Esta en nuestro ADN espiritual, hay una inteligencia que nos hace convertir cualquier cosa en un becerro de oro, por ejemplo “un amigo rico”. Quizás lo confronto menos que al amigo que no tiene dinero. Creo que el dinero es el poder de mi amigo, lo vuelvo mi becerro de oro. No voy a confrontarle igual a alguien que según mi agenda es importante.
Otro becerro de oro que todos tenemos es soñar que haríamos “si es que”, "Si yo tuviera tal o cual, si es que yo logro esto o lo otro", le doy el poder y a veces basta tanto como para no necesitar realmente el lograrlo. :-S
En relaciones, la otra persona la transformo en el becerro de oro. Al que te hace caso, al que te da por tu lado. Muchas formas de idolatrar y volvernos autómatas.
Convertimos cualquier cosa en nuestro becerro de oro, un celular, una serie de TV, un grupo musical, un noviazgo o matrimonio horrible con miles de señales de que no debe seguir, primero los pequeños detalles y luego los enormes pero que ya eres adicto a ello y no puedes dejarlo. Es un becerro de oro.
¿Cuál es el tuyo? Shabbat Shalom al ser visibles las tres primeras estrellas en el firmamento.
Prana Raquel Pascual - Psicoterapeuta - Coach
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