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martes, 27 de febrero de 2024

Crear Becerros de Oro


En el capítulo bíblico de Ki Tisá, Moshé ascendió al Monte Sinaí después de decir a los israelitas que regresaría en 40 días. Ellos esperaron pacientemente pero calcularon mal el regreso de Moshé por seis horas y por ende comenzaron a preocuparse de que su justo líder, quien los había sacado de la esclavitud en Egipto, no regresase. Sintiéndose abandonados, se acercaron a Aarón, hermano de Moshé, y le pidieron que construyese un dios que asumiese el lugar de Moshé.

Aarón accedió y fabricó un ídolo en forma de becerro de oro a partir de la joyería ofrecida por el pueblo. Luego lo presentó ante los israelitas y les dijo: “Estos son sus dioses, Israel, quienes los sacaron de Egipto”.

Incluso después de los muchos milagros que los israelitas observaron aún sentían la necesidad de algo que los guiase. Ellos creían que la seguridad sólo podía encontrarse en el mundo físico. Esto no es un fenómeno poco común. De hecho, es parte de la naturaleza humana sentir seguridad en el mundo físico. El suelo debajo de nuestros pies y los techos encima de nuestras cabezas pueden ser muy reconfortantes. Llegamos a encontrar comodidad en cosas físicas (una taza de sopa caliente, un carro completamente nuevo, una manta peludita, un anillo de diamantes). Le otorgamos a estas cosas un significado y como resultado nos sentimos seguros cuando están en nuestra vida y nos sentimos inseguros cuando nos faltan. La verdad es que el mundo físico puede ser fugaz. La realidad trasciende los objetos físicos.

Para los israelitas fue difícil lidiar con esta idea y carecieron de certeza en el Creador. Desde nuestra perspectiva moderna es fácil decir que no tenían nada de qué preocuparse. Con un poco de paciencia y fe se habrían dado cuenta de que todo estaría bien en el momento correcto. Sin embargo, nosotros luchamos con esta misma conciencia y continuamos creando becerros de oro para nosotros mismos.

Es muy fácil para nosotros colocar nuestra fe en el mundo físico. Obtenemos un falso sentido de seguridad a partir de las cosas, imaginando que nuestras vidas serán mejores cuando seamos dueños de una casa bonita, cuando manejemos un buen automóvil o cuando mejoremos nuestro guardarropa. Ya sea de manera consciente o inconsciente, tenemos la tendencia a buscar plenitud en objetos físicos. Sin embargo, la realidad vive en el mundo que no es físico. La realidad vive en la interacción humana, en los actos de compartir, en el amor y en las oraciones. La única seguridad verdadera que puede encontrarse está en la Luz creada por nuestras interacciones con otros y en nuestra certeza.

Cuando el mundo físico es utilizado para elevar la conciencia, puede ser beneficioso. Pero es importante recordar que: “La conciencia no es algo que podamos sentir o tocar”, señala el Rav Berg, “a esto es a lo que los kabbalistas se refieren cuando dicen mente (conciencia) sobre (controlando) la materia (lo físico). Mente sobre materia quiere decir que nuestra conciencia controla nuestro mundo físico”.

El mundo físico es simplemente una herramienta para que podamos transformarnos y revelar más Luz. El Rav Berg explica: “Lo físico fue creado para que podamos eliminar los obstáculos como el tiempo, el espacio y el movimiento con nuestra conciencia. La única razón por la que existen estas limitaciones es porque están muy incrustadas en nuestra conciencia”. Cuando nos permitimos ver más allá del mundo físico, podemos ver la Luz del Creador. La Luz nos rodea cuando ayudamos a un amigo en necesidad, cuando realizamos actos de caridad o cuando experimentamos amor incondicional. La Luz nos apoya cuando tenemos certeza en que el Creador está cerca, incluso cuando no lo veamos.

Los becerros de oro que creamos son sólo muletas que nos ayudan a obtener conciencia de lo espiritual. Líderes espirituales como Moshé pueden ir y venir. Los objetos físicos pueden fallarnos. Pero no existe reemplazo para nuestra conexión con la Luz del Creador.

El Centro de Kabbalah Internacional

https://www.kabbalah.com/es/articles/creating-golden-calves/


domingo, 25 de febrero de 2024

¿Confiar o no confiar?


