, sino que tuvo que hacer cambios sustanciales en su personalidad a fin de alcanzar su potencial. A través de él representamos las cualidades de lo que llamamos la Columna Central o la Restricción. Saber cuando dar, saber cuando recibir, saber cuando esperar, cuando ser paciente, cuando demorar la satisfacción de un deseo hasta merecerlo.
Jacob tuvo que salir de su casa huyendo y desarrollar una enorme capacidad de demora y tolerancia a la frustración para recibir lo que él quería, tuvo que hacer muchos esfuerzos para templar su carácter, tuvo que luchar contra su propio dialogo interno (las luchas con su ángel), tuvo que enfrentar miedo con serenidad como cuando se volvió a encontrar con Esaú, tuvo que luchar contra la tristeza y la falta de certeza (tal como lo tenemos que hacer todos nosotros) cuando supo que su hijo Yosef había muerto, en fin.
Esa es la columna que queremos desarrollar: aprender a no simplemente actuar regidos por nuestros impulsos, sino regularlos, sopesar, siendo mesurados pero decisivos cuando es necesario, no sucumbir al miedo, pero no ser indolentes o irreflexivos.
Eso y más, por eso se les llama Tzadikim – Justos.
Mucha virtud ciertamente. Pero eso, eso es el trabajo que buscamos cuando decimos querer ser espirituales ¿Sigues dispuesto?
Feliz día Comunidad
Prana Raquel Pascual – Coach – Psicoterapeuta
Basado en aprendizajes de El Centro de Kabbalah
Internacional
Imagen http://ermitiella.blogspot.com/2019/02/san-baudelio-de-berlanga.html
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