Elul (Virgo) es el mes de elevar el deseo.
Hacer todo el trabajo de revisión de donde hemos caído fallado, transgredido por supuesto tiene una función que es limpiar con arrepentimiento (teshuvá) y con confesión (vidui), pero sobre todo, lo natural sería despertar el deseo de tener una nueva oportunidad, poder demostrar que ya somos otra persona y que ya no merecemos el efecto de esa causa. Queremos empezar el nuevo año claros de que hemos entendido nuevas cosas, que hemos despejado espacio para comprender, y con muchas ganas de seguir adelante sin ese peso en nuestras espaldas.
Partamos de que en el mundo material en que estamos no hay tal cosa como poder volver atrás en el tiempo porque lo vivimos como un proceso lineal, hay un adelante (futuro) y un atrás (pasado) pero en el mundo espiritual, los conceptos tiempo, espacio y movimiento no son operantes, así que si podemos elevar suficiente nuestra concepción, comprenderemos que este es un mundo de experiencias que requieren esos parámetros para poder generar una narrativa de antes-durante y después, pero que no son la generalidad en el Universo.
Sin embargo, esa no es la esencia del Creador, El Absoluto no está sujeto a ello y de ahí los conceptos de Omnipresente, Omnisciente, Omnipotente que atribuimos al Mundo Superior.
Los humanos de acuerdo a las enseñanzas, asumimos tener una naturaleza dual, una materializada y adoptada de este mundo físico, y una como seres espirituales y que tenemos en potencial de contar con esas mismas características descritas arriba, por ejemplo, cuando dormimos y nuestra alma sube a Mundos Superiores a recargarse, y el cuerpo queda apenas con un pequeño porcentaje de energía para mantener las funciones autónomas corporales, somos capaces de volar, desaparecer, estar en varios lugares a la vez, escuchar los pensamientos y ni siquiera dudamos de que estamos por completo ahí.
Rosh Hashaná (Luna nueva del mes de Tishrei - Libra) es un ejercicio en el que nos dedicamos en esa ventana de tiempo a nuestra relación con dicha naturaleza, a balancearla como bien corresponde a este signo.
Confiamos en que podemos conectarnos con Ello y podemos someternos a una especie de cirugía espiritual en la que se hace un Nezirá, un corte entre la dualidad, y que podemos --si identificamos bien nuestra naturaleza de ego-- participar de esa espiritualidad en que nuestra consciencia puede ser purificada y realmente cambiar esos deseos que propiciaron acciones no espirituales. De cierta manera es Renacer.
Hoy por la noche comienza esta ventana de oportunidad: medita, ora, desea.
Prana Raquel Pascual - Psicoterapeuta - Coach
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