miércoles, 3 de diciembre de 2008

No quiero juzgar, pero... (2da Parte). Diciembre 3 diciembre 2008.

MIÉRCOLES 3 DE DICIEMBRE DE 2008. Profundizando en el concepto de ayer acerca del espejo, entiendo que puede ser una lección confusa al aplicarse porque qué pasa si, por ejemplo, ves a alguien robando en el supermercado (y eso te enoja). ¿Es acaso la Luz diciéndote que eres un ladrón? Y si no, ¿entonces qué?
Veámoslo desde otro ángulo. He aquí un ejercicio sencillo para hoy. Haz una lista con tres columnas:

Columna 1: Escribe sobre un incidente que hayas presenciado o en el que hayas participado que provocó una reacción dentro de ti.

Columna 2: Describe cómo te sentiste.

Columna 3: ¿Qué razones posibles pudo tener la persona para hacer lo que hizo?

Escribe por lo menos diez incidentes. Usando el ejemplo de arriba, quizá el ladrón sufrió de abuso cuando era niño. Quizá tenía hambre. Quizá sólo era egoísta. Busca cualquier causa posible. Para el ejemplo diez, comenzarás a tener claridad sobre las cosas en las que TÚ necesitas trabajar.

Yehuda Berg
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He presenciado muchas veces el ejercicio de que es lo que las personas queremos en Kabbalah 1, e invariablemente el resultado es el mismo. La lista es prácticamente idéntica no importa si en el grupo hay hombres, mujeres, jovencitos, gente de distinta raza o de distinta condición social. La gente queremos lo mismo: Luz. Luz en todas sus manifestaciones ya sea como felicidad, salud, amor, plenitud, prosperidad, alegría, amistad, seguridad etc.
Nuestros deseos --vengamos de donde vengamos-- suelen ser iguales aunque quizás la manera de manifestarse tenga variaciones en nuestra imaginación.
Ahora, estoy casi segura de que si hicieramos la lista de lo que lastima a los seres humanos, el fenómeno sería muy similar; encontaríamos que el abandono, el maltrato, la indiferencia, la violencia, las separaciones, los olvidos, las palabras insensibles etc. son las que nos han marcado y lamentablemente se han llegado a improntar en posteriores manifestaciones de nuestra personalidad.
¿Y porqué no si en realidad estamos hechos de la misma sustancia? ¿Y porqué no si no hay otra fuente que a la que todos pertenezcamos? No hay un Di-os aparte para cada uno aunque si interpretenaciones distintas, pero a fin de cuentas a cualquier océano al que te metas en este planeta está interconectado.
Así pues, aprender debiera ser imposible de eludir ya que las lecciones de nuestra vida están en lo que conocemos y en lo que reconocemos, pero aún en lo que sentimos ajeno. Los humanos somos esa Alma única que aunque parezca que unos somos el mar del Norte y otros el Caribe, no hay manera de desconectarnos.
Las lecciones están en todas partes, no hay nada en este planeta con lo que no pudieras encontrar al menos una afinidad, quizás escondida, quizás recóndita. Quizás tan fuera de tu vista como tantas caracteríticas no reconocidas de ti mismo pero que si eres curioso y revisas muy bien, tienen su propia actuación en tu diario accionar.
Conoce también a tu sombra....si sigues su rastro, seguramente estará justo debajo de tus pies. ; )
No dejes pasar lecciones.
Con mucho cariño,
Prana Pascual

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