Los israelitas viajaron de un lugar a otro y no siempre estaban conscientes de la Luz que estaba disponible para ellos en cada lugar. Sin embargo, si a lo largo de los viajes y los desafíos ellos hubiesen mantenido claridad de consciencia y deseo de conexión con la Luz del Creador, entonces, sin importar si eran conscientes de ello o no, las chispas de Luz habrían salido de la oscuridad y se habrían adherido a sus almas y se habrían elevado a través de ellos.
Así pues, el entendimiento en esto es que el proceso de elevar
estas chispas no siempre es un proceso consciente. La mayor parte de las
chispas que necesitamos para elevarnos son subconscientes.
Rav Jayim ben Atar usa el ejemplo de un imán; cuando una persona tiene el deseo de conectarse con la Luz del Creador, se convierte en un imán de chispas.
Cuando vamos caminando por la calle, hay chispas allí esperando a que
nosotros nos convirtamos en imanes para atraerlas. ¿Cuál es el poder que atrae
esas chispas? Esa es la claridad de conciencia y el deseo de conexión con la
Luz del Creador.
Una persona pudo haber pasado por la misma calle durante los últimos cinco años, pero hoy, si por primera vez se encuentra en un estado de claridad y tiene el deseo de conexión real con la Luz del Creador, esas chispas saltarán y se adherirán a dicha persona. No obstante, desafortunadamente, esa misma persona puede caminar por esa calle en donde están esperando sus chispas por cincuenta años sin deseo de conexión con la Luz del Creador y, en consecuencia, las chispas no saltarán ni se adherirán a ella.
De esto aprendemos que una de
las lecciones más importantes no solo de estas tres semanas, sino también de
Shabat Matot-Maséi, es la importancia de luchar por el deseo de conexión, ya que es la herramienta más poderosa para
atraer toda la Luz y las chispas que necesitamos dentro de nosotros.
Michael Berg, El Centro de Kabbalah Internacional
¡¡Feliz día Comunidad!!
Publicado por:
Prana Raquel Pascual - Psicoterapeuta - Coach
Imagen https://faros.hsjdbcn.org/es/articulo/juguetes-objetos-imanes-alto-riesgo-salud-nino