En la parashá de la semana, Parashat Tzav, existe un especial énfasis en el tema del fuego que ardía en el Mishkán, el Tabernáculo, el templo móvil en el desierto. Leemos, por ejemplo: “Y el fuego sobre el altar arderá en él, no habrá de apagarse, y quemará sobre él el sacerdote, leños, mañana tras mañana… un fuego perpetuo habrá de arder sobre el altar, no habrá de apagarse” (Vaikrá 6:5-6).
Tzav habla de cambiar el balance en nuestra vida, encender la motivación y la fuerza de hacer más cosas que son buenas para nosotros, que nos hacen feliz, nos habla de un despertar y de no rendirnos a la fuerza de la rutina. Habla de encender el fuego, y no permitir que se nos apague.
El fuego de la Torá, debe ser alimentado cada día “desde afuera”, desde
lo externo. El fuego de lo espiritual,
de lo que da sentido a nuestras vidas, debe ser alimentado día a día con el cuerpo,
con la acción, con el esfuerzo, con la acción cotidiana.
Esto nos recuerda un concepto del que ya hemos hablado aquí en el blog: Itaruta Diletata, "despertar la Luz, desde abajo", encender la luz desde abajo, crear tu propia motivación con acciones que son difíciles para ti, pero que tienes que iniciar tu desde esta tierra, empujarte en tu entorno desde abajo.
Esta porción entonces también se refiere, a "como un fuego, puede encender otro fuego", es decir (en el mejor de los sentidos) como podemos motivarnos los unos a los otros.
¿Qué mensaje puedes decantar de esta porción que ayude a que hagas Itaruta Diletata en tu propia vida y además compartir la llama?
Prana Raquel Pascual - Psicoterapeuta - Coach
Basado en clase de Ruth Rosemberg y Comunidad Masorti Bet - El
Imagen Nombre de Di.os 23 El Centro de Kabbalah Internacional
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