Sábado, 19 de diciembre de 2015
Pasamos mucho tiempo pensando en lo que hicimos o pensando en lo que vamos a hacer.
¿Y qué ocurre con hoy… el ahora… el presente…?
Constantemente pensamos en quién seremos mañana, la próxima semana, el próximo año. Piensa en el hombre que trabaja durante cincuenta años en una profesión que no le gusta. Pero trabaja allí durante ese tiempo de todas formas porque sabe que cuando llegue a cierta edad se jubilará y tendrá tiempo para hacer todo lo que le gusta en la vida. Pero, ¿quién le asegura que tendrá otros cincuenta años para hacer lo que decidió hacer?
¿Cuántos de nosotros vivimos verdaderamente en el presente? ¿Cuántos de nosotros nos levantamos y decimos: “Vaya, ¡qué hermoso es poder ver el amanecer! ¡Qué fabuloso es tener cosas en mi vida que me hacen feliz!”.
Por supuesto, indudablemente hay cosas en nuestra vida que preferiríamos que no existieran. Hay cosas que probablemente preferiríamos no tener o cosas que debimos hacer para llegar hasta donde estamos ahora. Pero hay mucha belleza, energía y bendiciones en el simple hecho de estar vivos, cosas que realmente no reconocemos o de las cuales no hablamos.
Nadie sabe si estará vivo el próximo año o el próximo minuto. Por eso necesitamos vivir para ser la persona que somos aquí y ahora.
Karen Berg
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En est aporción Jacob después de la revelación de que Yosef estaba vivo, viaja a Egipto, lo cual es muy notable siendo el un ser espiritual, sin embargo, como la columna central, el podía hacerlo, algo que por ejemplo Isaac no podía hacer, el no podía dejar de vivir en Israel ya que era columna izquierda, no podía entrar a una tierra de negatividad.
Algo muy significativo que nosotros, es que Jacob, que representa el balance que da la restricción, podía hacerlo, me parece que eso es un mensaje para nosotros que justo eso trabajamos, poder estar por encima de la influencia si logramos tener ese nivel de consciencia.
Explica la Biblia kabbalista algo que me encantó leer: "Jacob entró a Egipto y aunque se esperaba que la hambruna durara siete años, terminó en cuanto el entró a esa tierra. Esto es, porque la gente justa tiene la habilidad de tener mente sobre materia, y de esta manera es capaz de crear milagros y de cambiar el destino."
Sin embargo, cabe mencionar, que Yosef los estableció posteriormente en un lugar de Egipto llamado Goshen en el que no había negatividad, lo cual nos muestra que si, aunque puedes tener esta facultad de influenciar, hay que elegir un ambiente positivo, ya que aún el más justo, si se expone demasiado a negatividad, puede ser influenciado.
Todo es una materia de balance.
Nunca hay que perder de vista que nosotros podemos influenciar en cada lugar en el que estemos, pero nunca hay que ser tan ingenuo de menospreciar el poder de la negatividad.
Tenemos la facultad de crear milagros y maravillas, pero nunca debemos de bajar la guardia ante las influencias y a cuidarnos, este mundo tiene esta constante lucha --por así decirlo-- de Luz -oscuridad.
Parece una paradoja, y lo es, pero justo estar en esa consciencia de balance es de lo que trata la vida. Sin oposición no puedes crecer: Un medio totalmente complaciente no te da reto ni estímulo, pero tampoco hay que abusar de tentar a la oscuridad a lo tonto, porque es también una fuerza en sí misma y no hay que ser tan ingenuo para vivir desafiándola sin sabiduría, por eso nunca puedes permitirte caer en el exceso de tristeza, ira etc porque te puede ganar, y salir volverse realmente difícil, aunque tampoco puedes darle la vuelta a las posibilidades de enfrentar situaciones que te hagan crecer.
Muy sutil ¿No crees? :-)
Shabbat Shalom Comunidad. Balance.
Prana Raquel Pascual
Psicoterapeuta Gestalt
