martes, 3 de agosto de 2010

Agosto 3, 2010. No los necesito


MARTES, 3 DE AGOSTO DE 2010


A veces, cuando somos jóvenes, nos aferramos a sentimientos negativos como mecanismo invertido para protegernos de nuestro entorno. A medida que crecemos, olvidamos dejar ir esos sentimientos y hacer verdaderos amigos.


Ahora, estamos entrando en una gran época del año, un momento de elevación y de una energía poderosa. Es momento de decirles "adiós" a nuestros viejos amigos.


Hoy, di "adiós". Adiós, tristeza. Adiós, soledad. Adiós, ira. Ya no los necesito. ¡Hola, felicidad!


Yehuda Berg

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Particularmente no puedo decir que "cuando joven me pasó" y "ya me dejó de pasar" que a veces me conflictúe lo que veo y vivo. No. Todavía lo padezco. Trato de que no pero hay días que es más fuerte que yo.


Especialmente he notado que cuando tengo una preocupación grande, mi concentración se desvía de lo importante a lo que siento como urgente que quizás no es trascendental, pero que en el momento se vuelve mi foco y el hoyo negro de toda la buena energía.


El stress es mi trampa, la angustia es mi trampa, el que me agarre desprevenida es mi trampa. Ese es un "amigo" que entró a mi casa como visita y se instaló como habitante.


Me acuerdo de un pequeño curso que tomé hace poco con respecto a eso, al manejo del stress y decía que uno de los componentes que pueden ayudar profundamente a subsanar sus efectos, es el proceso de aprendizaje. Saber y entender. Dos factores de distensión de la ansiedad.


Uno de los ejercicios más bonitos que he hecho lo pasé en ese taller en el que el instructor proyectó unas láminas con una especie de gráficos que hacían "olas" y arillos con lineas como flechas de colores, y efectivamente, eran flechas que se debían seguir para poder conducir una partitura virtual, una pieza musical en formato gráfico que debías ser capaz de seguir con tus dedos como batutas, los índices de la diestra y la zurda, cada una haciendo ovillos al compás de una música de Beethoven.


Aprender a seguir la armonía, más que con el cerebro con la intuición se volvió un ejercicio delicioso para el espíritu. Estresante cuando lo veías sin comprensión, maravilloso en cuanto contabas con entendimiento.


Eso trato diariamente de hacer, zambullirme en el entendimiento para decir "adiós ansiedad" y decir "hola armonía".


Bienvenido entendimiento, adiós stress por ignorancia o falta de comprensión. Ese amigo es al que quiero recibir y el segundo de quien me quiero despedir por siempre.


Caminaré hacia allá.


Prana Pascual


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