domingo, 3 de noviembre de 2024

La sabiduría de la verdad


El Creador le dice a Avraham, Lej Lejá, “Vete de tu tierra” a Canaán, que se conoce como Israel.  Él le dice: “Haré de ti una gran nación. Bendeciré a los que te bendigan, y a los que te maldigan maldeciré. Ahí te haré prosperar”.  Así que Avraham llega a Canaán, pero una hambruna llega a la tierra y él no sabe qué hacer. Él tiene que decidir entre quedarse ahí en la Tierra Prometida o ir a Egipto donde había comida. Y él toma la decisión de ir a Egipto, y abandonar el lugar al que el Creador le dijo que fuera, donde el Creador le dijo que prosperaría y recibiría sus bendiciones.

Esta es una idea interesante. El Creador no solo le dijo a Avraham que fuera hacia ese lugar, sino que también le dijo que allí prosperaría, así que cuando él llegó y hubo hambruna, se creó, por supuesto, una apertura para la duda. Y eso es lo que sucede en el camino espiritual; siempre tiene que haber una apertura para la duda. De hecho, antes de cualquier bendición importante, cualquier crecimiento importante o cualquier siguiente nivel que una persona vaya a alcanzar, siempre habrá una apertura para la duda.

Esta decisión que Avraham tomó de marcharse e irse a Egipto es una decisión que ha sido discutida y estudiada cuidadosamente por los kabbalistas durante miles de años. ¿Fue la decisión correcta o incorrecta? [...]

Así que, ¿Cómo entendemos la decisión de Avraham? Y más importante, ¿Cuál es la lección para nosotros?

Para responder esto quisiera compartir una sección del Talmud. Se dice que los sabios, las grandes almas, estaban discutiendo su nivel espiritual y dónde estaban en su desarrollo y crecimiento. Cada uno de ellos dice: “Yo soy a mi padre como el vinagre es al vino”, y ellos cuentan cuán más elevados son sus padres en comparación con ellos, y dónde ellos están cayendo.

Cuando los sabios decían: “Yo soy a mi padre como el vinagre es al vino”, en esencia, decían “Sí, puedo actuar como él, pero no estoy en el nivel en el que él estaba. Por lo tanto, es mejor caer y ser sincero, que mentir y actuar elevado”.

Avraham sabía que lo correcto era quedarse en Canaán. Pero él también sabía que no tenía la certeza que necesitaba para despertar un milagro que le diera sustento a él y a su familia. Así que dijo: es mejor caer y ser sincero, que vivir una mentira; si la manera en la que hablamos o actuamos es diferente de quien realmente somos en nuestro interior, no estamos ni podremos estar conectados con la Luz del Creador. 

Cuando los kabbalistas se refieren a la sabiduría de la Kabbalah la llaman la Sabiduría de la Verdad, porque no podemos estar conectados con la Luz del Creador, y ciertamente no podemos estar conectados a esta sabiduría, la Sabiduría de la Verdad, si no estamos actuando externamente según como sea nuestra conciencia internamente. Y por ello, era mejor que Avraham cayera y estuviera un poco en la oscuridad de Egipto, que vivir y quedarse en Canaán donde su conciencia, su nivel espiritual, no estaba.

Quise compartir este fragmento del texto de Michael Berg porque me parece muy trascendental en nuestro propio trabajo personal. Pone un dedo en la llaga del por qué yo creo que no cualquiera puede ser Maestro Espiritual ...es verdad que todos podemos ser canal, pero declararnos "Maestros" me parece muy delicado porque demanda un nivel de congruencia y de elevación -a mi parecer-, supremo.

Ser sincero no es menos difícil para el ego, y sin embargo me parece mucho más alcanzable y transparente, y sobre todo más sostenible: aportar a los demás sin agenda, sin tener una ganancia en tu ego personal, sin tener que vivir para demostrar.

Hoy reflexiono que más vale dar desde una modestia que declararse gurú y no poderlo sostener a lo largo de la vida...torres muy altas he visto caer porque la vida humana puede parecer corta, pero es muy larga para vivir en una mentira.

Ayuda desde donde genuinamente puedas y esfuérzate para que cada día sea más, pero ten cuidado de que declaras de ti mismo, lo que no sea verdad, eventualmente te alcanzará.

Prana Raquel Pascual - Psicoterapeuta Gestalt

Imagen y texto https://www.kabbalah.com/es/articles/it-is-better-to-be-truthful-and-fall/



miércoles, 30 de octubre de 2024

El Alfa y el Omega


Sabemos que la historia bíblica nos dice que hubo un tiempo en el que el Creador quería destruir el mundo: la historia del arca de Nóaj.

Bueno, el Zóhar la explica de manera distinta.

No fue Di.os quien produjo la destrucción. Sabemos que esa no es Su naturaleza. Fueron las acciones de la humanidad las que provocaron dichas consecuencias. No fue un castigo, sino el resultado de sus propios pensamientos, palabras y acciones. Por ejemplo, si pensamos en nuestro mundo actual: ¿Podemos tomar agua tranquilamente? Hablemos de los alimentos que consumimos, los peces que criamos, el aire que respiramos, ¿Dios los contaminó? ¿Dios los hizo inseguros para el consumo? ¿Dios derramó desechos tóxicos en nuestras aguas? ¿Dios provocó esas consecuencias como castigo? O, ¿son el resultado de las decisiones que tomamos con nuestro propio libre albedrío? El Zóhar explica que ese fue el mismo ambiente en la época de Nóaj. La forma con la que el Creador se presentó fue una fuerza de resultado y no de castigo.

Me parece de suma importancia este concepto: El Creador presentado en fuerza de resultado.

Pensaríamos que Di.os es Causa pero ya que lo repensamos, podemos recordar que es dicho que Es el Alfa y el Omega, es decir, el principio y el fin.

Esto puede indicar esto, que también Di.os se puede manifestar como la resultante de un proceso.

En Kabbalah se menciona que hay manifestaciones diferentes de Di.os, por eso tiene diversos nombres, por ejemplo Adonai y Elohim.

Adonai es más relacionado a Amo / Señor, y Elohim es más una connotación de Fuerza / Poder. Recuerdo que mis maestros identificaban este segundo con Juicio.

Un Juicio viene después de un acto, es decir a toda causa un efecto. No estás libre de los resultados de tus acciones ya que nada está desconectado en el sistema, por tanto, en algún momento el resultado será sembrar lo cosechado, no por enojo de nadie ni por castigo divino, sino porque en la naturaleza del Creador, ante el libre albedrío, no es un Juez, sino un Resultado equivalente a tus actos.

Puede resultar temible, pero en cierta forma también tranquilizador.

Te dejaré que lo reflexiones. Haré lo mismo. 😅

Prana Raquel Pascual - Psicoterapeuta Gestalt

Texto itálicas Karen Berg https://www.kabbalah.com/es/articles/global-spirituality/

Imagen https://www.primeroscristianos.com/expresion-alfa-y-omega/