La porción de Terumá comienza con Hashem ordenando a Moisés que recolecte de los israelitas los componentes necesarios para construir un Tabernáculo de acuerdo con las instrucciones dadas en el resto de la porción. “Y construyeron un Tabernáculo y Yo habitaré dentro de ellos”.
Si bien se nos dan las instrucciones para construir un Tabernáculo en el mundo físico, lo que se discute en el Zohar es la construcción metafísica del Tabernáculo y el Templo dentro de nosotros mismos.
El Tabernáculo físico es una herramienta para atraer energía a nuestro mundo físico.
El Tabernáculo dentro de nosotros es el camino para que atraigamos la Luz del Creador a nuestra vida. Para que tengamos un Tabernáculo, un Templo dentro de nosotros, debemos tener un corazón abierto.
Un corazón abierto...¿suena hermoso no es verdad? Pero tener el corazón abierto tiene sus componentes retadores porque esta vida tiene sus dolores y sinsabores y el corazón abierto es justo la diana perfecta para que ellos le impacten.
Sin embargo, el corazón abierto es la única manera de sentir intimidad en este mundo y con ello me refiero a ver a otros y ser visto desde la óptica de la profundidad de los sentimientos, la validación, el amor y la empatía. Un corazón abierto nos permite apreciar la magnificencia de la Creación aunque también deberemos percibir la devastación...¿Hay manera de que te decidas a hacer algo si no sientes el dolor que significa el permitir que siga algo destruyéndose o siendo objeto de abuso o abandono?
Tener un corazón abierto es desarrollar la misericordia que necesita este mundo para verlo como es: Un milagro y una maravilla.
Prana Raquel Pascual - Psicoterapeuta Gestalt - Coach
Basado en clase de Benjamín Malul
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