MIÉRCOLES, 21 DE JULIO DE 2010
Si quieres saber quién eres, observa tus pensamientos.
¿Qué es lo que está circulando en tu cabeza? ¿Pesar, odio, miedo? ¿Optimismo, entusiasmo, pasión?
Hoy, eres lo que piensas. Comienza con afirmaciones sencillas: Soy feliz, estoy seguro, estoy en paz.
Yehuda Berg
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En el Centro, varios de los Maestros han dado por repetir que debieramos ser como los niños ¿En que sentido? En la persistencia de perseguir lo que deseamos. Un niño que quiere un dulce no se da por vencido tan fácilmente ante el primer NO. Lo veo con los niños que asisten al Centro ja ja. No importa que estemos en el momento más alto de la conexión, ellos quieren su dulce y jalarán la bastilla de su madre con una persistencia de "fin del mundo" ja ja.
Y ojo, no me parece que el comentario vaya asociado a la obsesión sino a esa persistencia del deseo que nosotros vamos permitiendo que se detenga en el camino. Encontramos las buenas razones para dejar de tirar para donde iban nuestros sueños porque parece lo más sensato. Esa es nuestra cabeza convenciendonos que "la vida es así", pero yo me pregunto...Cuando nos empezamos a auto-convencer de que no hay nada que hacer en nuestra situación...¿No estámos perdiendo nuestra capacidad de saltar cuando sea necesario para el lugar a donde estabamos realmente destinados a llegar?
Muchas veces cuando estudiamos Kabbalah, escuchamos que lo que ha de ser será y que en realidad el libre albedrío está en cómo decides vivir lo que está determinado en tu película desde incluso antes de que encarnaras. Aunque es cierto, mmm, ojo, este pensamiento te puede volver conformista Y NO ES LA IDEA. Te puede estar haciendo pensar en pequeñito, ya que hay muchas maneras de cruzar el mismo río ¡Quizás nosotros estamos pintando las posibilidades mucho más chiquitas de lo que podría ser aún en lo que estaba determinado para ser!
Hace unos días, en una de las afinaciones semanales, Yehuda puso un punto que podría pasarsenos de largo y sería una pena, mira, copio el fragmento exacto:
Hay un dicho creado por los sabios ancestrales: todos tenemos nuestro momento. No hablaban de 15 minutos de fama.
Ellos se referían a esos momentos de la vida (algunos de nosotros sólo tenemos uno o dos) donde el universo ha arreglado todo para que el próximo paso lo demos nosotros. Y ese paso, ese movimiento, solamente podemos realizarlo nosotros (yo) solos. Suena como un momento cinematográfico hollywoodense típico. Pero es real. Es un espacio que sólo nosotros podemos llenar. Es una pieza de rompecabezas que sólo nosotros podemos hacer que encaje.
Entonces, ¿cómo encontramos ese momento, esa acción?
Primero, debemos comenzar sintiendo que podemos estar a la altura de la circunstancia cuando ésta llegue. Después, debemos preguntarnos: ¿Realmente estoy destinado para hacer esto? ¿Verdaderamente estoy influyendo en el cambio? ¿Es por esto que Dios me trajo a este mundo?
La respuesta es sí.
¿Leiste bien? Sí. A veces dejamos que nuestra mentalidad se llene de material adherente como el de los corales, sedimento arriba de sedimento...pensamos "así es". Y como pensamos ASI ES...¡Así se vuelve! Nos abren la puerta para correr hacia donde queriamos ¡¡Y ya no lo hacemos!! Nuestro pensamiento se conformó y dijo así es, así será y seguirá siendo. Uyyyy. Ese puede ser un pensamiento muy peligroso. Revisa si no estás instalado en alguno de esos puntos.
Este pasado Shabbat alguien me preguntaba "¿Debo hacer las cosas o las cosas simplemente van a ser de cualquier manera?"...Mmmmh
Yo trato mucho de siempre creer que las cosas pueden cambiar. Siempre. Siempre estoy tras de la siguiente oportunidad, quien sabe donde se me instaló pensar...: Esta no es la última palabra, tiene que haber otra oportunidad ¡Quiero mi nueva oportunidad!
Pienso así porque no me atrevería a vivir en un mundo en el que me dijeran que la porción de nuevas oportunidades se ha agotado, no no. Ese no es el mundo en el que yo elijo vivir.
Hay una historia que cuentan en el Centro y es acerca de un hombre que se preguntaba por cual es su misión y entonces Di-os le dice que lo que el debe hacer es empujar una gran roca que está bloqueando una entrada.
Los primeros días el hombre desde que amanecía empujaba la piedra aunque veía que esta no se movía ni un milímetro. El seguía intentando e intentando e intentando y la piedra, "muerta de la risa", no se movía ni poquito. El hombre ya mostraba una musculatura considerable para cuando pasó algún tiempo porque la oposición de la roca era impasible, así que un día se cansó y reclamó a Di-os:
¡Di-os, me has puesto a empujar esta piedra y he seguido tu instrucción y esta no se mueve ni un ápice! A lo que Di-os le contestó,
"Yo te dije que tu misión era empujar la piedra ¡Mira como te has fortalecido con ese esfuerzo! Te dije que la empujaras... ¡Tu empujarás la piedra y yo seré el encargado de moverla en su momento!"
Se que este es un reto para nuestras mentes humanas, se que esa paciencia interna versus seguir empujando a veces nos parece contradictorio...pero hay que seguir empujando la piedra, hay que perseverar y hacerlo además con alegría no con obsesión porque este es el balance entre el creador y su creación, cada uno que haga su parte, pero si te extenuas, si tu mente no tiene esta certeza de que tu parte del trato lo debes cumplir, el pacto entonces no puede cumplirse.
De verdad, no es obsesión, es un sistema de fortalecimiento. A veces hay cosas que has de dejar ir, ideas y aferramientos, pero lo que no puedes soltar es la actitud de que tu tienes tu parte por hacer, el escenario puede cambiar, la comparsa, pero tu actitud de que esta vida que hoy tienes es tu responsabilidad no la puedes soltar.
Nadie sabe cuando son esos minutos que menciona Yehuda, pero me parece que hay que vivir pensando siempre que este puede ser "el momento de verdad"...y estar contento además de estar en la acción.
Bueno, eso es lo que estuvo en mi pensamiento y te lo he compartido...¿Qué está en tus pensamientos el día de hoy? =)
Prana Pascual
Imagen obtenida de:
