viernes, 13 de octubre de 2023

El surgimiento de la envidia


Si alguna corrección viene de tiempos inmemoriales seguramente será la envidia y con ello, podríamos intuir que sentir carencia, compararse con otros, desear algo que no se tiene en fin.

¿Por qué lo digo? 

Porque ese es un dolor humano, no sentirnos "un entero", sino incompletos o insuficientes. Pero lo traigo al tema porque en la historia del Génesis que corresponde a la historia humana, se habla de los primeros hijos de Adán y de Eva Kayin (Caín) y del segundo, Hevel (Abel) 

Los kabbalistas identifican a la envidia como la raíz de todo mal. En el Zohar Bereshit (Génesis), se explica que Caín mató a Abel, no sólo porque Di.os había rechazado su ofrenda, sino también porque estaba envidioso de la segunda esposa de su hermano; este suceso previo y fundamental en la historia de la humanidad tal como lo cuenta la Biblia, es un buen ejemplo de cómo el mal penetra en el mundo como resultado de la envidia y la división.

Dice el Midrash rabínico jazálico Tanjuma (Tanjuma Bereshit, 9)

“Caín y Abel se dividieron el mundo, Caín tomó la tierra y Abel el ganado. Acordaron que ninguno tomaría lo que le pertenecía al otro. Sin embargo, cuando Abel tomó el ganado, comenzó a hacerlo pastar en las tierras de Caín. Caín persiguió a Abel por valles y montañas hasta que comenzaron a pelear. Al principio Abel prevaleció sobre Caín y lo tiró sobre la tierra.

Cuando Caín tomó conciencia de que estaba siendo derrotado, comenzó a suplicar: ‘¡Abel, mi hermano, no me hagas daño!’ Como Abel era una persona compasiva, lo liberó.

En cuanto Caín pudo levantarse, lo asesinó a Abel. La palabra ‘se levantó’ indica claramente que antes estaba en el suelo. En cuanto lo mató, dijo: ‘debo escapar de mi madre y de mi padre, pues en cuanto me encuentren me preguntarán por él, ya que sólo somos dos’. El Santo Bendito Sea dijo en ese momento: “¿Puede el hombre esconderse en lugares secretos que yo no vea? Dijo el Señor. ¿Acaso yo no lleno los cielos y la tierra? (Jer. 23:24). El Santo Bendito Sea preguntó: ‘¿Dónde está Abel tu hermano?’ Y luego continuó: ‘Ay de aquel que fue misericordioso y no te mató cuando estabas debajo de él. En cuanto te permitió levantarte, lo mataste”

Evidentemente, la separación entre nosotros, el no darnos cuenta de que todos somos uno, nos hace pensar que algo nos tiene incompletos, que deseamos el pasto del vecino y de ahí surgen muchos otros pesares.

Por ello, la apreciación es de los bienes supremos que trabajamos en la espiritualidad de la Kabbalah.

¿Qué aprecias y que necesitas recapacitar con respecto a las sensaciones de carencia en tu vida? Esta semana podemos dedicar un tiempo a corregir este aspecto de nuestra humanidad, de cómo podemos ser capaces de hacer daño a otros por razones insensatas. 

Tal como aprendimos el primer día de esta porción del Génesis: Este mundo es suficiente para todos, es nuestra visión fragmentada la que lamentablemente nos hace caer en la codicia y la inclinación del mal.

Shabbat Shalom cuando sean visibles las tres primeras estrellas en el firmamento.

Prana Raquel Pascual - Psicoterapeuta Gestalt Humanista

Imagen https://huellasenisrael.com/que-le-dijo-cain-a-abel-antes-de-matarlo/


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