Hipermetropía espiritual.
Soy terapeuta Gestalt, me dedico a trabajar con personas que están en algún tipo de proceso doloroso de vida, en algún bloqueo o en algún patrón disfuncional. La gente normalmente no llega tan solo para auto conocerse (lo cual no estaría nada mal), sino a buscar un apoyo para identificar las causas, y por supuesto, descubrir nuevas opciones de llevar a cabo su vida de manera que tome otro orden, otra dirección y quizás mucha más claridad de cómo conducirse de manera que en lo sucesivo, comiencen a tener otro tipo de resultados.
Hoy la palabra que quiero resaltar es justamente claridad.
Nos dicen los kabbalistas que el gran enemigo de nuestros hebreos -israelitas era la tribu de Amalek, que es el código para hablar de La duda.
¿Cuántas veces no haces lo que deberías no porque no quieras, sino porque sientes duda?
La duda la podemos experimentar como confusión, como no saber donde poner nuestra "apuesta", como una niebla interior, una especie de arenas movedizas en los cuales no sentimos suficiente firmeza o tracción para poder caminar tranquilamente hacia una decisión.
Me ocurrió con una paciente preguntarle ante una situación de un episodio de celos ¿Tienes evidencia o motivos tangibles? ¿Acciones que te hagan pensar que tu novio está faltando a la fidelidad que han convenido en su relación? "No y no". ¿Ha cambiado su comportamiento visiblemente de un tiempo a acá? "No". ¿Lo viste volteando a ver descaradamente a alguien? ¿Te habla con frecuencia de temas que te generan duda? "No y no".
Ok, en una pareja hay tres lugares donde mirar; La persona que consulta, la pareja y la relación (así, "la relación" como si fuera un sujeto por si mismo, es decir, lo que creamos juntos cuando estamos en contacto una persona y otra, no solo físicamente sino con nuestras características y con todo lo que somos. Lo podrás ver si notas que las parejas mismas también tienen "personalidad").
Ok...veamos en ti …¿Hay otros lugares donde vivas esta incertidumbre, esta especie de confusión de si algo pasa o no,? "Si, ¡¡En todo!!" "Me pasa que a veces alguien me está agrediendo y yo aguanto porque no sé si es que es la persona que me está acosando o violentando, o soy yo que no aguanto nada". "Me educaron para no dar problemas y si veía algo no darle tanta importancia, no quejarme para no molestar. No sé si es la persona quien me molesta o yo soy culpable de no aguantarme su "sentido del humor" o sus aproximaciones que resultan desagradable pero que quizás no sean para tanto".
Creo que muchos de nosotros tenemos esta hipermetropía emocional (la llamaría también espiritual). No logramos decantar la situación hacia un calificativo claro y preciso. La hipermetropía es no lograr enfocar, ver borroso.
La vida se vuelve muy angustiosa porque no sabes si debes poner un límite o no, si debes defenderte o vas a sobre reaccionar. Todo es nebuloso y confuso y vivir así da mucho miedo ¿Soy yo o realmente hay algo de lo que defenderme o algo que debo poner en orden? O quizás no...
Amalek es un supremo enemigo que nos martiriza mucho hasta que trabajemos la claridad emocional y nos podamos recalibrar en un mundo en el que si tienes esta clase de hipermetropía emocional, necesitas lentes en tu percepción de la vida. Y esto se tiene que aprender porque no hay lugar donde hacerse una graduación automática, hay que trabajar personalmente con mucha paciencia. Hay que identificarlo y trabajarlo deliberadamente, o viviremos dudando de todo y todos y siempre quedando culpables, miedosos y llenos de incertidumbre.
Shabbat Shalom
Prana Raquel Pascual - Psicoterapeuta Gestalt - Coach
Imagen https://www.arroyomartin.com.ar/hipermetropia/