“En el principio creo Di.os los cielos y la Tierra” (Génesis 1:1)
Empezamos a releer la Torá inmediatamente después de los supremos días sagrados con la más resonante de todas las frases que abre el relato de la creación al inicio de la biblia.
De esta forma, al imponer el año lunar cíclico por encima del tiempo lineal, la Biblia nos revela la oportunidad permanente que existe gracias a la misericordia de Di.os para la transformación personal.
Es un recordatorio
tanto de los orígenes de la humanidad como de nuestros objetivos a medida que
el gran ciclo vuelve una vez más a su principio, que es también que en el principio de
todas las cosas, nos planteamos estas preguntas vitales ¿Por qué creó Di.os los
cielos y la Tierra? ¿Quién soy yo? y ¿Por qué estoy aquí?
Los kabbalistas dicen que el Creador es un tesoro escondido y que el mundo fue creado para que nosotros encontráramos a Di.os. Si no hemos logrado encontrar al Creador, sólo significa que debemos buscar un poco más. A medida que revisamos el pasado año para prepararnos para el futuro midiendo nuestras vidas con sus alegrías y penas, éxitos y fracasos, se vuelve obvio que lo que esperamos de un Año Nuevo y un nuevo inicio, es mucho más felicidad y menor sufrimiento; es la trascendencia de estas 2 condiciones, de estos 2 grandes opuestos; es liberarnos para siempre del ir y venir entre la felicidad y la desgracia que es la experiencia de la vida para la mayoría de nosotros.
La experiencia nos ha mostrado que la felicidad es el espacio entre períodos de
sufrimiento o el sufrimiento en el espacio entre periodos de felicidad, ambos
equivalen a lo mismo. En su lugar, el tipo de felicidad que buscamos es una
felicidad interminable, una felicidad no perturbada por el sufrimiento.
Ya sea que llamemos a estas experiencias como verdad y mentira, Cielo y Tierra, bien y mal, positivo y negativo, o felicidad y sufrimiento, la verdad sigue siendo
que Di.os creó estos estados opuestos como el marco para un escenario sobre el
cual se representa el gran drama de la humanidad, el final de este drama es la
reconciliación de los opuestos, sin embargo las cosas van a ser distintas en el
nuevo año no quiere decir que las cosas tengan que cambiar sino que nuestra
consciencia de ellas es lo que debe cambiar en otras palabras nuestra propia
consciencia debe transformarse.
Si de verdad vamos a comprender la declaración que da inicio a
la biblia, debemos entender que antes del principio no había ni cielo ni Tierra, no había grandes opuestos ni dualidad sólo existía el pensamiento consciencia
original del creador, el pensamiento de unidad desde un punto de vista Kabbalístico. El creador y la creación son una unidad así que no podemos estar tan
separados del creador como imaginamos estar.
La biblia es un código cósmico y la Kabbalah es la sabiduría y
tecnología ancestrales y universales, es la clave para su entendimiento y
nuestra transformación. Nuestras esperanzas para un nuevo año son por lo tanto
idénticas al objetivo de la vida misma regresar "los muchos" al "uno"
Feliz año nuevo!!!
Prana Raquel Pascual - Pscioterapeuta y Coach
Texto: La Biblia Kabbalista Génesis.
Imagen https://www.facebook.com/BibliaNTV/photos/a.452767407894/10158922171862895/?type=3&locale=es_ES
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