sábado, 1 de marzo de 2025

La paciencia de la vasija


Si hoy no hay tabernáculo, si hoy no hay templo ¿Qué nos queda?

Nos queda ser la vasija que pueda recibir el todo, lo mucho, lo infinito de la Luz, no todo a la vez por nuestra naturaleza finita pero con paciencia, con anhelo, con capacidad de demora, con restricción de que el día que sea el mejor, la fruta estará finalmente lista para comer, el libro estará listo para publicarse, el niño listo para ser hombre, el parto para acontecer.

Lo que me parece la gran lección es seguir deseando aunque no sea en los tiempos que queramos y sin embargo confiar en que será el mejor tiempo si lo puedes recibir sin disminución.

Creo que hay dos grandes tipos de personas de acuerdo con su tipo de deseo: los que se frustran y extinguen el deseo cuando este no sucede bajo sus términos, y quien los que ante la adversidad, acrecientan su aprecio por los obsequios cuando estén listos para otorgarse.

Difícil prueba la experiencia del tiempo, pero hay que domesticarla en nuestro interior, que si no, la prueba se vuelve más difícil y la vasija no se agranda sino que se contrae...justo lo que menos necesitamos en nuestra experiencia humana.

¿Cómo es tu recepción? ¿Serena y confiada o Impaciente e inquieta?

No queda más que entrenar la paciencia, y cuanto más pronto, mejor como diría el Rav Berg.

Shabbat Shalom

Prana Raquel Pascual - Psicoterapeuta Gestalt

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