lunes, 31 de enero de 2022

Construir nuestro propio tabernáculo

 


Terumah Rav Berg

¿Con qué se relaciona la porción de Trumá? ¿De qué trata? ¿Qué temas aborda? Trata acerca del tabernáculo, el cual se construyó para los Israelitas cuando dejaron Egipto. Un tabernáculo que ya no existe. De hecho, nunca volverá a existir porque finalmente fue sustituido por el Templo Sagrado. Esta porción trata con cómo ese tabernáculo fue creado, no solo el tabernáculo en sí, sino todos los instrumentos y herramientas que estaban incluidos en el.

Si fuera por mí, diría ¿Por qué escuchar de algo que ya no existe? ¿Cómo me beneficia? Aunque yo sé que el tabernáculo es la idea de las sinagogas en todo el mundo. Las sinagogas según nos dicen, sustituyeron al tabernáculo, de igual forma que cuando los Israelitas estaban en el desierto y no tenían el Templo Sagrado, en vez de éste tenían el tabernáculo. Por lo tanto ahora que no tenemos el Templo Sagrado, vamos a una sinagoga a rendir respeto.

Pero yo no puedo aceptar ese tipo de definición, porque ¿por qué gastaría el Creador esa cantidad de tinta si esto ya no nos es relevante? En una sección muy interesante de Trumá, dice “veasú li mikdash” (ellos harán un santuario para mí), “ve shajanti betojam” (para que yo habite entre ellos). Ahora, “veasú li mikdash” se refiere al tabernáculo. Entonces debió haber dicho “Habitaré en él” en vez de entre ellos. ¿Quiénes son “ellos”, si se refiere a un santuario?

Otro pensamiento que me gustaría recalcar es la cantidad de versos que se leerán en Trumá. Hay 96 versos en la sección de Trumá. ˘Por qué 96? El valor numérico en hebreo de 96 es “tzadik vav” (tzav), que también significa mandamiento. Kabbalísticamente esta no es la forma que interpretamos “tzav”, pero por 3400 años la palabra “tzav” se ha asociado con mandamientos. Los kabbalistas nos enseñan que no existen tales cosas como mandamientos. El Zóhar dice que la palabra mandamiento significa idolatría.

Por lo tanto, continuando con la idea de por qué hay 96 o “tzav” versos, es porque adoramos al templo, adoramos la sinagoga, o adoramos en ella. Sin embargo, no existe tal cosa como adorar a Dios. ¿Dios necesita algo de mí? No. Toda la idea de una sinagoga, un templo, una iglesia, o una mezquita no es decir que no tienen una función, sino entender que la función de por qué debo asistir a cualquiera de estos lugares es el resultado directo de recibir energía que cambiará mi semana, es porque mi vida mejorará tanto con lo que sucede al estar presente. Por lo tanto, cuando dice “habitaré entre ellos” no se refiere a la sinagoga; se refiere a las personas. Porque la función de un santuario, de una iglesia, de un templo, de una sinagoga es darles a las personas una oportunidad para usar esta tecnología y este instrumento como un canal a través del cual pueden acceder a la Fuerza de Luz de Dios.

Una vez que hay una Luz adicional en mi vida, también habrá una ausencia de oscuridad. La cantidad de Luz es la cantidad de ausencia de oscuridad. Porque los dos no pueden coexistir. Entonces el problema que tenemos en nuestra vida es uno solo: La ausencia de Luz. Por lo tanto, nuestras vidas están llenas de oscuridad, caos, dolor y sufrimiento. Y entonces no adoramos al templo, ni consideramos al templo como algo significante, sino como un instrumento a través del cual podemos aprovechar una energía particular que nos brinda el sustento necesario para continuar la próxima semana sin defectos, sin ningún caos, dolor o sufrimiento.

Esta es un herramienta muy valiosa. Por lo tanto, cada aspecto del tabernáculo se refiere a construir nuestro propio tabernáculo. Este cuerpo es un tabernáculo. Llénalo. Llena este tabernáculo con Luz y entonces el Creador habitará entre ellos, refiriéndose a todas las personas del mundo. No dice habitaré en la sinagoga, o habitaré en la iglesia. No, esos son solo instrumentos, medios por los cuales accedemos a la Fuerza de la Luz del Creador, y mejorar nuestras vidas por virtud de contener la Luz del Creador en nosotros y por su naturaleza eliminar la oscuridad de nuestras vidas.

Rav Berg

El Centro de Kabbalah Internacional

Publicado en el blog de Prana Raquel Pascual - Psicoterapeuta - Coach

 

domingo, 30 de enero de 2022

Permitir el milagro

 

En esta semana leemos la porción de la Biblia llamada Terumah. 

La porción de Terumá comienza con HaShem indicándole a Moisés que recopile de los israelitas los componentes necesarios para construir un Tabernáculo de acuerdo con las instrucciones dadas en el resto de la porción.

“Y construyeron un Tabernáculo y Yo habitaré dentro de ellos”. 

Si bien se nos dan las instrucciones para construir un Tabernáculo en el mundo físico, lo que se discute en el Zohar es la construcción metafísica del Tabernáculo y el Templo dentro de nosotros mismos. 

El Tabernáculo físico es una herramienta para atraer energía a nuestro mundo físico. El Tabernáculo dentro de nosotros es el camino para que atraigamos la Luz del Creador a nuestra vida. Para que tengamos un Tabernáculo, un Templo dentro de nosotros, debemos tener un corazón abierto.

Un corazón abierto no está anestesiado, un corazón abierto está dispuesto a atravesar el umbral del dolor para conocer al amor verdadero, la plenitud de la vida y la capacidad genuina de compartir y ver por alguien más que no seas tan solo tú.

Un corazón abierto es temible porque sabes que no eres inmune ante la vida...pero si quieres serlo, si quieres que nada en tu vida "te toque" ¿Para qué estás aquí? ¿Para qué tu alma se encarnaría en un cuerpo adaptado para sentir?

Por eso vivir no es solo leer, no es solo pensar, vivir es experimentar y eso no se puede hacer sin arriesgarse.

Los humanos somos manifestaciones especialísimas de la potencia de la Luz.

Si, da miedo, pero el contrato de estar en un mundo tan lleno de maravillas implica atravesar los matices, no corras y ni te distraigas tanto, no apures tanto el beber el día, porque ir detenidamente sintiendo te ayudarán a desarrollar la sensibilidad y la maestría del Amor. 

La Luz espera descansar en ti y hay que estar atento para permitir el milagro.

Prana Raquel Pascual - Psicoterapeuta - Coach