Las tribus de Israel son llamadas en la Torá con dos nombres: SHBATIM y MATOT, cuya significancia simple es: ramas de un árbol.
Shebet se refiere a una rama frágil, que aún está unida al árbol, mientras que Maté es un palo fuerte hecho de una rama que ya ha sido cortada. Ambos nombres nos muestran dos situaciones del Pueblo de Israel: el «árbol» del cual han sido extraídas las almas de los iehudim, es su Fuente Original, Hashem.
Cuando la relación entre las almas y Di-os está revelada éstas son
llamadas Shbatim, pero cuando esta unión está oculta y desde un
punto de vista externo no se ve, los iehudim son
llamados Matot.
En general la primer situación (shebet) se relaciona con el alma cuando ésta aún no ha descendido a este mundo y no se ha envestido en un cuerpo. Está allí en un ámbito totalmente espiritual y elevado, apegada totalmente a Di-os, tal como la rama lo está al árbol. Pero después que el alma desciende a este mundo, dentro de un cuerpo físico, ya no siente su relación intrínseca con la Fuente, es decir, Di-os. Inclusive puede existir un sentimiento de desconexión, ya que el cuerpo y los instintos físicos luchan contra el alma y tratan de obstaculizar su relación con Hashem, pareciéndose a un Maté (palo)que fue cortado del árbol.
Analizando
lo antedicho notamos que cuando la rama aún está unida al tronco se encuentra
débil y blanda, y aparentemente luego de ser cortada adquiere mayor vigor y
fortaleza, incomparable a su estado anterior. Y esto es, en realidad, el motivo
del descenso del alma a nuestro mundo material, ya que justamente a través del
aparente desprendimiento de la Fuente Divina, el alma revela un vigor y
fortaleza colosales llegando a un nivel más elevado aún, ya que los obstáculos
y el instinto del mal despiertan al «Maté» del alma que se empecina en
permanecer unida a pesar de todo a Hashem, haciendo que su lazo con él sea
mucho más profundo.
Cuando el pueblo de Israel fue llevado al duro exilio donde reina una intensa oscuridad, nos parecemos al Maté, teniendo que sacar a la luz todo nuestro potencial interior, para poder enfrentar todos los impedimentos y pruebas de esta época que nos toca vivir.
Encontramos una señal de esto en el hecho que esta Parshá es leída en «las tres semanas de duelo» que se extienden del 17 de Tamuz (Cáncer) a Tishá beAv, quedando a la vista el verdadero sentido del galut (exilio), es decir, ¡lograr que emerja el Maté de nuestra neshamá (tercer nivel de alma).
Esto lo que nos indica es que los obstáculos fortifican nuestra alma que es el propósito de nuestra misión terrenal.
(Likutei
Sijot, tomo 18, pag. 382. De las Enseñanzas del Rebe de Lubavitch)
Publicado por Prana Raquel Pascual - Psicoterapeuta Gestalt Humanista - Coach
Fuente: https://www.tora.org.ar/matot-masei/
Imagen https://definicion.de/vastago/