MARTES, 20 DE MARZO DE 2012
Cuando pensamientos obsesivos (preocupaciones, ansiedad, temor, pesimismo, incertidumbre y fantasías negativas) nos invaden, podemos “recuperar nuestras mentes” al abrir nuestro corazón.
Los corazones fríos son entradas para una arremetida de pensamientos improductivos y dañinos. Cuando nuestros corazones se vuelven abiertos y cálidos, sellamos éstas entradas de una vez por todas.
Yehuda Berg
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Decía Yehuda en este Shabbat, haciendo referencia a una frase de la Biblia, de Di-os a nosotros: "Te cambiaré ese corazón duro de piedra por un corazón de carne"...
Conozco bien la ansiedad, la conozco "en persona" de múltiples ocasiones y muchas veces fracturé la relación con mi corazón --que nunca ha sido de piedra-- a partir del frío de mi cabeza por no encontrar la vía de conciliarles, tratando de apagar algún incendio de emergencia que me abrasaba y que quizás no estaba aún en mis manos balancear de otra manera...
La ansiedad no es otra cosa que una señal, una alarma que nos da nuestro organismo de que algún flujo de nuestra vitalidad no está teniendo la conexión adecuada, algo tiene que ajustarse, acomodarse, revisarse...algo no está en armonía.
Muchas veces para sobrevivir disociamos lo que sentimos de lo que pensamos...y empieza a ser una señal discordante, inarmónica. Al final del día es una traición a algo importante de nosotros mismos...si siento diferente de lo que pienso ¿Qué debo entonces decidir? ¿Es factible decidir siempre por alguno de los dos y sacrificar al otro? ¿Resultado? Rabia, confusión, malestar.
¿Puedo acallar el grito de mi corazón simplemente con las palabras de mi cabeza? Si algo no está funcionando puedo fingir que no oigo, que no percibo que algo anda inconexo?
Personalmente tengo una parte de mi organismo que como sabe que no lo escucho si me habla suave, tiende a gritarme, a casi arrastrarme para que no me permita omitir la necesidad de que ambos --corazón y cabeza-- estén en la misma sintonía so pena de ingresar a un lugar de gran penuria.
A veces, dependiendo de nuestra valoración, somos más afines al razonamiento o al sentimiento...yo me pregunto ¿Se puede hacer eso sin resquebrajarse? Hoy veo que no.
Si observas bien, el Árbol de la Vida se replica en el cuerpo humano, si hay alguna parte que no funciona podemos pensar que hay un bloqueo que no permite la manifestación de la Luz...tener inconexo cabeza y corazón o cualquiera otra de las sefiras habla de que no podemos manifestar correctamente y aún a pesar de nuestra buena intención algo se nos queda en el camino.
¿Qué dice tu corazón, qué dice tu cabeza, qué dice el resto de las partes de tu cuerpo? Yo creo que si pueden conciliarse, pero no bajo engaño, no bajo silencios de lo incómodo, si algo tiene que repararse no puedes hacer como que no lo ves y quizás si lo ignoramos suficiente lo olvidaremos.
Cada más creo eso de que lo que se calla se actúa.
Vas a tenerte que entender como un sistema interconectado antes de poder circular la Luz correctamente ¿Qué te está diciendo tu mente? ¿Qué te está diciendo tu organismo? ¿Estás siendo congruente entre ambos? ¿Se hablan y se entienden?
¿Has tenido siempre la tendencia a no escuchar a alguno?
No es maldad, es desconexión, es algo que está faltando para lograr un entero...Descubre que pasa y después de eso ve cómo puedes reconicliar.
Observa. Siente. Integra.
Prana Pascual
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