jueves, 18 de junio de 2020

Saber no es suficiente


Saber es imprescindible, pero no es suficiente para transformar.

Nosotros no venimos a este mundo a tan solo ser sabios, por supuesto eso es muy valioso y muy elevado (además de difícil), pero realmente venimos a transformar nuestra naturaleza egoísta que nos mal aconseja diciéndonos que somos mejores que otros, que busquemos privilegios o ventajas.

Aquí fue donde Korach cayó.

A pesar de que era tan erudito y sabía todo el conocimiento de la Torá, siguió siendo un "tomador".  

Se dice que Korach cayó porque además su esposa le calentó la cabeza como se dice coloquialmente, y que eso fue clave en desconectarse de un camino justo. Aquí comprendamos, no es la figura como tal de una esposa, sino de algo o alguien que logra tener una voz que nos convence de algo que sabemos que no es adecuado.

Todo el conocimiento del mundo no podría ayudarlo porque aun deseaba para sí mismo. 

Korach fue en realidad la reencarnación de Caín, quien también fue un tomador de energía que no le correspondía, y estuvo dispuesto incluso a matar a su hermano para ganar o como desquite de no ser elegida su ofrenda.

Esta es una buena lección para nosotros: 

A menudo, cuando comenzamos un camino espiritual, pensamos que hacer pequeños cambios en nuestras vidas es suficiente, pero no lo es. Incluso leer el Zohar no es suficiente. Tenemos que convertirnos realmente en seres compartidos. No es suficiente solo hacer acciones espirituales, también tienes que hacer un cambio desde el interior de ser un receptor a un donante, solo así puedes evitar que la fuerza de una influencia externa te desvíe como lo hizo la esposa de Korach, y llevarlo a su destrucción.


A trabajar Comunidad.

Prana Raquel Pascual
Coach de Vida y Carrera | Psicoterapeuta
Basado en clase de David Gyham El Centro de Kabbalah Internacional

miércoles, 17 de junio de 2020

Muchas maneras de robar


La primera palabra de la porción de Korach revela todo. Comienza con "Vayikach" que significa "y él tomó". 

Korach no era una persona que daba de sí mismo, era más un tomador.

Pero todo nuestro trabajo espiritual debería llevarnos al nivel de dar más de lo que tomamos. 

Piensen en un bebé recién nacido: desde sus primeros momentos de vida, sus puños están cerrados porque todo lo que saben hacer es recibir, no dan, solo toman: comida, amor, cariño, etc. 

Pero nuestro propósito en la vida es transformar de ser tomadores a ser seres compartidos, porque lo único que se interpone entre nosotros y la Luz es nuestro deseo de recibir solo para nosotros mismos.

¿Qué tomamos?

Uy, ¡Qué no tomamos!:

  • El tiempo de las demás personas
  • La atención de los otros con lo que a nosotros nos importa y nos es prioritario
  • Tomamos ventajas de cada situación que nos es posible sin que siempre busquemos el ganar-ganar
  • Tomamos provecho del cariño de la gente para lograr cosas que nos convienen
  • Oportunidades de desprestigiar a otros para brillar por encima de ellos
  • El conocimiento o buenas ideas de los otros como propio no dando crédito
  • Funcionar como vampiros energéticos tomando la buena vibra de alguien más a través de la envidia y la mala intención (lo que algunos conocen como "hacer mal de ojo")
  • ETC.
Muchas formas de tomar que no son exactamente lo que se entiende por "robar" pero si equivale a ello energética-mente.

Vale la pena pensarlo, porque la mayor parte de las veces no somos conscientes de ese manejo, pero si nos alimentamos de la Luz ajena.

Vale la pena ser muy curiosos de ese tipo de posibles TOMA y DACA que no por ser inconscientes, dejan de pasar su factura para balancearse en el Universo.

Prana Raquel Pascual
Coach de Vida y Carrera | Psicoterapeuta
Basado en clase de El Centro de Kabbalah David Gyham