sábado, 21 de marzo de 2020

"El Poder del Buen Ojo"



LA PORCIÓN DE PEKUDEI: El poder del "buen ojo"

"En la porción de esta semana, la Torá relata el proceso de construcción del Tabernáculo. La Torá cuenta y resume cuidadosamente todas las medidas exactas de los materiales utilizados y de todas las piezas construidas.

Esto plantea una pregunta interesante. Tanto el Talmud [Ta’anit 8b] como el Zohar afirman que "las bendiciones no descansan sobre las cosas que se cuentan y se miden". 

Paradójicamente aquí, en la construcción del Tabernáculo, la Torá hace todo lo posible para contar y medir todo. ¿Cómo podemos conciliar estas dos cosas?

El rabino Levi Itzjak de Berdichov [en su libro Kedushat Levi] responde a este enigma explicando que hay dos tipos de "mirar". Un tipo es como el del malvado profeta Bilam, de quien dice, "dondequiera que mirara, una maldición vendría sobre él" [Zohar Chadash 68a]. Bilam tenía el "mal de ojo" por excelencia. El rabino Levi Itzjak explica cómo y por qué este mal de ojo se manifestó: “Cada vez que esta persona malvada miraba algo, lo separaba y lo separaba de la fuente suprema de la fuente de la vida. Él deseaba, y por lo tanto se centró en el objeto físico. El objeto era importante para él, pero no miró el poder de Hashem, Bendito Sea Él, que está dentro del objeto ".

Esta es realmente una lección increíble. Los kabbalistas enseñan que todo en este mundo está imbuido de la Luz del Creador. De hecho, es la Luz del Creador la que sostiene todo en este mundo. También es la Luz del Creador que le da a todo, sus características positivas. Es la Luz del Creador que lleva dentro, lo que hace que la comida sea sabrosa, las flores hermosas y que huelan agradablemente, y esto es cierto para todo en este mundo. Cuando disfrutamos algo, en realidad estamos disfrutando de las chispas de la Luz del Creador que están dentro de él.

Aquí el rabino Levi Itzjak nos enseña que tenemos la capacidad de influir realmente en la conexión de todo con el Creador. Cuando miramos algo y solo lo deseamos, y no pensamos en la Luz del Creador que está dentro de él, lo separamos de la Luz del Creador. Este proceso de pensamiento tan común, "desconecta" al objeto, de la Luz del Creador.

Este es el verdadero significado detrás de "mal de ojo". La comprensión aterradora es que no tienes que ser una persona "malvada" para provocar el "mal de ojo".

Desafortunadamente, todos hacemos esto, aunque inconscientemente, y a menudo, sin darnos cuenta de las consecuencias. Cuando "quitas" la Luz, lo que queda es oscuridad.

Por el contrario, también hay un aspecto positivo de ver y contar. Cuando una persona mira algo, pero piensa y se enfoca no en el objeto en sí, sino en la Luz del Creador que está dentro del objeto, fortalece su conexión con el Creador, con la fuente de todas las bendiciones y sus ojos se vuelven pozas de bendiciones"

En estos días en que nuestra mirada tiende a irse a ver todo lo malo, posa tus ojos en la belleza que si existe en abundancia en este mundo. En el sabor de lo que comes y como te alimenta y te sustenta, en la alegría de reír o poder conversar con alguien más. Muchas fuentes aún de bendiciones existen cada día.

Cuídate y cuida a otros y no olvides que este Mundo aún es un paraíso de Belleza.

Shabbat Shalom

Prana Raquel Pascual
Texto en itálica, Michael Berg acerca de la porción de Pekudei
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viernes, 20 de marzo de 2020

El reto humano


En la vida no hay una clara división entre el blanco y el negro; la vida generalmente se revela en tonos de gris.

Los humanos tenemos una característica importante en nuestra naturaleza: tenemos que estar constantemente decidiendo, decidiendo, decidiendo dentro de ese inmenso espectro de posibilidades.

