El fundador del Centro de Kabbalah, Rav Áshlag, explica en su introducción de las Diez Emanaciones Luminosas: "Nada en este mundo es realmente nuestro. Aunque trabajemos por algo, lo que recibimos como resultado no es en realidad una posesión... Debemos ver todo en este mundo como si viniera del cielo".
Es un concepto poderoso, ¿verdad? Nada de lo que recibimos en el mundo, nada con lo que nacemos, nos pertenece realmente. Somos meramente un receptor de todas las bendiciones que llegan a nosotros y es nuestro trabajo cambiar de ser una vasija a ser un canal compartiendo esas bendiciones: nuestro dinero, nuestro tiempo, nuestro amor, nuestra amistad, nuestro talento, de la mejor manera posible.
Cuando empezamos a creer que somos la fuente de las bendiciones de nuestra vida y que merecemos o hemos creado sin ayuda todo lo que tenemos, estamos diciendo en esencia que no necesitamos al Creador. Y con esa conciencia nos desconectamos de la Luz. La Luz sólo descansa allí donde hay un deseo verdadero por ella.
Como estudiantes de Kabbalah aprendemos al principio de nuestros estudios que la forma de recibir más Luz es compartir la Luz que tenemos. Vivir verdaderamente esta sabiduría significa que empezamos a vernos como los gerentes de nuestras bendiciones en lugar de los propietarios. ¡Entonces podemos convertirnos en un canal para la Luz del Creador!
Es un cambio muy dramático en nuestra conciencia y no es fácil de hacer, pero los resultados del esfuerzo valen la pena.
Todo lo mejor,
Yehuda
Yehuda
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Hay una historia contada en la Biblia Kabbalística que narra lo siguiente:
El Vilna Gaon, Rav Eliyahu ben Shlomo Zalman Kremer (1720-1797) contó una historia en el templo.
Hubo una vez dos amigos llamados Rubén y Simón. Ellos nacieron al mismo tiempo, en el mismo día, el mismo año. Ellos tenían la misma suerte. Cualquier cosa que le pasaba a uno le pasaba al otro, excepto una cosa. Simón se volvió rico y Rubén pobre.
Un día, Rubén el pobre fue con Simón el rico a pedirle un préstamos. Simón le dijo por supuesto te lo daré, eres mi mejor amigo.
Pero después de algunos años, Simón se volvió pobre, y Rubén rico. En ese momento, fue Simón quien fue con Runén a solicitar un préstamo para comida., pero Rubén no se lo dió.
Eventualmente, ambos murieron y fueron a los Mundos Superiores. Simón fue llevado directamente al Jardín del Edén porque había sido un tzadik (un Justo), pero Rubén fue condenado a regresar a este mundo.
Simón dijo, "entonces yo iré abajo con él" y regresó al mundo como una persona pobre que recolectaba monedas de caridad. Eventualmente el se encontró en un punto en el que ya no tenía a quien pedirle, así que preguntó a las personas de la ciudad si había alguien nuevo a quien poderle pedir dinero. Le dijeron que si había una persona, pero que jamás daba dinero, que era un miserable que vivía en o alto de la montaña. Simón fue de cualquier manera, lo cual le tomó horas. Cuando finalmente llegó, tocó a la puerta donde un sirviente atendió. Cuando Simón le dijo que venía por tzedaká (caridad), el sirviente exclamó que su amo jamás daba caridad a nadie.
En ese momento el hombre miserable se acercó a la puerta a ver que sucedía, y cuando su sirviente le explicó que pasaba, el hombre (que era el alma de Rubén reencarnada) empujó a Simón de tal manera, que este caypo escaleras abajo y se mató instantáneamente.
Las personas que escuchaban la historia en el templo exclamaron ¡Cómo pudo un Justo morir de esa manera! y también al tiempo que el Vilna de Gaon dijo esto, se escuchó un grito desesperado "!No puede ser...perdí mi oportunidad de componer mi terrible pecado!" Esa persona, era Rubén.
