Cuando un soldado cumple una misión –sea lo que sea, desde llevarle una taza de té a su oficial en mando, hasta pilotar un avión del punto A al punto B–, todo empieza con una orden que debe ejecutar. Esta orden puede ser explícita o venir de los reglamentos, pero en todo caso la autoridad siempre fluye de arriba hacia abajo.
Desafortunadamente, en nuestra vida diaria, no siempre funciona así. Intelectualmente, sabemos que la Fuerza de Luz del Creador nos puso en el mundo para hacer este trabajo. Aceptamos el reglamento de este universo en el momento de la Creación. Pero de alguna forma, pensamos que podemos engañar al sistema, hacer lo que nos dé la gana, ser pillos, especialmente cuando las cosas no nos salen como queremos.
¿Todo lo que hacemos fluye como una orden directa desde nuestro "Oficial Superior"?
De forma similar, cuando un general entra en una habitación, un soldado de rango inferior siente que está siguiendo las órdenes de este general aunque nunca se hayan conocido antes. Es un flujo directo de órdenes, sin espacio para las opiniones. Así es como funciona.
De forma similar, cuando un general entra en una habitación, un soldado de rango inferior siente que está siguiendo las órdenes de este general aunque nunca se hayan conocido antes. Es un flujo directo de órdenes, sin espacio para las opiniones. Así es como funciona.
En algún momento, la bomba tiene que explotar, y tenemos que darnos cuenta de que no estamos aquí como agentes independientes. La Kabbalah enseña que nos necesitamos los unos a los otros, como individuos y colectivamente, para cumplir nuestra misión en este mundo. No puedo hacer lo que me dé la gana e ignorar a todo el mundo y todas las cosas a mi alrededor.
De alguna forma, debemos adaptar esta cadena de mando a nuestras propias vidas. Y no quiero decir que debamos aceptar órdenes ciegamente de nuestros padres, nuestros jefes o el gobierno, aunque hay un momento y un lugar para hacerlo.
No podemos ser agentes independientes. De la misma forma que no podemos saltar del edificio Empire State simplemente porque no creemos en la gravedad, debemos seguir la jerarquía del universo. Hay leyes que se deben seguir. Y debe quedarnos claro que todos estamos bajo las mismas órdenes. Las leyes del universo se aplican a todos de forma equitativa.
Cuando nos enfadamos y esperamos que las reglas se flexibilicen para nosotros, estamos desafiando al sistema. Cuando tratamos a las personas de forma diferente, por razones egocéntricas o de otro tipo, estamos actuando como agentes independientes. Con este comportamiento, no duraríamos ni un día en Irak. Ya es un milagro cuánto hemos durado en la Tierra. Y este es el punto: portarnos pícaramente con el sistema no nos ayuda; sólo nos lastima.
Y con este comportamiento, no se crea nada parecido a la unión.
Esta semana, considera qué leyes del universo has estado forzando o incumpliendo. Si necesitas un curso de repaso sobre estas leyes, vuelve a leer "El poder de la Kabbalah" (o, si no lo has leído, haz clic
Es la única elección que tenemos si queremos completar esta misión con éxito.
Todo lo mejor,
Yehudá
Imagen: Cadena de Mando. Héctor Fernández
No hay comentarios.:
Publicar un comentario