La
porción de esta semana es acerca de palabras y promesas.
Cuando
usas palabras bajas en consciencia, así mismo bajas tu consciencia. Eso es interesante:
Cuando empiezas a entenderlo, notas que hablar con groserías y / o términos vulgares, no es
solo un tema social o de diplomacia, sino que es un tema de que te ves
conectado con toda la consciencia de la gente usando estas palabras de nivel
bajo.
¿Qué
quieres decir? ¿Cómo lo quieres decir? ¿Qué palabras quieres usar sabiendo
esto? Cuando entiendes la implicación, empiezas a ser más cuidadoso.
Esta
semana tiene que ver con palabras promesas y compromisos. Cuando dices que vas
a hacer algo, recibes la energía para hacerlo. Si no lo haces adquieres una deuda energética.
¿Has
notado cómo te sientes cuando frecuentemente faltas a tu palabra y
dejas de cumplir? Hay un momento en que el peso ya es tanto que puedes
sentirte inmovilizado porque una cosa conectaba con la otra: "voy a hacer, cuando
logre tal, lo cual haré, cuando tenga tal, que sucederá cuando vaya a, que será
cuando diga a, que podré hacer cuando por fin haga tal..." Y así en hilera de promesas incumplidas.
Una
serie suficientemente grande de deudas o burbujas energéticas, que se vuelven una carga difícil de remover o de poner al día
¿Lo notas actualmente en
tu proceso? Esta es una manera de cargarte de un peso que cada vez va impidiendo más
y más que cumplas.
¿Como
se puede romper? Con la consciencia de la pequeña acción.
Toma al menos un
pequeño nuevo paso, consistente y consciente, pero obligate a hacerlo, realmente empújate a mandar ese
mail, a ir a esa reunión, a llamar a esa persona, a pagar ese adeudo.
Tienes
que empezar a dar al menos un pequeño paso hacia adelante y otro y el que
sigue y otro más y otro más. Empezar a cuidar además en no prometer lo que no puedes cumplir, de otra
manera quedas muy estancado y en caída libre para seguir teniendo que afirmar
cosas que se quedarán atascadas junto con lo demás que hayas dicho.
Lo
noto en las sesiones de Coaching. El éxito de estas está en la acción. Si la persona no
logra hacer lo que promete como tarea para la siguiente sesión, para la siguiente es más difícil, se requiere de más energía, pero en cambio, si responden, el proceso se eleva como espuma.
El
compromiso de las palabras es primero que nada con uno mismo, y si tienes a
alguien que te apoye atestiguando tu intención traducido en palabras, puede ser
muy poderoso, sin embargo, cuando ya ni la pena de no hacer lo que se dice de
una sesión a otra, ni el dolor de saber que estás atrapado en tus propias
promesas incumplidas logra hacer que te muevas, sugiero que guardes un tiempo de silencio. Guarda la
energía para dar un pequeño paso, no le prometas a nadie que lo vas a hacer más que a ti mismo, pero ocupa tu fortaleza escondida y hazlo. No te des permiso de no hacerlo.
El
vicio de hablar con palabras vacías tiene que des-andarse con hechos.
El
resultado de las demoras no solo tiene impacto en la acción en si sino en lo
que estás destinado a recibir. Es como no llegar a tiempo a toda la serie de
citas posteriores con nuestro propio ser futuro.
¿De
verdad quieres llegar tarde a tus mejores citas de tu vida?
Dale
un poco de reflexión y decide hacer algo.
Prana
Raquel Pascual
Psicoterapeuta
Gestalt ! Coach
Inspirada
en la clase de Matot Julio 2014 Centro de Kabbalah
Imagen https://bravolifecoaching.com/2015/05/01/baby-steps/
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