Todos somos uno. Hoy en día ésa no es una gran revelación. Lo ves hasta en anuncios de zapatos. Pero la mayoría de nosotros no vive como si todos fuéramos uno.
Una manera en que podemos hacerlo es siendo vulnerables y exponiendo nuestras verdades, como lo expuse en el correo de ayer. No sólo hay alegría para todos nosotros en ello, sino que expresar nuestros sentimientos esenciales crea una apertura para que otros se pongan en contacto con los suyos.
Somos muchas uvas en la misma vid. Todos tenemos dolores y pasados y problemas personales. Entre más mostramos los nuestros, más unidad hay con aquellos a nuestro alrededor y, a la vez, con el mundo.
Hoy, continúa siendo real. Toma riesgos y dile a la gente lo que en verdad estás sintiendo. No ataques ni te desahogues. Simplemente atente a lo que viene para ti.
Yehuda Berg
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Esta semana estamos atravesando la parashá (porción ) de Noah, mejor conocido para nosotros como Noé, el del Diluvio.
Noé fue considerado un Justo para su época, aunque no lo hubiera sido si le hubiera tocado otro momento de la humanidad ya que como sabemos , el aunque supo escuchar al Creador e hizo el Arca, no rezó, no imploró por los otros. Se conformó con el decreto de destrucción.
Nosotros también tenemos que entender esto, no es que si mi pequeña parcela de mundo está bien, yo estoy bien. Este mundo es uno sólo y el día que llegan catastrofes naturales hemos visto que no es un tema del que te puedas aislar. Si la otra gente sufre, tu también.
Recuerdo cuando pasó el terremoto en la Ciudad de México en 85. Quien también se acuerde podrá saber que fue una pesadilla colectiva.
Aún cuando tengo la fortuna de decir que de mi casa, de mi gente cercana, realmente no salimos afectados ni en vida ni en bienes, si me recuerdo a mi misma, cada amanecer, queriendo volver a dormir, para ver si la realidad cambiaba al despertar. Era demasiado doloroso ver todo aquel desastre.
Me acuerdo que dormía vestida y con los documentos de identidad abrazados. No querías ni des-tender la cama para poder tener los zapatos puestos por si necesitabas salir corriendo.
Vimos muchas desgracias, muchas familias desmembradas en segundos, vimos ejemplos de gran dolor y también grandes signos de esperanza, afortunadamente. Pero la solidaridad llegó tarde. Llegó para reparar después de la destrucción, no antes.
El Mundo, nos pasa a todos juntos. Y el Mundo, tal como en aquel momento las malas acciones de los seres habían contaminado la tierra y hubieron de ser lavadas, nosotros no queremos volver a ganarnos tal efecto.
No hay manera de la corrección general si no empezamos por la corrección personal. Ese es justo el símbolo de la paloma que si volvió a traer la rama de olivo para demostrar que la tierra estaba reverdeciendo. Es la leatad de cada uno de nosotros que anuncia a los demás que algo está cambiando.
Tu acción de humildad y de balance suma para el de todos.
Somos Uno. Ni D-os quiera que volvamos a pasar por algo así.
Prana Pascual