lunes, 28 de octubre de 2024

Salir de la zona de confort


En hebreo, la palabra Nóaj (Noé) significa “estar cómodo”. Esto ya debería darnos indicios sobre la energía que está presente en el cosmos esta semana y cómo podemos crecer a nivel espiritual gracias a ella.

En la Torá leemos: “Pero la tierra se había corrompido delante de Dios, y estaba la tierra llena de violencia. Dios miró a la tierra, y vio que estaba corrompida, porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra”.

En el tiempo de Nóaj la gente del mundo realizaba muchos actos que la habían separado de la Luz del Creador, pero si tuviésemos que resumirlo en una sola palabra sería: comodidad. Se habían rendido con respecto a seguir el camino espiritual. Querían algo más fácil.

Una de las cosas que aprendemos en nuestras clases en el Centro de Kabbalah es que no podemos obtener un progreso espiritual cuando permanecemos en nuestra zona de confort; cuando buscamos la salida fácil y satisfacemos nuestro ego en lugar de escuchar los anhelos de nuestra alma.

Salir de nuestra zona de confort para poder avanzar a nivel espiritual significa algo distinto para cada uno de nosotros. Por ejemplo, una persona que tiene naturaleza combativa, que siempre trata de plantear sus argumentos y enfrentarse a los demás, quizá necesite sentirse un poco incómoda al calmarse y permitir que los demás ejerzan su voluntad sin ella tener que interponerse. Por otro lado, una persona que es propensa a permitir que los demás la pisoteen, haría un avance espiritual al expresarse y defenderse.

Los sabios nos enseñan que el diluvio que ocurrió en la generación de Nóaj lleva su nombre. ¿Por qué el Creador nombraría un desastre de esa magnitud como una persona justa? Porque incluso para Nóaj, el hombre más justo de su generación, había más trabajo espiritual por hacer. Puede que Nóaj haya hecho todo lo que el Creador le pidió que hiciera. Puede que haya recitado todas sus oraciones, pero no lloró por quienes estaban destinados a morir en las aguas crecientes.

Durante los próximos siete días hay una energía en el cosmos que puede guiarnos hacia una nueva dirección. Esta semana, tenemos la capacidad de salir de las limitaciones que nosotros mismos nos creamos y dar nuestro primer paso hacia un nuevo mundo grande y hermoso. Todo lo que se necesita es que salgamos de nuestra zona de confort y vayamos en dirección a nuestro crecimiento espiritual.

El Centro de Kabbalah Internacional

https://www.kabbalah.com/es/articles/leaving-the-comfort-zone/


viernes, 25 de octubre de 2024

Buscar más profundo


Esta porción de la semana empieza con Bereshit bará Elohim, cuya traducción es: “En el principio, Dios creó…”. Sin embargo, la manera más lógica en la que debió escribirse sería: Elohim bereshit bará, “Dios, en el principio, creó…”. Los kabbalistas preguntan, ¿por qué entonces está escrito Bereshit bará Elohim? Porque, según explican ellos, esto nos dice que la verdadera conexión para cada uno de nosotros este año tiene que ser “bereshit”: inicio o nuevo.

¿Qué significa eso?

Uno de los errores más grandes que cometemos cada uno de nosotros en nuestro trabajo espiritual es que no lo abordamos como nuevo constantemente. Sin importar cuántos años hayamos estudiado y hecho nuestras conexiones, necesitamos realizar cada conexión y estudio como si nunca lo hubiésemos hecho. Por lo tanto, nuestra conexión verdadera para este año debería ser bereshit: nunca he estado en Shabat, nunca he leído el Zóhar, nunca he estudiado. Este tipo de entendimiento es lo que distingue a la persona que este año tendrá alguna conexión y algo de Luz de quien podrá entrar este año y genuinamente hará la conexión que está destinada a hacer y alcanzará el crecimiento y sabiduría que está destinada a alcanzar.

Hay una parábola que expone una situación analógica a esta falta de profundización en la que podemos caer:

Este era un hombre que ha vivido toda su vida en la montaña, aislado del resto del mundo. En el campo de ese hombre crece el trigo y cada vez que va allí recoge algo de trigo, come los granos de trigo, bebe agua y sobrevive de ese modo. Este hombre no sabe cómo come la gente en el resto del mundo.

Un día este hombre va a la ciudad y decide ver cómo viven los demás. Pasa por una panadería y le dan un pedazo de pan recién horneado. Lo come y disfruta el sabor. Le pregunta al panadero de qué está hecho y él responde está hecho de trigo. Luego le trajeron pasteles. Los probó y, nuevamente, preguntó de qué estaban hechos, a lo cual le respondieron otra vez que estaban hechos de trigo. Después le trajeron más pasteles, con miel y aceite sobre ellos, nuevamente preguntó de qué estaban hechos. Otra vez le respondieron que estaban hechos de trigo.

El hombre dice: “Ciertamente, yo ya tengo todo esto porque consumo la raíz, consumo la fuente, como los granos de trigo”. Rav Shimón explica que, debido al pensamiento incauto de este hombre de creer que por comer los granos de trigo era como haber comido pan, pasteles y dulces, nunca aprendió a hacer pan ni pasteles y, por lo tanto, se perdió todos los manjares de este mundo. Rav Shimón dice que lo mismo ocurre cuando una persona comienza a estudiar, llega hasta cierto punto, pero no profundiza.

¿Cómo podemos comprometernos en seguir profundizando?

Creo que lo primero que podemos hacer, es reconocer que estamos muy en la superficie aún, y ambicionar más.

Tratemos de comenzar con esta noción, con conformarnos con la probadita de la espiritualidad...¡Tenemos un año nuevo por delante!

Prana Raquel Pascual - Psicoterapeuta Gestalt

Basado en https://www.kabbalah.com/es/articles/pushing-for-deeper-wisdom/