VIERNES 24 DE ABRIL DE 2009
He aquí una técnica para desvanecer el miedo. Proviene de un kabbalista que vivió en el siglo XVI, Rav Isaac Luria (El Arí, el Santo León).
Enciende una vela y siéntate con un lápiz y un pedazo de papel. Escribe tu miedo en el papel, y medita en ello. Evoca los sentimientos y síntomas asociados con ese temor. Luego escribe todas las emociones y sentimientos que ese miedo te causa. Reconoce que tu propia naturaleza reactiva, de esta vida o de una vida pasada, es la responsable de la manifestación de este miedo.
¡Ahora toma el papel y quémalo!
Encuentra el tiempo para hacer esto hoy. Mucha gente obtiene un enorme alivio al usar esta sencilla técnica.
Yehuda Berg
________________________________________
Hoy es tan específico el consejo que no hay nada más que hacerlo, sin embargo, crear aprecio por El Arí, porque vale mucho la pena saber quien es si es que estamos realmente siendo estudiantes de Kabbalah. Lo que nosotros estudiamos es Kabbalah luriánica, es decir, el es el canal de comprensión de absolutamente todo lo que nosotros ahora logramos captar --y lo que no-- puesto que definitivamente a nosotros nos ha sido revelado ya en un nivel de comprensión mucho más aterrizada a través de los filtros de los sabios kabbalistas y por eso ahora podemos decir "ahh, esto yo ya lo sabía", pero en realidad Kabbalah es un conocimiento místico que podría ser incognosible e incomprensible para nosotros si no fuera por Almas especiales con el Arí.
http://www.kabbalah.com/k/index.php/p=about/histmakers/189
El Ari (1534- 1572) fue un gran kabbalista que vivió un tiempo en Egipto y después en Tzfat en Israel.
En hebreo es llamado Yitzhak Lurya יִצְחַק לוּרְיָא, Yitzhak Ven Plomo Asquenazí. También es conocido como el Ari אֲרִי y Ha-Ari ("El León") del acrónimo para Asquenazí Rabbi Yitzhak ("El Asquenazí Rabbi Yitzhak"), entonces Arizal con "ZaL" como acrónimo para Zikhrono Livrakha ("de bendecida memoria" o literalmente “deja que la memoria de el sea una bendición).
Las enseñanzas de el Ari están contenidas en 18 volúmenes denominados “El Kitvé Ari, mismos que no fueron escritos directamente por él.
El Arí tenia un estudiante Chaim Vital (Jaim Vital) que pasó dos años con su Maestro experimentando con él, viviendo con él, sirviéndole. Sabemos del Arí, que es mucho más poderoso servir algo o a alguien, que es mucho más efectivo aprender sirviendo que estudiando.
El Arí lo decodificó al nivel de como hago para llevarlo a la acción en la vida cotidiana, de eso están llenos los 18 volúmenes; son prácticos: temas como Alma gemela, Sanación, Shabbat. Por ejemplo, el Zohar dice que los que se levantan en la noche tienen entrada al jardín del Eden cuando estudian pero la explicación, el jugo de que se tiene que hacer esta ahí, en la explicación del Arí.
Otro ejemplo de esa revelación nos lo da todo lo que se enseña en el curso de Kabbalah 1 y 2. Los temas que se ven, son las explicaciones del Arí. Como tal, no vas a encontrar el concepto “Tzim Tzum”, “Vasija”, “Pan de la vergüenza”, “Restricción” en el Zohar, no vas encontrar tal cual descritas las cuatro fases de la creación. Eso es revelación del Ari, por supuesto que en concepto si están en el Zohar pero en un nivel más alto para nuestra comprensión.
Del Libro del Ari llamado el Sha Ruach a Codesh (inspiración divina) en que desarrolla toda la sabiduría de todo lo que hay que hacer para ser un canal puro de la Luz, tener la intención en el lugar correcto, en el momento correcto. Viene la sabiduría de la lectura de caras, de la corrección del alma, meditaciones de la Mikvé, El Ana Bejoach, los Ángeles que escanneamos cada día por la mañana, el Tikún a Nefesh que es el diagrama para sanación y protección que se hace a través del tetragrámaton. Todo lo que es necesario para jalar Ruach a codesh, inspiración divina (o su traducción exacta que es “Espíritu Santo”)
El regalo que nos da el Ari es saber la intención con que debemos hacer las cosas donde poner nuestra conciencia.
Hablar del Arí sería muy amplio y yo no soy la experta, pero mis Maestros se han encargado de generarnos el aprecio, porque sin este, no podríamos recibir ni las gotas más pequeñas de la sabiduría.
Recuerdo una de las clases más hermosas que he tenido con mi Maestro Ariel, fué un seminario del Arí. Ariel quiso apagar las luces para crear un ambiente mucho más cercano y místico. Sólo dejamos una vela. Estaba muy nervioso simplemente de tener el mérito de dar una clase del Arí.
Se dice que cuando empiezas a estudiar del Arí, abres el libro, lo empiezas a leer y quisieras cerrarlo del miedo que te da. ¿Miedo? Se podría uno preguntar...¿Acaso habla de cosas horribles? Se puede uno cuestionar...en realidad, el miedo que nos puede llegar a causar el Arí --El León-- es que tenía una mente con una visión y una intención ilimitada ¿¿Quieres algo más atemorizante para vasijas más pequeñas que El que eso??
En realidad lo más aterrador es a vernos enfrentados a cambiar. Radicalmente dejar nuestras creencias limitantes y empezar a pensar en gigante, en nuestro máximo potencial en llevar a cabo la gran misión de transformarnos en lo que podemos ser.
El problema es que seguimos abrazados a nuestra manera de servir las cosas, a nuestro caos. No queremos cambiar desde el fondo de cada uno de nuestros átomos. El egoísmo más grande es no renunciar a eso.
El miedo más grande de todos es transformarnos en lo que realmente estamos destinados a ser.
Palabras textuales de mi emocionado Maestro Ariel durante la clase: "Preguntarnos a nosotros mismos...Pidelo como un niño, patalea hasta que tengas la fuerza, que te ayude en forma incondicional, rompe el cuerpo hasta que se revele el diamante del alma, reviéntate, estrecha la vida, dar más como loco, tener el deseo, cuando alguien esta ansioso por algo ni siquiera duerme por su deseo.
Rogar que me muestren para que estamos en este mundo...no se nos ocurre porque no lo deseamos..."
...y es verdad...tenemos que ser vasijas más grandes...¡¡¡Pero eso nos aterroriza!!!
Hoy por la noche, cuando al menos se hayan mostrado tres estrellas en el cielo, será Shabat.
¡¡Shabat Shalom!!
Prana Pascual
Imagen:
http://www.jennierothenberg.com/articles/tsfat.html