Toldot significa "generaciones" y se enfoca en el nacimiento de los hijos de Rivká, Yaacov y Esav, representando la dualidad del bien y el mal de forma clara, simbolizando la lucha interna y energética en el ser humano que puede ser trascendida con conciencia espiritual.
Todo está conectado. La semana pasada, con la atadura de Isaac y la elevación de Sarah (y posteriormente en esa misma porción, con la elevación de Abraham) nos trasladamos a la siguiente generación. Ante el sacrificio de estos tres Patriarcas, se genera (generación y generar, mismo verbo como verás), una tercera posibilidad y la que en realidad da paso a la espiritualidad elegida, de dejar de ser tan solo instintivo o seguir tan solo actuar por supervivencia básica, y comenzar a desarrollar libre albedrío y a la manifestación de una voluntad generosa, aunque esto implique ceder, compartir y buscar el bien común.
Al tiempo del sacrificio (que fue detenido por los ángeles, pero que ya había demostrado la modificación de la consciencia de los participantes), nace Rivka, el alma gemela de Isaac y quien sería la abuela de las doce tribus de Israel.
Eleazar, siervo de Abraham, tiene la tarea de encontrar esposa para Isaac y la encuentra en esa pequeña niña de 4 años hija de Labán, que sin conocerles, pudo actuar con generosidad y empatía ante la embajada enviada por Abraham y que venía cansada y sedienta del desierto.
Toldot nos habla de cuando este matrimonio por fin logra concebir, ya que como Sarah, Rivka también era estéril y solo la transformación paulatina de Isaac logra abrir su vientre y dar a luz a los gemelos Esav y Jacob. Isaac después de años de ver a Rivka sufrir por ello, finalmente reza por ella y logra el mérito de la concepción. Esto que podría parecer cualquier cosa, es un cambio mayúsculo en Isaac: es cuando un humano puede sinceramente sentir el dolor ajeno y pedir por su auxilio celestial (y ayudarle de verdad), no tan solo verlo con lástima.
Este embarazo gemelar nos hace un guiño hacia el inicio de la historia humana en el Génesis, Adán y Eva, y sus gemelos Caín y Abel, y como en aquella ocasión Caín mató a su propio hermano...¿Podrá en esta generación ser diferente? ¿Podrá vencer el bien por sobre del mal?
Jacob, representa el bien, y Esav, las fuerzas de la maldad...vamos a ver que se logra avanzar en esta generación. Sería esperado que cada generación aporte para la elevación colectiva.
Sigamos conectados, aprendiendo de la historia para traerlo a nuestro presente.
Feliz domingo Comunidad
Prana Raquel Pascual - Psicoterapeuta Gestalt
Fuente Blog Afinación Diaria de la Consciencia 21 nov 2011 - contenido e imagen