En la porción Sheminí usa
específicamente la palabra que significa “Yo los elevé”
Para entender esto, los kabbalistas comienzan citando un versículo
de Eclesiastés, del Rey Shlomó. Dice:
“¿Quién sabe que el alma del hombre
asciende hacia arriba y el alma del animal desciende hacia abajo…?” precisa que
hay dos conjuntos de existencia en este mundo.
No se refiere literalmente a los
humanos y a los animales, sino más bien al alma de cada individuo; hay momentos
en los que el individuo se eleva y el alma puede ascender, y hay momentos en
los que el animal, o alma básica, hunden al individuo.
Esto se basa en un concepto del que habla ampliamente el Arí,
Rav Yitsjak Luria, un concepto que dice que cada uno de nosotros tiene al menos
cinco niveles del alma. El nivel más bajo se llama Néfesh HaBehemit, el alma animal. Y
las decisiones que tomamos a diario con respecto a ser egoístas o generosos,
perseguir nuestros deseos más básicos o los deseos de nuestra alma, determinan
si seremos hundidos o elevados.
El Rey Shlomó dice que son decisiones a las que
no les prestamos atención suficiente porque estas muy a menudo permiten que
descendamos a Néfesh,
la parte básica de nuestro ser.
Los kabbalistas dicen que hay un constante debate entre la parte
de nuestra alma que quiere elevarse y la parte que intenta hundirnos. Ya sea
que estemos conscientes de ello o no, esta batalla ocurre dentro de nosotros
todo el tiempo, y el ganador de la batalla es determinado por nuestras decisiones.
Shabat Sheminí consiste en la batalla entre esas dos partes.
En Shabat
Sheminí podemos pedir la fuerza para ganar esa batalla; no obstante, para
ganarla tenemos que comenzar a entender que esta batalla existe. Una vez que
estemos conscientes de ello, sabemos que cualquier acción que realizamos o
decisión que tomamos motivados por el Deseo de Recibir para Sí Mismo, desde
nuestro lugar más básico, fortalece la parte de nosotros llamada Néfesh HaBehemit y
nos hunde.
Por lo tanto, la próxima vez que tengamos la oportunidad de tomar
una decisión, podemos detenernos y preguntarnos qué ocurrirá si elegimos el
lado egoísta, porque ahora sabemos que no es simplemente que quizá no estemos
haciendo el trabajo espiritual o lo correcto. Si elegimos actuar motivados por
nuestra alma animal, en realidad estamos poniendo un peso sobre nosotros que
nos hunde aún más, evita que ascienda nuestro aspecto angelical, la parte
elevada de nosotros. Así pues, ahora, cuando nos sintamos hundidos sabemos cuál
es la razón: nuestra alma, a través de nuestras propias decisiones, le puso
peso a Néfesh
HaBehemit. Pero tenemos la opción de permitir que nuestra alma
ascienda. Y en Shabat Sheminí podemos pedir la ayuda para tener la fuerza de
siempre tomar decisiones basadas en nuestra alma elevada, en la parte de
nosotros que nos permite ascender.
Michael Berg
Re- Publicado por
Prana Raquel Pascual