El comienzo de la porción
Behaalotjá habla acerca del encendido del candelabro. El Creador le dice a
Moshé que le ordene a Aharón que encienda el candelabro en el Beit
Hamikdash (Templo), y
está escrito que Aharón siguió las órdenes que le dieron. Moshé dijo: “Así es
como el Creador quiere que lo hagas”, y Aharón lo hizo; esto nos dice que él no
cambió las instrucciones que recibió de Dios.
Pero ¿por qué —preguntan los
kabbalistas— la Torá dice que Aharón siguió las órdenes? ¿Por qué la Torá
necesita informarnos esto? Estamos hablando de Moshé y Aharón; sin duda ellos
entendían que esta era la manera en la que el Creador quería que se hiciera el
encendido. Ciertamente, Aharón escucharía y no cambiaría las órdenes. Parece
casi innecesario que la Torá nos diga esto. Pero, como sabemos, todo en la Torá
tiene un propósito.
La respuesta que dan los
kabbalistas, que no solo es importante sino también muy práctica, es la
siguiente. Cuando se alaba a Aharón, no se alaba que Aharón no haya cambiado
las instrucciones o la orden que se le dio, sino más bien que el mismo Aharón
no cambió. El encendido del candelabro era una de las acciones más importantes
a realizar, por lo tanto, el trabajo espiritual que estaba haciendo con el
encendido del candelabro reveló una enorme cantidad de Luz tanto para este
mundo físico como para los Mundos Superiores. Sin embargo, aun sabiendo que él
era la única persona que podía hacerlo y que esta acción revelaría muchísima
Luz, Aharón no cambió en absoluto. ¿Qué significa esto? Aharón no permitió en
absoluto que su ego interviniera y lo cambiara.
Desafortunadamente, es muy
común que cuando las personas reciben una responsabilidad, o creen que tienen
una gran responsabilidad, cambian la manera en la que se permiten hablar y
tratar a otra gente; cambian, porque permiten que su ego intervenga y les diga
cuán importantes son. Pero tenemos que aprender de Aharón que si cambiamos
debido a una posición o responsabilidad externa, en realidad nos estamos
desconectando de la Luz del Creador; sin importar cuánta Luz revele la acción
que estemos realizando. Aharón, cuya responsabilidad era mayor a cualquier cosa
que podríamos imaginar, no cambió; por lo tanto, tenemos que aprender de él. Es
una lección y consciencia importante que nos da la porción de Behaalotjá: sin
importar qué responsabilidad espiritual nos asignen, tenemos que asegurarnos de
que nuestro ego no intervenga y nos cambie.
Michael Berg
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