Y no nos es fácil, porque efectivamente, nos es imposible estar al tanto de todas las implicaciones y detalles que conforman "La Realidad", como sea que la comprendamos.

Parte de las condiciones con las que enfrentamos este mundo, es que dependemos mucho de nuestros cinco sentidos y de nuestra percepción limitada. Nuestra vista es limitada, nuestro olfato no se acerca ni poco al de los animales, nuestro oído menos. Esto sumado a que vivimos en un mar de "posibles significados e interpretaciones emocionales" que complica muchísimo las cosas...

Vemos lo vulnerables que somos a la influencia de nuestra sociedad, los susceptibles que somos a creer aún sin ver, si alguien nos dice las cosas con suficiente convicción o lo manda en un meme que parece "científico" o que nos envía alguien en quien confiamos, pero que está tan desorientado como nosotros mismos.

Tenemos muy poca tolerancia a contener y retener información que nos altera emocionalmente y tenemos que compartirla aún sin comprobar si es verdad o mentira. Creemos que "hacemos un bien"

Humanos: Nos asustamos por lo que vemos y de lo que no vemos, de lo que imaginamos, de lo que presentimos, de lo que cuentan, de lo que asocia nuestra mente, de lo que interpretamos.

La verdad es que somos seres que estamos en una posición complicada; no somos tan sencillos como los animales que pueden responder a simplemente a sus instintos, ni somos ángeles, que según lo que explican los Maestros son seres que no tienen que experimentar dudas porque todo les es diáfano ¿Cual es la duda si no hay nada que evaluar? 

Los humanos somos seres con la misión más difícil de todas: tenemos el reto de elegir como actuar, en una "realidad" que vemos súper parcial.

Por eso, no debiera ser opcional trabajar nuestra consciencia, sin embargo lo es, porque con el regalo del libre albedrío tenemos oportunidad de ser erráticos, de ser indecisos, de actuar imprudentemente, de ser reactivos.

¿Cómo lo relacionamos con la porción de la Torah que nos toca estudiar esta semana? 

Se dice que el Tabernáculo tenía que ser de oro por dentro y por fuera, y con esto se comprende que nosotros los humanos debiéramos de ser también de una pieza, íntegros en nuestros criterios.

Por supuesto que ahora nos podemos preguntar ¿Íntegros con respecto a qué? Bueno, para eso existe el PRINCIPIO ESPIRITUAL: "Ama a tu prójimo como a ti mismo" que se deriva también en "No hagas a otros lo que para ti es desagradable".

Estos dos principios cubren una inmensa gama de nuestras posibles decisiones:

Si no me gusta que me generen miedo...yo no genero miedo con aseveraciones que no tengo comprobadas. Si no me gusta dudar, procuro ser claro con mi comunicación hacia otros y no "administrar" la información a mi conveniencia. Si me gusta que otros consideren mis necesidades, yo considerar las de ellos. Si no me gusta que me contagien, yo no hacer conductas que ponen en riesgo a otros.

Ya sé que no es fácil, pero es estar abierto a reflexionar antes de actuar ¿Me gustaría que me trataran así?¿Me gustaría ver a alguien haciendo esta irresponsabilidad en mi propia casa? ¿Me gusta que me mientan? ¿Me gusta que me pongan en riesgo? Entonces YO NO LO HAGO.

Se que es complejo pero practicar todos los días con ellos lo hará más fácil cada vez.

Si no volvemos al PRINCIPIO BÁSICO, cada decisión será un parto y seguiremos vulnerando-nos unos a otros.

Shabbat Shalom hoy cuando sean visibles las primeras tres estrellas en el firmamento.
Prana Raquel Pascual
Coach de Vida y Carrera | Psicoterapeuta 
Basado en lectura de la Biblia Kabbalista
Imagen https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=348088&SEO=pese-a-no-ser-el-rey-de-los-metales-el-oro-conserva-el-trono