El cuarto día trae consigo la semilla del origen de la envidia, que los kabbalistas identifican como la raíz de todo mal. Leemos en el Zohar que la Luna y El Sol tuvieron una vez la misma importancia y el mismo valor en el cielo, pero la Luna no estaba satisfecha con su estatura y deseaba ser más grande que el Sol para ser considerada monarca de los cielos.
Es nuestra naturaleza reactiva desear lo que otros poseen y no apreciar lo propio y ni siquiera pensamos si tuvieron que pagar un alto precio por aquello que tienen.
La Luz que se emana de este cuarto día está diseñada para erradicar la envidia de nuestra naturaleza interna y despertar la paz interna y la satisfacción.
Visto desde otra perspectiva más alineada al conocimiento astrológico, El Sol la Luna y el Ascendente, son las grandes herramientas para nuestra vida. A veces solo mencionamos el Sol y por eso mucha gente desacredita fácilmente este estudio ya que no se ven tan asociados a esa energía.
La Luna en cambio equivale a nuestras emociones, sentimientos y reacciones afectivas, muchas veces buscan ser más visibles y más importantes que cualquier otra cosa en nuestra vida, buscamos hacerlas notar y prevalecer y ser el hilo conductor de todo lo que pasa, que todo responda a lo que sentimos. Sin embargo, si eso hiciéramos, generalmente podríamos volver nuestro mundo un revolú ya que no suelen ser sensatas, ni saber esperar.
Desean que las alimentemos de energía de inmediato, sin tardanza y sin espera, y eso es justo lo contrario a lo que estamos aprendiendo espiritualmente, que es tener capacidad de demora, de mérito y de tolerar la frustración para posteriormente tener logro.
Así es como yo comprendo este pasaje de comparación.
¿Te dejas llevar por tus impulsos emocionales? ¿Demandas satisfacción inmediata y a tu antojo?
Todos lo hacemos de una o de otra manera en distintos escenarios y de diferentes maneras. jalamos luz para alimentar nuestra satisfacción emocional.
¿Que pasaría si pudieras empezar a dominar ese deseo de recibir tan potente?
La Luna es una vasija, no tiene Luz propia, tiene que esperar recibir la Luz del Sol, sin embargo ejerce un enorme magnetismo sobre la Tierra, tanto, que es justo la que mueve las aguas, genera mareas, y atrae hacia si todo lo que pueda...así es como la gente se vuelve lunática y en días de Luna llena realmente hay más alteraciones emocionales...obsérvate, como licántropos :-) lobos al acecho.
¿Qué puedes corregir hoy?
Feliz día Comunidad
Prana Raquel Pascual
Basado en texto de La Biblia Kabbalista editada por El Centro de Kabbalah Internacional