No saben cuánta gente exitosa me ha contado que sus avances más importantes se dieron en el momento en que decidieron no abandonar el barco, renunciar, olvidarse, cambiar de trabajo o terminar una relación.
¡Nunca abandones el barco!
El desafío es que nos rendimos ante el dolor. No lo podemos soportar y nos entregamos a sentimientos de baja autoestima, duda, desesperanza y demás.
Hoy, te pido que seas paciente contigo mismo. Encuentra una manera de aliviarte, de hablarte con gentileza y decirte:
"¡Encontraré el camino!"
Yehuda Berg
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Cuando llevas un tiempo estudiando Kabbalah, llegas a ver que algunas frases te resultan paradójicas. A veces te dirá "suelta" y a veces te dirá "quedate" y tu podrás decir ¿Qué hago entonces? ¿Me quedo o me voy? ¿Me fumo un problema hasta la última brizna o corro hacia el horizonte? En realidad, he descubierto -con las lecciones que la verdad de cada persona, es el compromiso que hizo con su Alma al venir aquí, a este plano material, que puede ser corrección distinta a la de alguien más.
En estos días he estado soñando. Soñando y recordando ¿Porqué te lo menciono? Porque se me había olvidado eso de soñar, me despertaba con un vacío negro cada mañana lista al embate de un nuevo día, pero sin el material de la lección nocturna. Ahora he estado pidiendo ver, desde la ventana del mundo de las Almas y me ha sido concedido. Tengo que seguir ejercitando...Nuevamente te preguntarás ¿Porqué te lo menciono?
Al despertar de cada mañana escribo (¿recuerdan que les dije que iba a iniciar un diario de sueños? Estoy cumpliéndo) y he estado encontrando nombres de personas en mi pasado, gente por quien rezar, arrepentimientos que no recordaba necesarios pero que hoy creo que lo son, porque quiero encontrar cada pedazo de vida en que no me haya comportado a la altura de mi misión personal, o que no la haya sabido transmitir. Sin embargo no he llegado aún a la idea que en alguno de los casos la única opción hubiera sido quedarme, a veces creo que más bien me quedé demasiado pero sin sabiduría espiritual y por supuesto eso pudo haberse convertido en eones de "lo mismo sin solución", o al menos en muuuucho tiempo. Lo que sé, es que no me dejé a mi misma y que resolví con lo que pude.
Estoy tratando de resolver en este momento -haciendo uso de que el tiempo es una ilusión-, lo que quizás no haya corregido de mi carácter entonces, ver en que fallé, o en donde no tuve suficiente dignidad humana. Pero es así donde creo que debo de quedarme, junto a la tarea de mi Alma, la cual circunstancialmente ha podido o no quedarse junto a alguien más...
Lo impensable, era no quedarme junto a ella, junto a mi Alma.
He liberado muchos pasajes a través de destrabar relaciones de Egos, no pienso que hubiera debido quedarme, lo que veo es eso, el enorme tiempo que invertí, estuve enganchada con el Ego. Con la sensación de una heroicidad absurda, o con la necedad de "tiene que poderse"...Hoy te diré, estamos en el Árbol del Bien y del Mal, justo nuestra confusión, nuestra paradoja es debido a ello ¿Qué es lo bueno que es lo malo?
Te quiero decir lo que hoy creo que es la linterna que en aquel momento no tuve; Trabajo espiritual.
Creo que nadie de nosotros puede tener claridad de distinguir la tarea de su Alma sin ello: Para llegar a entender "Todo es bueno"...hay que tener la sabiduría, el entendimiento, la conciencia. Cuando lo tengas, entonces una de las frases más importantes de la metafísica que estudiaba cuando era más joven sucederá: En este mundo de polaridades: "Toda paradoja, puede ser reconciliada"
Pero el trabajo espiritual ES imprescindible para entender tu proceso. Entonces podrás quedarte o podrás irte, pero nunca alejado de tu Alma.
Cariño,
Prana Pascual
¿Quieres conversarlo? afinaciones@gmail.com
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