En esta semana, Moisés nos enseña una oración llamada Vaetchanan (Vaetjanán), una oración del corazón. La base de este aprendizaje es ¿Cómo abrir las puertas de bendiciones en nuestra vida?.
Los kabbalistas comparten con nosotros que hay dos almacenes de bendiciones en el mundo metafísico, una se llama "obsequios merecidos" y la otra "obsequios inmerecidos", y uno podría pensar que los regalos más grandes vendrían de los merecidos, pero la respuesta es "no".
Moisés nos enseña que para poder acceder a las bendiciones más grandes, a los milagros ilimitados, necesitas -de alguna manera con tu consciencia-, conectar con ese lugar, con ese reino, a esa mentalidad llamada "obsequios inmerecidos".
Por supuesto nos podremos preguntar si esto no equivale a "pan de la vergüenza" si no voy a hacer el esfuerzo, ¿Significaría entonces recibir de una manera incorrecta?
No. Vamos a entender.
Hay dos reinos de bendiciones El Superior de obsequios inmerecidos, donde bendiciones ilimitadas son posibles.
La dimensión inferior es la de "obsequios merecidos".
Pero ¿Cuál es la consciencia correcta para recibir los inmerecidos? Es así, todo es acerca de nuestra consciencia. ¿Me siento con derecho, o me siento muy afortunad@?
Cuando siento que merezco porque me he esforzado mucho, si soy realmente honesto conmigo mism@ SÉ que en realidad he sido bendecid@ por El Creador, aún si me esforcé, es bendición del Creador, para tener los pensamientos correctos es porque he sido bendecid@ por El Creador, si he estado en modo de compartir es porque he sido bendecid@ por El Creador. Si he sido afortunado con mi familia, ha sido gracias al Creador, si, puede que me haya esforzado, pero si soy completamente honest@, veré que me lo ha dado El Creador. Sendo sincer@, veré que toda bendición es desproporcionad@ comparativamente con el esfuerzo que he hecho.
Si realmente estás en contacto con tu corazón y tu alma, sabes, que las verdaderas bendiciones en tu vida, tu pusiste "x" y recibes "mil veces x".
Cuando te acercas al Creador con esta consciencia : "estoy muy agradecido", "tengo mucha gratitud", "me siento muy afortunado con las bendiciones que he recibido, todos los milagros y siento gratitud", esa es la consciencia a la que Moisés se refería al decir "del corazón". Moisés se sentía afortunado, se sentía bendecido.
Recordemos que a él se le conoce como la persona más humilde en la tierra. Él sentía que lo que recibía, era mucho más de lo que merecía.
Así que ¿Cómo accedes al almacén de las bendiciones inmerecidas? Cuando sabes que hiciste un esfuerzo pero que aún así son inmerecidas.
El que recibe sin merecer, pero que aún así siente que merece más aún sin dar, aún sin hacer nada, ese es quien tiene pan de la vergüenza.
Cuando sabes que hay que dar más, compartir más y que aún así no eres merecedor pero eres grato y te sientes bendecido en demasía, entonces es cuando paradójicamente puedes acceder a ese almacén de bendiciones ilimitadas.
Como verás, es un estado de consciencia genuino, no hay manera de manipular al sistema. La gratitud y la apreciación verdaderas son la clave y esas no se pueden fingir.
Prana Raquel Pascual - Psicoterapeuta Gestalt
Basado en lectura de Eitan Yardeni.
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