Hay una historia acerca de un sabio al que en una ocasión le pidieron que maldijese a otro hombre. Al sabio se le dijo que la persona en cuestión era malvada y quería hacer daño a quien se atravesara en su camino. El sabio respondió: "En lugar de maldecirlo ¿no sería más fácil bendecirlo y que sólo vea la Luz? Si puede sólo ver la Luz, el resto se arreglará por sí solo ¿no es así?".
¿No es así? Sí, así es. Hoy, bendice a la gente que quisieras maldecir. No puedes combatir a la oscuridad con oscuridad. Tienes que combatirla con Luz.
El amor surtirá efecto siempre.
Yehuda Berg
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Como diría Miss Lorena, mi querida maestra de la prepa "Prana, lo obvio, no lo es, hasta que alguien te lo dice" y esto me lo decía a razón de que yo a muchas cosas le decía "es obvio": para cuando alguien debía entender -según yo- las cosas de cierta manera yo decía "es obvio", para cuando me daban algún consejo yo decía "es obvio", para cuando me parecía que interpretar lo que yo hacía o decía "es obvio".
La historia que hoy nos comparte Yehuda -sencilla y poderosa- al leerla, es tan clara, que pasamos por ese estrecho puente sobre el precipicio de "es obvio".
Cuando terminamos de leer la historia podemos decir: ¡Claro! ¡Yo hubiera hecho lo mismo! ¡Es evidente que era mejor bendecirlo! Y por supuesto creemos que nuestro personaje de identificación es el Sabio...¿es obvio no?
Lo obvio tiene la connotación de "fácil", de "entendido", de "dado por hecho" y ese, puede ser el gran riesgo de caer en la situación de no revisar si de verdad en tus actos ya se refleja ese entendimiento.
Y ni siquiera quiero hablar de situaciones grandes como "un ejército enemigo entrando a mi reino y amenazando la seguridad de todos mis súbditos", no voy a hablar de "el robo de las joyas de la corona" ¡No! Quiero pensar en el día que el vecino pone su coche en mi lugar de estacionamiento, o el día que la mesera me ignora, o que mi mamá me llama para preguntarme donde estoy y a que hora llego y yo me molesto de que me esté dando guerra mientras estoy con mis amigos, o cuando alguien me interrumpe mientras quiero subir el comentario al blog...¿¿de verdad soy el Sabio?? ¿De verdad le mando luz y bendiciones? Ja ja ja ja
Lamento decir la mayor parte de nosotros, en el automático de nuestra actuación, seríamos los que diriamos "¡¡Hazle un conjuro para que me deje en paz!!"
¿Qué te parece si hoy no lo tomas como obvio y revisas con una persona real de tu vida donde estás combatiéndo fuego con fuego? Lleva la historia de hoy a tu realidad ¿Aceptas?
No me es obvio que responderás, pero espero que lo intentes. =)
besos,
Prana Pascual