Cuando Balak, rey de Moab, vio el avance imparable de los israelitas, buscó a Bilaam, un reconocido profeta y hechicero, para que maldijera al pueblo de Israel.
Bilaam, aunque sabía del poder y bendición que protegía a Israel, se sintió tentado por la oferta de honor y riqueza que Balak le prometía.
Inicialmente, Bilaam consultó a Di.os y recibió una respuesta clara: “No vayas con ellos, no maldigas a ese pueblo, porque es bendito”. Sin embargo, cuando Balak insistió y envió emisarios con mayores recompensas, Bilaam pidió quedarse una noche más para ver si Di.os cambiaba de parecer, mostrando así su deseo interno de aceptar la oferta.
Bilaam se debatía entre su deseo de obtener las recompensas materiales y el conocimiento de la voluntad divina.
Kabbalísticamente, este conflicto refleja la lucha interna entre el ego y la alineación con la Luz del Creador.
Aunque Bilaam decía que solo podía pronunciar lo que Di.os le
permitiera, en el fondo deseaba aprovechar la oportunidad para beneficiarse. Su
razonamiento era pragmático: si podía encontrar una “brecha” espiritual que le
permitiera maldecir a Israel sin contradecir abiertamente la voluntad divina,
lo haría. Pero cada vez que intentó maldecir, Di.os puso bendiciones en su boca.
Bilaam finalmente fue con Balak, pero dejó claro que solo
podría decir lo que Di.os le indicara. Esto fue resultado tanto de su deseo de
recompensa como de su temor y respeto por el poder divino. Cuando intentó
cumplir el encargo de Balak, fue forzado a bendecir a Israel, frustrando así
los planes de Balak. Sin embargo, al no poder maldecir, aconsejó a Balak que la
única forma de dañar a Israel era hacer que pecaran y se apartaran de su camino
espiritual, lo que efectivamente causó una gran desgracia al pueblo, pero eso lo contaremos después.
Bilaam no pudo dañarlos directamente, pero vemos que intentó MANIPULAR al sistema de la Luz. ¿Has visto alguna vez a alguien que va a hacer algo destructivo primero santiguarse o encomendarse a Di.os? Increíble pero cierto. Eso por ejemplo es lo que hacen ciertos brujos o magos, que a la luz de mencionar a Di.os hacen actos que violentan el libre albedrío de otros, y pueden sentirse "tranquilos" de que lo hacen con los poderes conferidos de lo Alto.
Di.os permite que elijamos la ruta, más no por ello aprueba la iniquidad, eso nos lo deja a nuestro libre albedrío...y claramente podemos abusar de ello.
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