Lo que aprendemos de esta historia es que nunca sabemos cuando nuestra última oportunidad de corregir algo se nos presentará. debemos actuar siempre de la mejor manera todas las veces para recordar nuestro propósito en el mundo.
=)
Pues bien Comunidad del Blog, los dejo reflexionando sobre esta idea ed que nada es nuestro y la única manera de realmente hacer lo debido con nuestro talento y bendiciones, es compartiendolas.
Feliz domingo
Prana Pascual
El trabajo del Omer
Domingo por la noche, 13 Mayo, 2012
Un día, Rubén el pobre fue con Simón el rico a pedirle un préstamos. Simón le dijo por supuesto te lo daré, eres mi mejor amigo.
Pero después de algunos años, Simón se volvió pobre, y Rubén rico. En ese momento, fue Simón quien fue con Runén a solicitar un préstamo para comida., pero Rubén no se lo dió.
Eventualmente, ambos murieron y fueron a los Mundos Superiores. Simón fue llevado directamente al Jardín del Edén porque había sido un tzadik (un Justo), pero Rubén fue condenado a regresar a este mundo.
Simón dijo, "entonces yo iré abajo con él" y regresó al mundo como una persona pobre que recolectaba monedas de caridad. Eventualmente el se encontró en un punto en el que ya no tenía a quien pedirle, así que preguntó a las personas de la ciudad si había alguien nuevo a quien poderle pedir dinero. Le dijeron que si había una persona, pero que jamás daba dinero, que era un miserable que vivía en o alto de la montaña. Simón fue de cualquier manera, lo cual le tomó horas. Cuando finalmente llegó, tocó a la puerta donde un sirviente atendió. Cuando Simón le dijo que venía por tzedaká (caridad), el sirviente exclamó que su amo jamás daba caridad a nadie.
En ese momento el hombre miserable se acercó a la puerta a ver que sucedía, y cuando su sirviente le explicó que pasaba, el hombre (que era el alma de Rubén reencarnada) empujó a Simón de tal manera, que este caypo escaleras abajo y se mató instantáneamente.
Las personas que escuchaban la historia en el templo exclamaron ¡Cómo pudo un Justo morir de esa manera! y también al tiempo que el Vilna de Gaon dijo esto, se escuchó un grito desesperado "!No puede ser...perdí mi oportunidad de componer mi terrible pecado!" Esa persona, era Rubén.
Lo que aprendemos de esta historia es que nunca sabemos cuando nuestra última oportunidad de corregir algo se nos presentará. debemos actuar siempre de la mejor manera todas las veces para recordar nuestro propósito en el mundo.
=)
Pues bien Comunidad del Blog, los dejo reflexionando sobre esta idea ed que nada es nuestro y la única manera de realmente hacer lo debido con nuestro talento y bendiciones, es compartiendolas.
Feliz domingo
Prana Pascual
El trabajo del Omer
Domingo por la noche, 13 Mayo, 2012
22 Iyar, 5772
37 días del Omer
Segundo Día de la Sexta Semana: Guevurá de Iesod"Hoy es treinta y siete días que son cinco semanas y dos días del Omer". |
Guevurá de Iesod Disciplina en Vinculación Examina la disciplina de tu vinculación. La unión debe establecerse con discreción y cuidadosa consideración hacia aquel o aquello con que te vinculas. Hasta la más sana y cercana vinculación exige un respeto por el espacio individual de cada uno. *¿Me vinculo en exceso? *¿Soy demasiado dependiente de la persona con la cual me vinculo? *¿También es ella demasiado dependiente de mí? *¿Mi unión proviene de la desesperación? *¿Me vinculo con gente sana, íntegra? * EJERCICIO DEL DÍA Revisa tus experiencias vinculantes para verificar si precisan más disciplina o cambio. Imagen: sinagoga del Vina Gaon Info del Omer: www.es.chabad.org |
1 comentario:
:0)
vielen Dank!! --> Reyna
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