Explicaba que invertimos esfuerzos en mantener algunas relaciones encendidas en nuestras vidas que estaríamos mejor si las apagásemos.
Esto atrajo algunas críticas de los lectores y después de releer el mensaje muchas veces, me di cuenta donde los desencaminé. Mi punto era –y es– que la vida se trata acerca de circuitos. Cuando compartimos nuestra Luz con personas que no desean recibirla, es como si tratásemos de llenar una botella cuando todavía tiene la tapadera puesta. Aunque trates con toda tu fuerza, con todo el amor, intención y deseo de compartir, tu energía simplemente no puede penetrar. Y como con nuestra ilustración espiritual favorita, el bombillo eléctrico, si el polo negativo está bloqueado, el circuito no puede ser completado y la energía no puede fluir.
No se trata acerca de juzgar a las personas como merecedoras o no merecedoras. Es sobre discernir quien se encuentra 'abierto' para recibir, y dispuesto a utilizar lo que tenemos para ofrecer: sabiduría, amor, tiempo, cuidados, ¡sin importar qué sabor!
Hoy, haz esa evaluación en tu propia vida.
Yehuda Berg
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Has escuchado es viejo dicho: "Cuando el alumno está listo, el maestro aparece", básicamente creo que de eso es de lo que hablamos.
Todos tenemos cosas que aprender en esta vida, todos tenemos algún lugar de dolor que sanar, todos tenemos una imagen que nos horroriza que debemos vencer. Puedes enfrentarla o puedes correr, aunque deberás saber que la prueba volverá y volverá hasta que seas capaz de superarla.
Hace poco vi una serie de TV que se llama "Charmed", y justo en uno de los capítulos se les presentaba como oponente un demonio que se alimentaba del terror de las brujas (el programa trata de unas hechiceras buenas) y ese "demonio" tenía la facultad de presentar frente a sus ojos lo que más temor les causara, si ellas no lograban aclarar su mente y ver que se trataba sólo de una ilusión (la peor, pero la que necesitaban para superarla) entonces morían del miedo habiendo encanecido del gradiente de espanto al que lograba llevarlas.
La protagonista tenía miedo a las albercas puesto que su madre había muerto ahogada en una y por supuesto por ahí es el ataque. (¿hubieras tu pensado algo mejor? Es lógico que nos buscarán donde más nos duele)
Afortunadamente bajo del agua logra tener ayuda de una fuente de Luz -el espiritu de su madre que la tranquiliza y que le explica que su miedo no es más que una ilusión, que la rompa y que se salve y así lo hace, con el corazón ya calmo.
Si te abres a escuchar y a ver, la Luz puede entrar. Si no, la Luz no quiere que actuemos bajo coerción, y todo esto que te narro, pasa contigo y con quienes te rodean, no es diferente para nadie.
Recuerda: "La persona que está cerca de D-os, es quien lo llama con sinceridad".
Cariño,
Prana Pascual