domingo, 28 de agosto de 2022

La lección más grande para Elul

 


Hay una historia que podemos leer para saber que hacer en este mes de Elul (Virgo) para hacer nuestra revisión de consciencia para antes deiniciar el nuevo año del calendario que seguimos en Kabbalah, un calendario lunar por cierto.

Cuando la  hija Rav Akiva (nacido el 50 D.C.), un enorme maestro espiritual  nació, él vio en las estrellas que su hija estaba destinada a morir el día de su boda. ¿Qué hizo? Crio a su hija y le enseñó a siempre ser amable con los demás y a buscar la manera de ayudar y cuidar de otros.

Finalmente, el día llegó y su hija se casó. Fue una boda fabulosa y Rav Akiva estaba muy feliz por su hija. Bailaron y festejaron, estaban muy alegres.

A la mañana siguiente, su hija despertó y jaló de la pared su aguja para el cabello, la cual usaba para mantenerlo arreglado, y en la punta de la aguja había una serpiente muerta.

Cuando Rav Akiva escuchó lo sucedido, supo que esa era la serpiente que iba a matar a su hija. Al ver a su hija le dijo “Por favor, hija mía, háblame de tu boda, ¿Qué hiciste? ¿Viste algo inusual?”.

Ella lo pensó por un momento y luego respondió “No realmente... Bueno, cuando estábamos bailando vi a un vagabundo parado afuera. Nadie le estaba prestando atención, todos estaban celebrando, así que fui y lo invité a sentarse, le di un poco de comida y algo de beber, cuidé de él”.

Rav Akiva exclamó “¡Mi hija! Gracias a esa buena acción salvaste tu vida. Si bien eras la novia, te dedicaste a cuidar de un vagabundo; cuando todo giraba en torno a ti, fuiste capaz de tener presente a los demás”.

Una historia verdaderamente hermosa con muchas lecciones, pero concentrémonos en lo que Rav Akiva hizo cuando vio la muerte en el futuro de su hija.

¡Pudo haber hecho muchas cosas! ¿Cómo hubiésemos reaccionado nosotros? Una solución obvia es que él pudo evitar que su hija se casase, ¿no? O enseñarle meditaciones divinas, ayunar por ella, o, de llegar a morir, Dios no lo quiera, culpar al Creador “¿Por qué nos haces esto a mi hija y a mí?”.

Bueno, Rav Akiva era, con toda razón, el alma más grande que ha venido a este mundo.

Le enseñó a su hija la más poderosa lección para evitar la muerte y los juicios en la vida: Ayuda a los demás, comparte con ellos y trata a todos con dignidad humana. Ve realmente cuando alguien, o una situación, necesita de tu ayuda, cuidado o amor y ¡Haz algo!

Todos tenemos juicios sobre nosotros, todos hemos hecho cosas negativas, pero si de verdad deseamos un cambio y somos sinceros en nuestros corazones, la Luz del Creador nos dará oportunidades para eliminar esos juicios y poder transformar nuestras vidas.

David Wende

Editado por Prana Raquel Pascual - Psicoterapeuta - Coach

Fuente https://www.kabbalah.com/es/articles/its-never-all-about-you/

Imagen https://www.arsgravis.com/rabi-akiba-y-el-misterio-de-la-unidad/

jueves, 25 de agosto de 2022

Por favor

 


Cuando Moshé llegó a la frontera de la Tierra de Israel y dijo al Creador: “Permíteme continuar y ver la tierra”, usó la palabra Na, que significa: “Por favor”. Los kabbalistas dicen que Moshé sabía que cada vez que decía la palabra Na dos veces, la petición era concedida; por ejemplo, cuando quiso sanar a su hermana Miriam dijo la palabra Na dos veces.

La respuesta del Creador a Moshé fue: “No me hables, deja de pedirme esto”. Ya que, si Moshé decía Na una vez más, habría recibido el permiso para entrar en la Tierra de Israel. Así pues, si lo leemos literalmente, es muy curioso; pareciera que el Creador estuviese bajo el control de Moshé. Así no es como la mayoría de la gente concibe a Di.os, a quien vemos como omnipotente. ¿Acaso no bastaba con que el Creador no quisiese que Moshé entrara en la Tierra de Israel para que efectivamente no pudiera entrar? ¿Qué diferencia habrían hecho las palabras que Moshé usara?

En la creación del mundo, el Creador puso en marcha un sistema; una parte muy importante de este es que nuestras palabras de verdad crean. Y si bien es cierto que, si el Creador hubiese querido cambiar la naturaleza y no permitir que Moshé entrase, aunque hubiese orado con la palabra Na dos veces, Él pudo haberlo hecho. Pero la manera en la que está estructurado el sistema espiritual —que el Creador no rompe a menos que sea extremadamente necesario— es que nosotros creamos con nuestras palabras.

Por lo tanto, si Moshé hubiese dicho Na dos veces, habría entrado a la Tierra de Israel. Esa es la naturaleza de este sistema y el poder de nuestras palabras. La mayoría de las personas piensan en la oración como una manera de pedirle cosas a Dios. No obstante, con esto aprendemos que la oración no es un modo de pedir, sino de crear. Y este es uno de los más grandes regalos que recibimos en Shabat Reé.

Michael Berg https://www.kabbalah.com/es/articles/creating-through-our-words/

Re-publicado por Prana Raquel Pascual - Psicoterapeuta - Coach