Hay dos realidades en este mundo, luz y oscuridad, bien y mal, paz y guerra, todos aspectos de lo bueno y lo malo. A veces la experiencia individual o colectiva es de uno u otro, pero nuestro verdadero propósito en este mundo es llegar al estado de Mesías (Mashiaj). Este es un reino, una realidad en el que la Luz esté totalmente revelada, donde no haya dolor ni sufrimiento, donde no hay muerte.
Las dos realidades es una de las enseñanzas fundamentales: tenemos la experiencia actual de Bien y Mal, salud y enfermedad, vida o muerte, y la otra es Mesías. El trabajo espiritual existe para propulsarnos hacia esa otra realidad.
Rav Ashlag nos dice que hay un problema fundamental en esa transición de este mundo de dolor, enfermedad y oscuridad y es que no tenemos aún vasija, es decir, una habilidad para recibirlo que nos dé la habilidad para elevarnos individual y colectivamente.
Nos falta la habilidad de bajar esa Luz del Creador, aún tenemos la vasija que puede recibir bien y mal a la que llamamos Etz ha Da'at Tov VaRa (El árbol del Bien y del Mal).
Pero, si no tenemos vasija ¿Qué hacer?
Rav Ashlag explica que la Gran Luz de Mesías, reside en la oscuridad. El Creador tiene que entrenarnos a saborear esa luz, a experimentarla: Cuando entras en contacto con la oscuridad y logras ver el bien que viene oculto en ella, entonces empiezas a tener consciencia y a poder recibir esa bendición oculta.
La (choshech / josech) "oscuridad", normalmente no la puedo experimentar como "buena", y sin embargo en todas las cosas buenas que nos suceden vienen con una dosis de dolor. Y es aquí donde debemos entrenar nuestra consciencia de que cuando experimentamos dolor y luz al mismo tiempo, en forma de algún tipo de reto o de pena, ahí es dónde la Luz de Mesías se revela. La experiencia de Mesías solo la podemos tener con esas chispas de oscuridad.
¿Cual es el gran punto de esto? Que cuando experimentemos oscuridad seamos capaces de entender que ahí hay luz oculta y revelarla es nuestra misión. Cuando pases por algún dolor recordar: Esta es la Luz de Mesías.
Aunque pueda parecer incomprensible, no lo es. Todos tenemos experiencias que cuando vemos el proceso ya desarrollado, podemos expresar que acabó siendo una bendición. Nuestro famoso "todo pasa por algo" que repetimos una y otra vez, tiene ese componente de revelar una Luz oculta que no sabíamos que íbamos a poder encontrar a partir de lo que parecía una experiencia terrible y que al final salió todo bien.
Estabilizar este entendimiento en nuestras vidas en lugar de volver al nivel de la desesperación de "todo mal", "por qué yo", "siempre me pasan cosas a mi", sino lograr esa pausa para ver antes de quejarte, y lograr pensar: ¿qué Luz oculta viene con este dolor?
Esta es la transformación de consciencia que esperamos tener en Shabbat Pinjás.
¿Podrás sostener este entendimiento? Eso comenzará a generar la vasija.
Basado en plática de Michael Berg
https://www.kabbalah.com/es/online-courses/lessons/pinchas-understanding-process-transformation/
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