Una de las grandes trampas que nos impone contar con el obsequio de que los humanos seamos capaces de tener una percepción de tiempo (una de las grandes ilusiones del mundo físico de Maljut), es contar con algo que llamamos noción de pasado, presente y futuro, es decir, somos capaces de juzgar y narrarnos una historia de cómo fue el pasado (siempre con sesgo de nuestra memoria, pero eso no lo tenemos tan claro) o, especular cómo será el futuro, generándonos expectativas acerca de él, inventarnos negras historias de lo que podrá llegar a ser o por el contrario, generarnos ideas de que lograremos ser felices cuando algo que deseamos suceda en el futuro.

Observa que todo esto es mera imaginación, ya sea en reversa o en avance: la tragedia o drama pasado o los paraísos perdidos que nos hacen creer  que "todo pasado fue mejor", o nuestras ilusiones del futuro, ya sea la catástrofe que adivinamos o el Edén que soñamos. Un magnífico Israel prometido.

La porción que seguiremos esta semana se llama Ki Tisa que entre otras cosas nos hablará de un símbolo importantísimo para la espiritualidad: La construcción del Becerro de Oro.

¿Qué es el Becerro de Oro? 

En la historia textual, fue un artefacto creado con el oro fundido de los israelitas al que por artes de brujería o magia se logró "vivificar" y que funcionaba como un oráculo, un especie de Google de aquel entonces que podía dar respuestas a todas las inquietudes de las personas.

Todo esto sucede mientras que Moisés subía al Monte Sinaí a recibir las instrucciones del sistema de la Luz, es decir las Tablas de los Enunciados o reglas del juego de la vida y dejaba a los israelitas a cargo de su hermano Aarón para que lo esperaran PACIENTEMENTE.

¿Qué sucedió?

Lo que sucedió es lo que nos pasa a los humanos con frecuencia, empezaron a sentir que el tiempo pasaba y que Moisés no regresaba. Las dudas empezaron a surgir ¿De verdad va a volver o ya nos quedamos aquí solos en el desierto?

Como si eso no fuera suficiente, alguien comenzó a inyectarles incertidumbre. Unos personajes llamados los Erev Rav empezaron a hacer declaraciones negativas de la situación, generar falta de certeza de que Moisés cumpliría con su palabra de volver. El tiempo comenzó a volverse un enemigo, con cada minuto que pasaba más dudas se dejaban invadirlos y comenzaron a necesitar respuestas de cualquier índole con el cual alimentar sus mentes ansiosas.

La sección de esta semana de la Torah nos va a estar hablando de la importancia de mantener la certeza, la paciencia, y de mantener la memoria espiritual más allá de artefactos o recursos que nos sirvan de guía externa más que hacer uso de nuestra consciencia interna.

Muchas veces los humanos nos espantamos de ver los movimientos en el sistema de la vida. Que las cosas cambien nos hacen sentir que perdemos algo vital.  El futuro comienza a ser un escenario tenebroso y el temor nos desconecta de nuestra espiritualidad, es decir, esta unidad con el Universo y su perfecto orden.

La inmadurez espiritual de los israelitas se hizo sentir y la oportunidad de revelar los secretos del Orden se les escapó.

Ahora, piensa en tu propia vida ¿Tienes certeza de que el proceso actual es el que necesitas para tu evolución o el escenario caótico del futuro está haciendo presa de ti? ¿Estás recurriendo a Becerros de Oro para lograr calmarte? ¿Falsos profetas disfrazados de influencers expertos de algo nublan tu sentido común?¿Sustancias mágicas que con tan solo tomarlas desaparecerán todos tus males?

No es que no podamos usar recursos del conocimiento, pero si no nos damos cuenta que son tan solo apoyos parciales que no pueden volverse nuestros "dioses rectores" (en minúscula)  podremos caer en la desconexión de la consciencia que es nuestro verdadero canal hacia lo que nombramos Di.os con mayúscula.

Reflexionemos qué tan confiadamente podemos caminar nuestra ruta espiritual independientemente de la noción de pasado, presente o futuro.

Feliz domingo y semana Comunidad

Prana Raquel Pascual - Psicoterapeuta Gestalt

Imagen https://ar.pinterest.com/aldaseby15010434/%C3%A9xodo-32-el-becerro-de-oro/