El universo te está hablando… ¿puedes oírlo?
Martes, 13 de octubre de 2015
Una buena amiga mía estaba pasando por momentos particularmente difíciles. Poco después de que su madre y su perro murieron, ella se dio cuenta de que su relación romántica también estaba muriendo.
Una mañana, mientras iba a la cafetería local a tomar su café helado habitual, se sintió abrumada repentinamente por la pérdida de su madre y su mascota. Al mismo tiempo que intentaba no llorar, se preguntó algo, no desde el estado de víctima sino desde una genuina necesidad por entender: “¿Por qué les pasó esto? ¿En dónde están ahora?”.
Pensamientos y emociones aún daban vueltas en su interior cuando llegó a la cafetería. Mientras hacía la fila para pagar, vio a una anciana que nunca había visto antes. Mi amiga de algún modo sintió que esa mujer le diría algo importante, que podría tener un mensaje para ella. De repente, la anciana volteó hacia ella, la miró a los ojos y parafraseó un fragmento de Shakespeare: “El mundo es un escenario, y nosotros somos meros actores, tenemos entradas” (hizo una reverencia) “y tenemos salidas”.
Luego, la mujer tomó su cartera del mostrador y se fue; dejó a mi amiga atónita, pero también extrañamente reconfortada, y esa sensación sólo creció con el tiempo.
A veces tenemos que desempeñar el papel de receptores del mensaje, otras veces le llevaremos el mensaje a alguien más. Por eso debemos mantenernos abiertos y estar presentes.
Karen Berg
_____________________
Los mensajes nos los demos a cada rato y suceden hasta con la manera en la que nos hacemos sentir los unos a los otros.
A veces noto, con las personas con las que trabajo o convivo, que la mera sensación de estar con ellos ya es por si mismo un mensaje.
Hace muy poco me sucedió sentirme completamente intimidada por alguien, a quien curiosamente yo debía decirle --como parte de mi trabajo-- que algo en él, que está impidiendo que sus relaciones fueran más fluidas...después de que el efecto de su personalidad me hiciera ponerme realmente nerviosa y diría hasta algo atemorizada, tuve que pedirle que me ayudara a poder comunicarme con él porque me estaba causando mucha ansiedad con el intenso silencio con que esperaba mis palabras y con la sensación de cierto escepticismo que veía en su mirada...
"Esto que pasó aquí, esta dificultad es posiblemente la misma que sienten otros ante tu presencia..."
Me parece que este fue un mensaje para él --que dicho sea de paso estaba muy abierto a escucharme-- porque le reflejó algo que hace sin darse cuenta pero que le trae efectos concretos visibles en sus relaciones de cualquier índole...y ciertamente es mucho más difícil negociar, tratar, simpatizar etc. con alguien que sin darse clara cuenta impacta de esa manera al entorno.
Es curioso, lo más misterioso de nuestras vidas, es lo que hacemos cotidianamente, fuera del marco de nuestra consciencia y que en un buen momento alguien nos hace notar.
Nosotros somos como peces en el agua que podemos preguntar ingenuamente "¿Agua? ¿Qué es eso? ¿Donde está? :-)
Pero en realidad todo está en nosotros ya pasando, ya aconteciendo y es cuando iluminamos hacia esa zona que algo se desvela en nosotros y podemos ver lo que probablemente ha sido un hábito o un pequeño rasgo de carácter que quizás mueve todo el medio en el que nos desenvolvemos pero sin notarlo, que está siendo el detonador de mil cosas alrededor.
Así, como en la famosa ventana de Yohari que quizás muchos llevaron a cabo en algún ejercicio de integración: Se trata de un ejercicio donde se puede analizar un cuadrado dividido en cuatro partes iguales pero con diferente información:
Lo que yo se de mi, que todos saben
Lo que yo se de mi, que los demás no saben
Lo que los demás saben de mi, que yo no sé
Lo que ni yo ni nadie sabe de mi.
Todos somos espejos en este mundo, y todos podemos ayudarnos los unos a otros si nos damos cuenta que los demás están tan solo reflejando quienes estamos demostrando ser, aún sin darnos cuenta.
Comienza a observar con más cuidado. ¡¡El mundo es una oficina postal muy activa!!
Prana Raquel Pascual
Psicoterapia Gestalt & Desarrollo Humano
No hay comentarios.:
Publicar un comentario