La limpieza de Pesaj
Hace muchos años, cuando comencé a estudiar Kabbalah (¡Corría el año de 2006!) formando parte de la increíble comunidad de aquel entonces en El Centro de Kabbalah México, conocí lo que es Pesaj, o lo que es la Pascua original (simplemente por tiempos históricos, la Pascua que se menciona en el Antiguo Testamento, sucede antes que la del Nuevo Testamento y no debiéramos tener controversias al respecto). Son dos expresiones de aprender acerca de la libertad sucediendo en distintos niveles, una no tiene que negar a la otra si aprovechas las lecciones que ambas pueden darte.
Pues bien, el Pesaj o Pascua del antiguo testamento tiene que ver con la salida del pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto y su posterior 'paso' por el Mar Rojo, uno de los grandes eventos en los que comprendemos que en el proceso debemos de movernos de un estadio a otro, que no podemos quedarnos estacionados o inmóviles en todos los sentidos vitales de crecer, de buscar horizontes nuevos etc.
La Pascua cristiana habla de una Resurrección, así que visto de esta manera también es una transición de una vida material a una transmutación espiritual, también es un 'paso' hacia otra forma de Ser.
Si somos capaces de no pelearnos entre versiones ni querer "ganar" entre religiones (judaísmo y cristianismo o catolicismo si son religiones, recordemos que Kabbalah no es una religión) veremos que el tema de fondo es no quedarse estáticos, tener metas importantes espiritualmente hablando, que no nos permitan quedarnos atascados en situaciones que nos esclavizan, transformar nuestro ser hacia objetivos más amplios y eventualmente trascender a nuestra naturaleza apegada al ego.
En estos días previos a Pesaj, hay algo que aprendí desde aquel entonces: la limpieza de Pesaj.
Cada año, antes de que sea esta celebración, la gente que la practicamos hacemos limpieza, dejamos cargas materiales representadas por acumulaciones que nos permitimos.
Es verdad que el foco está en retirar todo lo que sea jametz, es decir, cualquier cosa que tenga levadura la cual tiene la cualidad de hincharse, inflamarse, crecer, tal como lo puede hacer el ego. Esta es la consciencia detrás, eliminar de nuestra casa todo lo que nos pueda hacer que nos envanezcamos o que colabore con nuestro egoísmo en todas sus presentaciones.
Pero la verdad es que hacer limpieza es un ejercicio que te permite ver como si te descuidas, te empiezas a quedar sin espacios libres, como te apegas a cosas que en realidad ya no necesitas. Te deja ver como adherirte a la materialidad te jala hacia el piso y no te deja ser libre para moverte.
Maljut, el mundo físico es maravilloso en muchas maneras, pero PESA. Si no lo mantienes a raya empieza a congestionar la libre circulación de la energía por decirlo así.
Hacer limpieza al menos una vez al año en la que salgas de lo que ocupa tanto espacio que te deja lento y paralizado es una manera muy eficiente de ayudarte tanto en el ejercicio físico de aligerarte, pero también en el ejercicio espiritual de reflexionar cuantos grados de libertad pierdes cuando te vuelves estático de pensamiento de creencias, cuando te quedas con sentimientos densos como el rencor, la envidia, el odio etc.
Sugiero que tengas siempre un tiempo de limpia al menos una vez al año. Verás que el espacio disponible te hará volver a sentir ligereza y opción de libertad.
Prana Raquel Pascual - Psicoterapeuta Gestalt
Imagen Google