Nuestra porción esta semana es Shlaj Lejá. En Shlaj Lejá, tras haber emprendido el camino hacia la Tierra Prometida, Moshé les pide a los líderes de las doce tribus que la visiten, la “espíen” y regresen con un informe.
La Tierra Prometida era una tierra utópica donde manaba “leche y miel”. No obstante, diez de los doce espías regresaron y dieron falso testimonio acerca de la tierra. Ellos reportaron que era inhabitable y estaba llena de enemigos.
Desafortunadamente, los israelitas les creyeron y se lamentaron. Ellos creyeron lo que otros les contaron en lugar de lo que sabían que era verdad en sus corazones.
Ellos creyeron más en la palabra de estos diez líderes que en la palabra de Moshé, el Creador y todos los milagros que habían presenciado. El Creador y Moshé les habían prometido éxito y prosperidad, y en un instante, los israelitas entregaron esta conexión debido al miedo y la duda. Estos diez líderes que hablaron falso testimonio sobre la Tierra Prometida también lo hicieron porque tenían miedo.
¿Miedo de qué?
Tenían miedo de que si todos llegaban a la Tierra Prometida, los israelitas alcanzarían la madurez espiritual absoluta y, como resultado, su papel como líderes ya no sería necesario ni tendría validez. Estos “espías” mintieron acerca de la bienaventuranza que les esperaba, lo cual privó al pueblo de recibir su recompensa; todo porque estaban preocupados por preservar su estatus y poder. Ellos mismos eran su principal interés, y los demás estaban en segundo lugar.
Pensar solo en nosotros e ignorar a los demás solo trae oscuridad a nuestra vida. Debido a este informe falso y debido a que los israelitas lo creyeron, la generación no pudo entrar a la Tierra Prometida. Solo la siguiente generación entraría.
Los israelitas decidieron escuchar las voces externas. Ellos escogieron ir en contra de lo que sabían que era verdad para ellos y creyeron el informe falso. En realidad este problema está siempre presente en nuestro viaje espiritual. Cada día, tenemos que ser lo suficientemente valientes para comprometernos con la sabiduría de nuestro corazón, nuestra Luz interna y nuestro camino individual especial. ¿Cuántas veces nos hemos dicho a nosotros mismos: “Yo lo sabía, pero ¿por qué tomé esa decisión?”? El mundo siempre estará lleno de distracciones diseñadas para desviarnos de nuestra verdad y nuestro destino. A menudo aceptamos los temores y juicios de los demás, y les permitimos que moldeen aquello que sentimos y creemos. La historia de los israelitas nos enseña acerca de los desafíos en nuestro propio camino espiritual. Solemos tener miedo de dar, preocupados porque no tendremos suficiente. Estamos tentados a tomar el camino fácil, pensar solo en nosotros mismos para avanzar. Esta semana, obtenemos el poder de trascender esos reportes negativos. Somos dotados con la invaluable capacidad de escuchar nuestra voz interna y seguir el llamado de nuestra alma.
Karen Berg
Publicado en https://www.kabbalah.com/es/articles/hearing-your-truth/