JUEVES 29 DE MAYO DE 2008. Cada acontecimiento en nuestro mundo tiene una semilla. Si la vida parece caótica, casual y desordenada, es sólo porque no podemos percibir el proceso de causa y efecto trabajando. En otras palabras, vemos el árbol pero no la semilla.
Esta falta de perspectiva conduce a las personas a vivir bajo la ilusión de que las cosas suceden de pronto. No es así. No pueden. Nada ocurre de pronto. Un árbol de roble nunca aparece de pronto en el jardincito frente a nuestra casa. Siempre se planta una semilla primero.
Si existe algo en tu vida en estos momentos de lo que quieres deshacerte, debes primero aceptar el principio que tú, sí, tú, plantaste la semilla en algún momento de tu pasado. No importa lo casual que parece el suceso; no existen los accidentes en la Kabbalah. Sólo hay orden, causa y efecto, acción y reacción.
Hoy, siembra una semilla positiva convirtiéndote en responsable y tomando la responsabilidad por una desconsiderada y egoísta acción que cometiste en el pasado.
Yehuda Berg
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Foto: atinachile
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Este es un concepto simple pero poderoso: siembras lo que cosechas y esto aplica en cada renglón de nuestra vida, por eso, al aprender esta regla, nos damos cuenta de la profunda responsabilidad que implica tomar las decisiones de nuestra vida o simplemente esas acciones que por su dimensión ni pensamos que son decisiones y sin embargo lo son. ¿A que me refiero con esto? A que por el tamaño de la implicación que nos trae, nos queda claro que casarse y con quien requirió de decisiones; aceptar un empleo con ciertas condiciones es una decisión; comprar una casa es una decisión, pero a veces no nos damos cuenta de la sutileza de otro tipo de decisiones que su proceso es tan corto que casi no logramos percibir que estamos asumiendo un efecto por cada acción que llevamos a cabo. Gritar, enojarnos, maltratar a alguien, ser indiferentes, abusar de la confianza de alguien etc. son pequeñas decisiones que son semillitas.
Piensas que no, pero se van sumando como en ese cuento del inventor del ajedrez, que fué a enseñarle a un rey como funcionaba su juego. Este rey se maravilló del ingenio y le dijo al hombre "pideme lo que quieras en recompensa"
El hombre le dijo: "Quiero una semilla de trigo por el primer cuadrito, y para el segundo el número multiplicado por dos y de ahi por cada cuadro la cifra anterior multiplicada por si misma..." Al rey le pareció una paga ridícula y sin pensarlo mucho pero riéndose para sus adentros aceptó...
...se ve que no sabía matemáticas y no contó que eran 64 cuadritos, es decir: 1, 1 * 2 = 2 , 2 * 2 = 4, 4 * 4= 16, 16 * 16 = 256, 256*256= 65,536 ups 65,536 * 65,536 = 4294967296 ups...No hubo trigo suficiente en todo el reino para acabar de pagar y el rey quedó en bancarrota.
En fin quizás es una manera simpática de hacer notar que la falta de perspectiva de la suma de nuestras acciones como el disparador de las cosas que nos pasan en la vida, nos puede tomar por sorpresa y hacernos perder la noción de porque caemos en caos.
Mantén la perspectiva y cuida lo que siembras. Ojalá tu vida sea un jardín lleno de flores y árboles frutales, pero si aún no es así ¡Revisa tus semillas!
Besos,
Prana Pascual